DEDICADO A LAS MUJERES

8 03 2024

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           DEDICADO A LAS MUJERES

Ayer nuestras madres

Hoy nuestras esposas

Mañana nuestras hijas.

Siempre compañeras

Siempre luchadoras.

Hoy discriminadas

Mañana iguales

Hoy maltratadas

Mañana amadas.

Que mañana sea hoy

Tenemos que lograrlo

Tenemos que conseguirlo.

Son nuestras madres

Son nuestras esposas

Son nuestras hijas

Son nuestras hermanas

Son nuestras almas.

Son iguales a nosotros

Son los genes del universo.

Son lo que amamos

Son lo que somos

Son lo que seremos.

Son los espejos de la vida.

Están maltratadas

Están discriminadas.

Son humilladas.

Son asesinadas.

Que sean amadas.

Que siempre sean amadas.

Nuestras compañeras.

Nuestras iguales.

Nuestras hermanas.





DIA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL 2023

9 10 2023

https://hyperbole.es/author/jgandara/

https://doctordelagandara.es/





CARTAS SOBRE EL ENFERMO MENTAL XXVI

26 04 2021

Soria 11-6-2017

Hola: Creo que has actuado bien, haciendo lo que tenías que
hacer. La situación era ya insostenible y había que tomar decisiones o
las consecuencias podían ser graves. Has actuado como una guerrera
impecable, de acuerdo a la filosofía del guerrero que aparece en el
blog. A veces hay que actuar y tomar decisiones aunque sean dolorosas.
Aquí en España no tendrías ningún problema legal, desde luego, pero
ignoro cómo está la legislación en… Si tienes alguno no imagino
que pueda ser grave. Yo mismo he tenido que tomar estos días
decisiones muy dolorosas para mí, pero que eran imprescindibles.
Esta noche voy a dormir muy mal. No puedes evitar el sentimiento de culpa, la sensación
de que podías haber hecho más, pero un guerrero no puede dejarse llevar por esos sentimientos,

sabe que tiene que hacer lo que tiene que hacer y no le da más vueltas. La vida es
así de dura para todos y hay que vivirla como un guerrero, tomando
decisiones y no dejándose llevar por remordimientos, dudas,
sentimientos de culpa.

    Te pongo este ejemplo para que seas consciente de que por muy
dolorosa que pueda ser una decisión, si hay que tomarla no puede haber
dudas.

     Es maravilloso que puedas contar con tu novio, que te acompañe y
te apoye. Es importante tener siempre a una persona al lado cuando nos
enfrentamos a hechos dramáticos en nuestra vida. Espero que todo salga
bien, que tu padre pueda estar bien atendido y que podáis tener una
muy buena relación. Sabes que aquí tienes un amigo, si me necesitas.
Yo pasaré unos días bastante malos, cuando estás solo estos pequeños acontecimientos

llegan a convertirse en verdaderas tragedias, pero sé que debo seguir adelante y lo haré.
Un abrazo fraternal y mucha suerte.

Soria 9 de agosto 2017

Querida amiga: Muchas gracias por tu confianza. Como habrás visto en
mi perfil del blog no soy psiquiatra, ni psicólogo, ni terapeuta, solo
un enfermo mental que habla de sus experiencias por si pueden ayudar.
Esta es la coletilla que utilizo siempre porque no quiero que nadie se
lleve a engaño y pueda decir que un terapeuta le dio un consejo
totalmente equivocado. Te puedo hablar de mi experiencia como enfermo
mental y de lo que yo hacía y sentía y de las cosas que no funcionaban
conmigo y entiendo que tampoco funcionan con otros enfermos mentales.

    Ante todo decirte que no eres un caso excepcional ni tampoco tu
hijo. La mayoría de familiares de enfermos mentales pasan por lo que
tú estás pasando y la mayoría de enfermos mentales se comportan como
se está comportando tu hijo. Te lo digo, no porque piense en el refrán
castellano de «mal de muchos consuelo de tontos», si no porque muchos
familiares se echan la culpa de lo que les sucede a sus seres
queridos, enfermos mentales, diciéndose que si él no hubiera actuado
de esta o de otra manera las cosas habrían sido distintas y que si su
familiar es un enfermo mental es porque él no ha hecho lo suficiente.
Esto es algo que es preciso quitarse de la cabeza, el familiar no
tiene la culpa de todo aquello que no estaba en su mano evitar, como
que haya unos genes en el árbol familiar que pueden ayudar a la
manifestación de la enfermedad, tampoco la tiene de que el entorno del
enfermo sea el que es, cada uno hemos nacido en una familia y vivimos
en un entorno social concreto que en la mayoría de los casos no
podemos cambiar. Tampoco el familiar tiene la culpa de que el enfermo
siga siendo una persona libre, a pesar de su enfermedad, y tome
decisiones equivocadas o que haya adoptado su propia bula papal que
dice: Como he sufrido tanto, como sufro tanto, como seguiré sufriendo
tanto, como la enfermedad no es culpa mía, como otros me han tratado
muy mal, como para la sociedad soy un monstruo a cazar… me voy a
permitir el lujazo de hacer lo que me de la gana, sea lo que sea, por
mucho que sufran los demás, yo sufro más que ellos, tengo el supremo
derecho de hacer lo que quiera porque mi enfermedad y mi sufrimiento y
el trato que recibo de esta sociedad, me autorizan a ella. Nunca se
debe permitir que un enfermo mental utilice su bula papal y nos
convierta en sus siervos, nos manipule y utilice a sus anchas, y mucho
menos tras un intento de suicidio. ¡Si lo sabré yo que tuve más de una
docena de intentos de suicidio en mi juventud!


      Como ves, la conducta del enfermo mental, especialmente en caso
de enfermedades graves, es muy parecida y casi todos adoptan las
conductas patológicas que tú conoces muy bien. En las clases de yoga
mental que di hace años para una asociación de familiares de personas
con enfermedad mental, que están en el blog, tuve también algún caso
de borderline, también bipolares, esquizofrénicos, etc. Las etiquetas
no son demasiado importantes, lo que cuenta es el tipo de conducta que
sigue el enfermo mental. En el caso de tu hijo está claro que se ha
auto-otorgado una bula papal que dice que puede hacer lo que le da la
gana sin rendir cuentas a nadie porque es un enfermo mental y sufre
mucho. No se puede hacer caso a esta manipulación, a esta farsa de
control, o el familiar se convierte en esclavo del enfermo mental. No
debes sentirte culpable porque te negaras a hacer algo que él quería
que hicieras y tal como él deseaba que lo hicieras, esto es un
chantaje inadmisible. Debes saber que si hubieras cedido y la crisis
no se hubiera desencadenado por esto, se hubiera producido por otro
motivo y en otra ocasión, las crisis o los brotes en la enfermedad
mental tienen más que ver con el propio ciclo y ritmo de la enfermedad
que con motivos externos, aunque es cierto que muchas veces una
circunstancia determinada ayuda a ver una crisis larvada que ya estaba
ahí y que ahora se manifiesta con toda su virulencia.

        Habitualmente los familiares de un enfermo mental se sienten
sus prisioneros cuando éste acaba de intentar suicidarse, porque
piensan que no pueden negarle nada o lo volverá a intentar, porque se
sienten culpables y creen que dándole lo que pide están, de alguna
forma, lavando su culpa. Esto es un gravísimo error. Si ya hacer caso
de la bula papal que se ha auto-otorgado un enfermo produce
consecuencias muy graves, cuando dejamos que el enfermo utilice su
intento de suicidio como una brida con bozal para hacernos callar y
para llevarnos a donde él quiere, entonces sí que hemos pasado todas
las líneas rojas y solo podemos esperar lo que un esclavo puede
esperar de su amo, que tenga un buen día y no le azote. No podemos
consentir conductas tales como insultos, amenazas, chantajes, falta
grave de respeto, que la convivencia se convierta en un infierno,
cuando el enfermo actúa así, aunque sea por una crisis o un brote, hay
que poner remedio. Si necesita medicación y no la toma, tal vez haya
que plantearse la posibilidad de un internamiento forzoso, vía
judicial, que permita su internamiento y que se le medique durante un
tiempo aceptable para que vaya recuperando un mínimo de normalidad.
Imagino que eres española y residente en España, en ese caso te puedo
decir que existen medios legales para conseguir un internamiento en
caso necesario. Estoy jubilado pero trabajé en juzgados toda mi vida y
conozco el tema puesto que yo mismo tramité muchos internamientos de
enfermos mentales. Es claramente una posibilidad que un familiar debe
plantearse en estos casos. Acudir a la fiscalía de la ciudad donde se
reside y plantear el problema puede ser un buen camino, nunca se sabe
cómo van a discurrir estas cosas porque dependerá de la persona o
personas que tienen que llevar el asunto y de las circunstancias -en
este caso los recortes en sanidad hacen que haya pocas plazas para
internamientos- pero si no hay otro remedio no nos debe de temblar la
mano a la hora de un internamiento forzoso.

      No hay que hacer caso de lo que un enfermo nos diga si solo
pretende manipularnos, echarnos la culpa de todo, conseguir lo que él
desea haciendo sentirse culpable al familiar. Un enfermo mental a quien

se le deje hacer lo que quiera,
acabará haciéndolo. Si buscamos disculpas como las de que él no es
consciente, no es malo, pero sufre una enfermedad, tal vez si le damos
todo lo que quiere ahora, si le damos la razón en todo ahora, que está
en crisis, luego nos pedirá perdón, se arrepentirá, y volverá a ser el
buen chico que era antes. Es un inmenso error, por grave que sea la
crisis o el brote que sufre un enfermo mental, en la mayoría de los
casos, salvo excepciones es consciente de lo que hace. Como suelo
decir, si un enfermo mental hubiera perdido por completo el contacto
con la realidad, no saldría por la puerta de casa, abriéndola,
intentaría salir a cabezazos por las paredes, porque las paredes no
existirían para él, si un enfermo acepta como real una pared, con
mayor razón acepta como real a una persona, lo que ocurre es que en su
delirio puede intentar alejarse tanto de la realidad, para no
enfrentarse a los problemas, que en algunos casos llegue a creerse
algunas cosas que imagina, pero eso no significa que haya perdido por
completo la consciencia, salvo en casos muy especiales.

       Pienso que en vuestro caso tu hijo necesita un internamiento
para que vuelva a tomar medicación y reciba la terapia
correspondiente, si se niega existen fórmulas legales para un
internamiento forzoso. Mientras no tome medicación y recupere una
cierta normalidad lo más fácil es que se siga comportando como hasta
ahora. En un estado de crisis o de brote no es aconsejable un
enfrentamiento directo, pero sí debe hacérsele saber, con todo el
respeto y el cariño del mundo, pero con toda firmeza, que no son
admisibles sus insultos, su falta de respeto, que esa conducta nunca
se la vais a permitir, que el hecho de que sea un enfermo mental no le
da derecho a hacer lo que le da la gana, que si quiere convivir tendrá
que respetar unas reglas mínimas. Que si no lo hace se adoptarán
medidas para que sea internado. Que por muy madre que seas no estás
dispuesta a ser tratada como una basura y que si él aún es capaz de
tratar a otros con respeto, tú mereces aún más respeto. En mi caso
tengo una fórmula mágica, que tú no puedes utilizar, cuando un enfermo
mental con el que me estoy relacionando, pierde los papeles y me
insulta o me trata con absoluta falta de respeto le digo lo siguiente:
Ojo, yo también soy un enfermo mental, yo he tomado medicación como
tú, yo he tenido tus crisis o mayores, yo he estado internado en
centros psiquiátricos más veces que tú y me han tratado peor, yo he
intentado suicidarme más veces que tú y de forma más seria, yo he
salido adelante porque he puesto toda mi voluntad y he utilizado
medios que también están a tu alcance… por lo tanto no me vengas con
esas de que no puedes controlarte y por eso me insultas, porque yo
también soy un enfermo mental y no te insulto, aunque podría hacerlo;
no me vengas con que la vida es una mierda y te vas a suicidar, porque
eso no cuela conmigo, yo lo intenté muchas veces, por suerte no lo
conseguí, y comprendí que eso no sirve de nada, no soluciona ningún
problema y los agrava todos; no me vengas con que tú no tienes
voluntad y yo sí, porque por lo visto a mí me dieron la voluntad en
una tómbola y a ti, no, porque la voluntad es un músculo, no un
regalo, y como sabes los músculos se entrenan en el gimnasio, quien va
al gimnasio y entrena tendrá músculo y quien no lo trabaja no lo
tendrá, la voluntad se consigue trabajándola día a día, como he hecho
yo.

    Sé que tú no puedes decirle esto mismo pero sí puedes ponerle de
manifiesto que otros enfermos mentales lo han hecho y por lo tanto él
no se puede escudar en que no tiene la culpa de la enfermedad y ésta
le controla, porque hay otros enfermos que han luchado con su
enfermedad  a brazo partido y lo han conseguido. Puedes prometerle tu
ayuda si él decide aceptarse como enfermo e intentar salir adelante,
puedes decirle que tu cariño lo tendrá siempre, pero que no estás
dispuesta a seguir recibiendo ese trato, ni tú ni sus seres queridos,
que eso es inadmisible y que si no cambia tendrá que asumir la
responsabilidad por sus actos, como lo hacen todas las personas libres
que defienden su libertad como un derecho.

     Bien, amiga, creo que es todo lo que tengo que decirte, si
necesitas algo más, aquí estoy. Que tengas suerte, un abrazo
fraternal





CARTA DE MILAREPA SOBRE EL CORONAVIRUS XVII

16 09 2020

Antes de iniciar una nueva aventura levitante permíteme que te deje atisbar una pizca de futuro. Como ves me estoy acercando al arcón congelador que adquirirás de forma inmediata en cuanto termine el confinamiento. Es una gran idea, pensarás, lo atiborras de comida y a esperar tranquilamente el próximo confinamiento. Abro, como quien lava, otro agujero dimensional y ¡zapi! o ¡hale hop! como prefieras, que ya sé lo que prefieres, y aquí está el maravilloso arcón congelador. Ahora estás activando el móvil, en el futuro, y te llega un artículo interesante. Un estudio da a entender que los alimentos congelados pueden ser portadores del bichito. En el experimento se inyecta el virus en congelados y se observa que al cabo de tres semanas el dichoso coronavirus sigue presente, activo y letal. Ahora supongamos que un envasador contagiado contagia el alimento que envasa y ¡zás! todo tu gozo en un pozo, porque tu maravillosa idea de hacerte con un arcón congelador se ha ido al garete. Estáis sitiados. Eso es, el coronavirus os acecha hasta en la sopa, y nunca mejor dicho.

Toma buena nota y deja los alimentos en el congelador al menos veinte días, si puede ser un mes o dos, de esta forma tal vez el virus acabe muriendo por inanición. Ahora dame la manita Pepe Luis. Perdona que me pase gastando la bromita de tus admirados Tip y Coll. Salimos al jardín y nos elevamos como un cohete en el espacio. Te voy a dejar escoger el destino para compensarte de los sustos que te estoy dando. No vamos a necesitar colocarnos luces parpadeantes en los traseros, porque no hay peligro de chocar con los aviones. Ya no hay aviones volando, ni rutas aéreas ni luces parpadeantes en plena noche. Si quieres volver a elucubrar puedes hacerlo porque aquí no hay peligro de que la famosa olla estalle y salga disparada como una bomba casera y derribe un avión no avisado. No hay aviones porque casi no hay turismo. Es otro de los terrenos económicos arrasados. No es que el turismo no sea bueno, como las fábricas de armamentos que no lo son, todo el mundo tiene derecho a hacer un viajecito en su vida, a expandir su mente, a conocer nuevas culturas, a trepar hasta el Tibet y hacer cola. Además tu país no podrá sobrevivir sin el turismo. Es una parte tan importante del PIB o como se diga que lo que antes fue un regalo de la naturaleza, ese maravilloso sol que tan poco te gusta, porque tú prefieres el frío, ahora se ha convertido en un regalo envenenado. Nada de ocio nocturno, nada de turismo, os habría ido mucho mejor creando un fuerte tejido empresarial, especialmente para las nuevas tecnologías, móviles, chips, fibra óptica, quinta dimensión, digo 5G, que dicen evitará que el mundo se paralice con otro confinamiento. Y sobre todo os habría ido mejor con más laboratorios, más empresas farmacéuticas y hasta con huertos o invernaderos caseros. Vuestros cerebritos especuladores no acertaron con el futuro al poner todos los huevos en el cesto del turismo. ¡Mala suerte!

Dime dónde quieres ir y te llevaré…¿A los laboratorios que están trabajando en las vacunas? ¡Zope! No te andas con chiquitas, al avispero. Vale, allá que nos vamos. Pito, pito, gorgorito, dónde vas tú, tan bonito. Es que estoy eligiendo al azar porque hay unos cuantos laboratorios tras la vacuna, casi tantos como países. No entiendo de estas cosas, por eso no sé si será bueno o malo que tantos anden buscando lo mismo por distintos caminos, a lo mejor hasta es bueno, porque si fracasan unos, otros pueden tener éxito. Lo que no es bueno es que se utilice la búsqueda de vacunas para exacerbar nacionalismos y esto se convierta en una carrera olímpica por conseguir el oro. ¡Qué grandes somos si conseguimos la vacuna antes que los otros! Ya hay un dirigente que dice que se la ha inoculado a su hija. Uno no sabe si echarse a reír o a llorar. Como no sé de estas cosas, a pesar de ser un buda, no puedo hablar de si saltarse las etapas científicas o que dicen que son científicas es bueno o malo, o peor. Lo que sí es muy malo es querer poner la bandera del propio país en territorio enemigo, o sease del coronavirus, como si esto fuera llegar a la luna o ser el que más medallas obtiene en las olimpiadas. Vale, tío, ya te daremos la enhorabuena, pero ¿ y si la vacuna no funciona por no haber superado todas las etapas? ¿Y si tu hija sufre graves secuelas porque la vacuna es una mierda, y perdón por la expresión? ¿Acaso lo que pretenden es ser los primeros para obtener contratos suculentos? ¿De eso se trata en realidad? ¿Otra vez la economía por medio, la moneda acuñada, como dices tú? ¿Habrá vacunas gratis para todos, solo para algunos? ¿Habrá que pagarla a precio de oro? Es que los humanos sois una especie increíble, aquí lo que importa es la economía, aunque todos os estéis muriendo. Ya, ya hablaremos de la economía circular que está moviendo el pitorrín de la olla como si fuera una bailarina de la danza del vientre. Sí, también sé que quieres hablar de los animales, en general, y de su uso para los experimentos médicos y de cómo forman parte de la cadena de la vida y todo eso. Sé que amas a los animales casi tanto como yo. Pero ahora vamos a tomarnos un respiro. No quiero que los garbanzos de tu olla caigan como granizo sobre la cabeza de tus hermanos. Junta las manos en el saludo budista y repite conmigo:

QUE LA PAZ PROFUNDA OS ACOMPAÑE SIEMPRE EN EL CAMINO





CARTAS SOBRE EL ENFERMO MENTAL XXII

30 08 2020

Soria 6 de febrero 2017

Hola: Gracias por tu confianza, la información que me das es importante. Por lo que me dices tu marido os abandonó y parece que en la peor edad de los hijos para asimilar esto. No debes sentirte culpable porque siempre es mejor el divorcio que una convivencia infernal, no tengas la menor duda. Muchas veces los familiares se sienten culpables por haber hecho algo que consideran el desencadenante de la enfermedad de sus seres queridos. Esto no es así.De no haberse producido en ese momento se hubiera producido en otro, bien a raíz de un acontecimiento traumático o simplemente porque había llegado el momento.
      No me dices si en la familia de tu ex marido han existido casos de enfermedad mental. Imagino que es así por tus palabras.Esto suele ser bastante normal. A veces los genes están en una rama de la familia y a veces en las dos ramas. Nadie tiene la culpa de la herencia, nos viene dada, pero sí somos culpables de cómo nos enfrentamos a la enfermedad cuando causamos daño a nuestro alrededor.
      En cuanto a que Dios permita esto mi filosofía budista me hace ver este problema de manera diferente. Para mí, de acuerdo a lo que dice Milarepa, a quien convertí en un personaje de algunas de mis historias para difundir el budismo con humor, la vida es una escuela espiritual, venimos para aprender lecciones, no para pasarlo bien, por lo tanto hay que ver todo lo que nos sucede desde esta perspectiva. Lo mismo que en los estudios, si no superas un curso tienes que repetir, si no aprendemos las lecciones en esta vida tendremos que reencarnarnos para aprenderlas en otra. La reencarnación es uno de los pilares del budismo y para mí algo mucho más lógico que el juicio final. Yo fui bautizado y estudié en un colegio religioso, iba para sacerdote y lo dejé a los dieciocho años debido a que no podía entender los dogmas católicos y tampoco soportaba el celibato. Trabé contacto con el budismo a los veintiún años y desde entonces he profundizado en todas las filosofías orientales, esotéricas y chamánicas. Como comprenderás me resulta más fácil sobrellevar mi enfermedad y las tragedias de mi vida pensando que he aprendido importantes lecciones que no tendré que volver a aprender en otras vidas. Para mi esta vida no lo es todo, por lo tanto siempre tengo esperanza. Puede que mi enfermedad sea kármica, es decir, que esté pagando comportamientos de vidas pasadas, o puede que no lo sea y se me haya obligado a aprender lecciones muy duras porque yo mismo elegí evolucionar espiritualmente a mayor velocidad que otros. Ver la enfermedad mental como un castigo es un error que siempre trae malas consecuencias, uno se rebela porque cree que no ha hecho nada malo para merecerla, que es injusta e inadmisible. No sabemos lo que hemos hecho en vidas pasadas, por lo tanto tampoco podemos hablar de la injusticia, pero es que además si hemos venido a aprender lecciones espirituales, mejor aprenderlas cuanto antes. Como dice la filosofía chamánica del guerrero impecable, sacada de los libros de Carlos Castaneda, un guerrero nunca mira lo que le sucede como un castigo o un premio, nunca acepta que las cosas le ocurren porque alguien quiera su mal, cuando los demás miran las desgracias como un castigo él las acepta como un reto.
      Fuere cual fuere la causa de la enfermedad de tus hijos, la herencia paterna, el trauma del abandono del padre, lo importante es que ahora sean capaces de afrontar la realidad de su enfermedad. Tu hijo tiene que estar interesado en saber de su enfermedad, como lo estamos todos, cada cual busca por donde puede, en la religión, en las filosofías orientales, en la ciencia… En las historias de Bautista, en el blog, cuento una anécdota graciosa y trágica de un primo de Bautista, esquizofrénico, que estaba tan obsesionado con saber la causa de su enfermedad que robó instrumental forense de la clínica del cementerio e intentó atrapar una gallina para abrirle el cráneo y ver cómo era su cerebro. Todos estamos obsesionados con encontrar alguna razón a una enfermedad inexplicable. No le presiones demasiado, deja que él siga su propio camino, si mira el blog y se pone en contacto conmigo estupendo y si busca otras cosas también.El que quiera seguir estudiando es muy bueno, pero no os decepcionéis, tanto él como tú, si no consigue terminar los estudios, esto es bastante común, lo importante es que consiga ganarse la vida de alguna manera y pueda trabajar a pesara de la enfermedad.
     Durante la adolescencia y juventud el comportamiento de los hijos es muy complicado, como sabes, a veces es difícil distinguir entre la rebeldía y la misantropía del adolescente y del joven y la enfermedad mental, ya que sus manifestaciones son bastante parecidas.Por eso puede ser complicado el diagnóstico a esas edades. La rebeldía, la agresividad, los insultos, la manipulación, las gamberradas con los amigos, el fumar marihuana o hachís, suele ser muy común en la juventud, la diferencia con la enfermedad mental es que esto acaba pasando y la enfermedad permanece a pesar del transcurso de los años. Tu hija se está comportando como si fuera una joven rebelde, pero una vez que ha sido diagnosticada está claro que además de ello es la enfermedad la que genera estas conductas. Si además de alguna manera te echa la culpa del abandono de su padre, que es posible, tú eres para ella una auténtica enemiga y va a ser difícil que te acepte de nuevo, tendrá que estabilizar su enfermedad con la medicación y una buena terapia, dejar de fumar hierba, y aceptar que tú no tienes la culpa de nada y estás haciendo por ella incluso más de lo que puedes. Lo importante es que ella tenga claro que tú no estás dispuesta a aceptar ese trato de su parte, no es aceptable que te insulte, te agreda físicamente, te trate como si fueras su sirvienta y te falte al respeto de esa manera. Eso es maltrato y en España está penado legalmente. Si vais a seguir conviviendo tendrás que poner coto a ello de alguna manera, marcar líneas rojas. Si estás sola, si no tienes algún familiar que te eche una mano esto va a ser difícil, pero tienes que hacer de tripas corazón y poner a tu hija en su sitio. El que se quede con su abuela no parece ser una buena solución teniendo en cuenta su edad y el que ceda tan fácilmente a sus caprichos, pero convivir contigo sin aceptar unas líneas rojas, tampoco parece lo mejor. Tal vez deberías buscar un momento adecuado, cuando ella no esté tan mal y dejarle claro que si quiere convivir contigo tendrá que respetarte, dejar de agredirte e insultarte y si no tú tomarás medidas. Desconozco la legislación de tu país, pero aquí existe la posibilidad legal de un internamiento judicial forzoso cuando el enfermo no puede ser controlado, también hay pisos de acogida donde varios enfermos conviven bajo la tutela de algún profesional. No sé si existe alguna manera de que ella deje de convivir contigo durante un tiempo sin echarla a la calle, pero es básico que ella entienda que si cruza las líneas rojas, si te insulta, te maltrata, te agrede tú vas a tomar alguna decisión, porque no estás dispuesta a permitírselo. En estos casos la ayuda de algún familiar sería muy importante, pero si estás sola vas a tener que ser fuerte para enfrentarte a lo que puede venir. Con respeto y cariño debes dejarle bien claras estas cosas y que ella sepa que tú no vas a ceder, que aceptas que es una enferma, pero aún así los enfermos también son responsables de sus actos y deben asumir las consecuencias. La bula papal de la que te hablé -hago lo que quiero porque sufro más que nadie- no es aceptable y debes dejárselo bien claro. También debes dejarle claro que la quieres, que has aceptado su enfermedad, que estás dispuesta a darle un abrazo siempre, en cualquier momento, que la vas a ayudar en lo que esté en tu mano, pero que bajo ningún concepto vas a sufrir ese trato, el respeto es esencial y sin él un enfermo se merece todo lo que le ocurra.
      Todo lo que me cuentas de la conducta de ella es típico de las patologías del enfermo mental y del bipolar. El caso que te conté de mi amigo bipolar es también típico, según me cuenta Bautista, que lo conoce desde hace más años, antes era mucho más agresivo y violento, ahora intenta controlarse y cuando se descontrola luego pide perdón. Una de las cosas que yo le he enseñado es que un enfermo mental no es un irresponsable, un inconsciente, que amparado en la enfermedad hace lo que quiere sin tener que sufrir las consecuencias.Siempre hay que pedir perdón, aunque a veces, es cierto, somos poco responsables de nuestros actos en las crisis, siempre hay que intentar reparar en lo posible lo que yo llamo los daños colaterales, si rompemos un plato o una taza compramos otro con nuestro dinero, si insultamos pedimos luego perdón, si agredimos físicamente luego deberemos dar un abrazo muy cariñoso. Esto es esencial, si el enfermo no lo acepta puede acabar convirtiéndose en un delincuente puesto que considera que todo le está permitido.
      Te sugiero que leas los textos sobre Errores de conducta del enfermo mental, así como otra serie de textos en el blog donde profundizo en esto. Lo que nunca deberás aceptar es que un enfermo mental te maltrate, sea tu hijo o sea un desconocido, es algo absolutamente inaceptable y hay que poner remedio cuanto antes. Conozco casos de drogadictos que han hecho un infierno de la vida de su familia, llegando incluso al maltrato físico. En algún caso el enfermo mental ha llegado a producir graves lesiones a un familiar. Esto es inaceptable. El enfermo tiene que tomar medicación, seguir una terapia, y tratar de cumplir con el protocolo que se establezca a presencia de un terapeuta. No se debe permitir nunca que sobrepase las líneas rojas, y en casos extremos un familiar debería plantearse el internamiento forzoso o cualquier otro tipo de medidas que permitan tener al enfermo alejado de él por un tiempo o si es preciso para siempre. Cuando un enfermo llega a la agresión física ha superado todas las líneas rojas y debe sufrir las consecuencias, si se lo permitimos se apodera de nosotros y nos convertimos en sus esclavos.Inadmisible.
     Espero que la situación vaya mejorando. Eres una mujer enfrentada a una verdadera tragedia y solo puedo desearte lo mejor y recomendarte la filosofía del guerrero impecable que aparece en el blog, si estás interesada. Un guerrero impecable hace lo que tiene que hacer cuando tiene que hacerlo y confía en que las fuerzas poderosas que controlan y dirigen el universo le sean favorables. Esta es la base de la filosofía del guerrero que tanto me ha ayudado a mí. Un guerrero no mira para atrás, no tiene dudas, no se siente culpable, no siente remordimientos, no se lamenta de las desgracias que caen sobre su cabeza, se limita a hacer lo que tiene que hacer a cada momento, sin esperar nada, sin temer nada, firme e inquebrantable. Un abrazo.





CARTA DE MILAREPA SOBRE EL CORONAVIRUS XV

21 08 2020

Estamos dando vueltas alrededor de esa figura congelada en el tiempo que eres tú. Veo una olla a presión sobre tu cabeza, con ese pitorrín –como tú lo llamas- dando vueltas como un loco. Los vapores de tu mente golpean contra las paredes de la olla y suben hacia  arriba, buscando un escape, y lo encuentran en el dichoso pitorrín. Eres una figura muy graciosa. Sé que tú no puedes ver esa olla porque es una metáfora. Bueno, no del todo, porque la actividad dentro de tu cabeza se parece tanto a la metáfora como una gota de agua a otra. Incluso congelados, confinados, vuestras mentes dan vueltas y más vueltas en el tiovivo infernal. Unos buscan la salida, como sea, la fuga de la realidad, ocupan sus mentes en cualquier cosa que les sirva para olvidarse de todo lo que está pasando. Otros intentan encontrar la cuadratura del círculo, que no otra cosa es hallar la solución a este pandemónium.  Veo que intentas no mirarte, tienes miedo. Sigues pensando que encontrarte con tu doble te volverá loco, pero tú ya lo estás –si me permites la humorada- y tampoco has muerto, así que olvida tus miedos. Deja la física cuántica y las dimensiones para otro momento. Deja de buscar explicaciones. Los budas nos podemos permitir el lujo de saltarnos las leyes físicas a la torera. Has levitado en la estratosfera sin traje de astronauta, has bajado como una flecha sin que te cubran los paneles de las naves espaciales para evitar el roce. Ahora estás viendo a tu doble congelado y no te has muerto. Las explicaciones no sirven para nada, ni para calmar tu mente calenturienta. Disfruta del momento.

El tiempo es como la celda de una cárcel de papel, no puedes ver nada del futuro por mucho que fuerces tus ojos, pero basta con que le des un puñetazo a la pared de papel para que se abra un agujero y puedas observar lo que te va a deparar el futuro. Podemos jugar un poco. Vemos a tu doble desconfinado, comiendo como si tal cosa, como si no hubiera pasado nada, mientras escuchas en la radio los programas deportivos que ahora sí cuentan lo que está ocurriendo en estadios de papel. Escuchas en la noticias lo de los rebrotes  y te preguntas si alguien pensaba que los virus se iban a tomar unas vacaciones mientras se encuentra o no la vacuna. Es muy complicado cambiar la mentalidad de una sociedad que ha sido educada para creerse invulnerable, inmortal, mientras la rueda de la dichosa economía siga girando y girando; mientras los científicos se afanen por encontrar soluciones, remedios, explicaciones; mientras la tecnología siga descubriendo, sacando del sombrero del mago, graciosos conejitos que os permitan hacer cosas tan extrañas como divertidas. Nadie se plantea la posibilidad de regresar a un estado de pura supervivencia. No hay un chip programado al efecto. Todo consiste en esperar y ver qué pasa. Regresaremos a la vieja normalidad, olvidaremos la nueva, alguien habrá descubierto la ansiada vacuna, los virus serán arrinconados y todo el mundo respirará aliviado: fue solo una pesadilla. ¿Y si vuelve a ocurrir? Ahora estamos preparados, sabemos lo que hay que hacer. No es conveniente diseñar estrategias para algo que aún no ha sucedido. La economía se resentirá si gastamos los recursos protegiéndonos de cosas que son solo una previsión pesimista de mentes calenturientas. Creo que nadie se plantea qué hará esta sociedad si esto en realidad no es una pesadilla y que cuando se despierten se encontraran con esta realidad, o con otra aún peor. Eso no entra en ningún plan. Hay que fugarse a cualquier precio, aunque en las películas los actores acaben llevando mascarillas y se lancen besos con los dedos. Aunque los conciertos tengan que llevarse a cabo en grandes extensiones de terreno al aire libre, basta con aumentar los decibelios o como se diga.

Es difícil convencer a los jóvenes de que no vuelvan a los botellones o al ocio nocturno. De que beban por un lado de la mascarilla, de que no se acerquen a dar un abrazo a un colega o un beso al improvisado ligue. Era todo lo que tenían y no soportan que hasta esto se lo arrebaten. Habían aceptado el paro o el trabajo temporal  como una desgracia de estos tiempos; habían asumido que su futuro estaba en el aire y que iban a caminar el resto de sus vidas en la cuerda floja; si no podían tener un piso para ellos solos, formar una familia, comprarse un coche, si debían aceptar vivir al día, como pudieran, pues lo aceptaban. Pero quedarse sin el botellón, sin el ocio nocturno, sin los conciertos, sin las aglomeraciones, donde se sentían arropados, regresar al confinamiento en casita y rezar porque aún les quede el mundo virtual, eso es muy poco, casi nada. No tener futuro es una cosa y no tener un presente en el que se puedan ver con los colegas, es otra cosa muy distinta. Nadie ha dicho que esto se ha terminado, que hay que regresar a la pura supervivencia, olvidarse del consumismo, de la sociedad del bienestar, donde cada día te podía deparar la sorpresa de un artilugio más novedoso, de un nuevo reto viral. Nadie piensa en diseñar una nueva sociedad de pura y dura supervivencia, porque esto es temporal, un mal sueño que se olvidará al despertar. Todo esto acabará. Solo hay que trasladar las deudas al futuro, con un poco de suerte nadie las reclamará hasta que llegue el fin del mundo y entonces nos entrará la risa tonta si a los acreedores les da por reclamar lo que es suyo, tal vez lo necesiten en el más allá. Ves, ves como la olla a presión en tu cabeza está a punto de explotar. Mandará los garbanzos contra las paredes y ella saldrá por una ventana. Con razón entonces dirán que se te ha ido la olla, porque es la pura verdad. No sirve de nada dar vueltas en el tiovivo, no habrás caminado ni un centímetro hacia delante. Con toda humildad acepta que no puedes salvar el mundo y comparte mi oración.

QUE LA PAZ PROFUNDA OS ACOMPAÑE SIEMPRE EN EL CAMINO





LAS HISTORIAS DE BAUTISTA XXI

4 08 2020

salud mental

LAS HISTORIAS DE BAUTISTA XXI

LA RECAPITULACIÓN DE BAUTISTA

TREINTA ANIVERSARIO DE LA REFORMA PSIQUIÁTRICA EN ESPAÑA

LUCES Y SOMBRAS

SOMBRAS/PUNTO TERCERO/ CARENCIA DE FORMACIÓN A LAS FAMILIAS PARA HACER MÁS ESTABLE EL ESTADO ANÍMICO DEL ENFERMO YA QUE DE ELLO DEPENDE, EN MUCHOS CASOS, NO SOLO SU MEJORA SINO LA ESTABILIDAD FAMILIAR

Cuánta razón tiene mi amigo Bautista! Como siempre. Yo soy un buen ejemplo de las consecuencias de la falta de información y formación en las familias respecto a la enfermedad mental. Claro que lo mío es de otros tiempos, ya casi remotos, pero en la situación actual sigue pasando tres cuartos de lo mismo. Dejando aparte mi ya muy repetida frase de que no se puede amar lo que no se conoce, uno no se puede enfrentar a algo tan grave como la enfermedad mental con una total ignorancia del tema, como si no tuviera mucho más que saber de la lluvia una vez que sabe que llueve cuando quiere y que si no te tapas, te mojas. A lo largo de estos años de contacto estrecho a través de este blog con personas con enfermedad mental y sus familiares, he podido constatar de primera mano la terrible ignorancia que hay sobre la enfermedad mental, no solo por parte de la familia del enfermo sino incluso de éste, lo que es mucho más grave.

Es curioso, pero si hiciéramos una encuesta en nuestra sociedad sobre todo tipo de enfermedades, descubriríamos que la ignorancia suprema sería la de la enfermedad mental. También sobre otras enfermedades físicas “raras” que sufren un número no muy elevado de personas, lo que en esta sociedad viene a significar que si no eres un colectivo importante que pueda influir en las elecciones o en las políticas, ya puedes ir pensando en apañártelas solo.  Lo curioso del colectivo de enfermos mentales es que somos muy numerosos, podríamos tener mucha influencia, pero para que se vea lo mucho que sigue actuando el estigma social, se puede decir que casi no existimos. Si algún día viera en las televisiones y otros medios de comunicación campañas en este sentido me llevaría las manos a la cabeza y me preguntaría qué ha ocurrido, porque algo muy grave tendría que haber ocurrido. Podemos ver campañas sobre los muertos en accidentes de tráfico o sobre cualquier otro tema, pero no vemos nada, absolutamente nada de cómo un familiar debería enfrentarse a la enfermedad mental de su ser querido.

Cuando yo fui diagnosticado, tras un primer intento de suicidio, mis padres, resto de familiares y entorno, no sabían nada, absolutamente nada de enfermedad mental. En aquellos tiempos eras un loco o un chiflado o un tipo rarillo al que había que echar de comer aparte, y eso era todo. Por supuesto que yo no sabía nada de lo que me estaba pasando y estaba asustado, muy asustado. Aún recuerdo con temblores y espasmos el terror que sentí cuando en el diagnóstico de mi enfermedad apareció la palabra “psicosis”. De inmediato me acorde de la conocida película de Hitchcock y caí en la desesperación. Yo no tenía remedio, no tenía cura, no podía esperar nada del paso del tiempo salvo un brutal deterioro y tal vez un final trágico y terrible. En realidad la palabra psicosis que aparecía en mi diagnóstico hoy equivaldría a algún tipo de bipolaridad, no era un esquizofrénico ni un psicótico al estilo del personaje de la mencionada película. Pero yo no lo sabía, mi familia no lo sabía, nadie lo sabía, ni siquiera tuve claro que los psiquiatras que me trataron lo supieran. Con esta ignorancia tan supina, crasa y trascendental, como decía mi profesor de griego de bachillerato, una frase que se me quedó para siempre por lo divertida que era, no es de extrañar que intentaran meterme por todos los medios bajo la alfombra, donde no me viera nadie, como hace un mal amo de casa cuando vienen a verle y está cansado de barrer, la porquería bajo la alfombra y así no se darán cuenta.

Así también me sentí yo en aquellos años, como una porquería bajo la alfombra, que se procuraba ocultar de la mejor manera posible, que siempre era la peor, porque hay cosas que no se pueden ocultar, porque todo el mundo las puede ver, las tiene delante de sus narices, y mentir sobre ello es como sufrir el síndrome de Pinocho, te crece la nariz y todo el mundo sabe que estás mintiendo. Mis padres no fueron responsables de aquella ignorancia porque nadie les informó, nadie hablaba de ello, y cuando se encontraron con un hijo que sufría algo tan llamativo como una enfermedad mental se limitaron a maldecir de su mala suerte. Aún suenan en mis oídos los terribles gritos histéricos de mi madre cuando descubrió que yo me había tirado por la ventana de mi dormitorio, en un tercer piso y estaba en el patio, inmóvil, casi seguro muerto. Clamaba al cielo, que no la oyó, clamó a Dios, que no tenía ninguna culpa de que esta sociedad fuera como era y como es y como en una tragedia griega no cesaba de sollozar y pedir que le contestaran a la clásica pregunta: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

No había hecho nada, por supuesto, salvo transmitirme los genes correspondientes, que alguno había. En cuanto a la falta de cariño en mi infancia, en eso sí había alguna responsabilidad por su parte, no toda porque en una dictadura las muestras de cariño están prohibidas, al menos en público, y en privado con mucho cuidadito para que no te vean. Así fue mi infancia en tiempos franquistas, con una dictadura represiva que dejó nefasta huella en todos los tiernos infantes de la época. Tampoco fueron responsables de que yo les pidiera que me dejaran ir interno a un colegio religioso, puesto que ellos no querían ni podían. Un frailecito llegó a la escuela, habló con el maestro, quien nos lo presentó como un recolector de vocaciones, buscando futuros pescadores de hombres. Me atrapó con su presentación de aquel colegio casi de cuento de hadas, con unos campos de futbol fantásticos donde yo podría jugar todo lo que quisiera. Por supuesto que levanté la mano, aún a sabiendas de que mis padres no podían pagar aquel colegio. Al final les convencieron porque yo era un genio tan grande que sacaría becas todos los años y solo tendrían que pagar el espectacular ajuar del primer año. Ellos no tuvieron la culpa de que aquellos ocho años me marcaran y tal vez hicieran aflorar la enfermedad mental que ya llevaba enquistada dentro, porque seguro que ya estaba comiéndome por dentro, como un repugnante gusano. La enfermedad mental solo necesita un acontecimiento traumático o un ambiente represivo, un entorno de maltrato y falta de cariño, para aflorar, como una ortiga que con una gota de agua ya es capaz de asomar la cabecita.

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En aquellos tiempos la psiquiatría estaba donde estaba y los psiquiatras tenían la consideración que tenían, muy poca, como me contara Bautista. Yo no recuerdo si socialmente los psiquiatras estaban bien considerados o si recibían cuantiosos emolumentos, simplemente veía la mirada de mis padres, familiares, entorno y mi único deseo era que me tragara la tierra, que nadie me viera, que me dejaran morir en alguna parte, lejos del bullicio del mundanal ruido. No es de extrañar que luego haya utilizado tantas veces esa expresión que si no me la inventé yo no recuerdo dónde pude escucharla: yo no elegí la enfermedad mental, fue ella la que me eligió a mí, y por lo tanto solo puedo hacerme responsable hasta un punto, más allá del cual los demás deben asumir sus propias responsabilidades, que no son pocas.

Eran otros tiempos, antes de la reforma psiquiátrica, tiempos inquisitoriales, diría yo, donde los enfermos éramos equiparados a las brujas, los poseídos, los demonios, los monstruos de la oscuridad. Pero llegó la reforma y el estigma no ha desaparecido. Sigue estando ahí, lo puedo ver cada vez que hablo con familiares, cada vez que menciono el tema en cualquier entorno, nadie sabe nada, pero lo peor que nadie quiere saber nada. Cuando una familia tiene la desgracia de que a uno de sus miembros le sea diagnosticada una enfermedad mental sienten como si hubieran recibido un mazazo. No saben dónde meterse, no saben qué hacer, no saben cómo afrontar algo que estará con ellos para siempre, porque no es una gripe estacional, ni siquiera una pandemia que podría llegar a ser controlada con el tiempo, es una enfermedad crónica, para siempre. Los psiquiatras que diagnostican no suelen dar mucha información sobre la enfermedad, al menos en mis tiempos, y ahora, por lo que sé continuamos más o menos como antes. Si tenemos en cuenta que hay mucho enfermo para tan poco psiquiatra, que la sanidad mental no es precisamente la joya de la corona, es habitual que los familiares tengan que buscar información donde puedan.

Y la verdad es que no saben dónde buscarla. Por suerte ahora hay asociaciones de familiares de enfermos mentales que batallan casi heroicamente por mejorar las condiciones del enfermo y de sus familiares, pero información, lo que se dice información, yo no he visto mucha. No es culpa suya, no son profesionales y carecen de medios para contratar a los profesionales adecuados que puedan informar a los familiares de cómo deben ser tratados los enfermos. A pesar de ello he podido ver alguna conferencia, he podido escuchar a profesionales avanzados que dan su opinión fundada y hasta yo mismo, ¡cuitado de mí!, he dado alguna conferencia explicando cómo he vivido mi enfermedad mental y hasta me he atrevido con algún cursillo de yoga mental para enfermos mentales y familiares. Pero esto es nada, una gota de agua en un océano infinito. Parece como si la información no fuera importante, se lucha para que mejoren las condiciones de atención, las estructuras, los profesionales, pero he observado que incluso entre estos entornos asociativos no se tiene gran interés en escuchar a las personas con enfermedad mental, en compartir sus experiencias y en dialogar sobre cómo se puede establecer una mejor relación entre familiares y enfermos. Cuando yo he contado mi propia experiencia y he clamado por el cariño, tan necesario, imprescindible, para que el enfermo mejore hasta alcanzar una aceptable calidad de vida, he notado que no sabían muy bien de qué hablaba. Tengo que remitirme a los textos del blog, cómo tratar a un enfermo mental, errores de conducta para con el enfermo mental y otros, donde expongo esto con mucha más amplitud y profundidad. Si un familiar no sabe cómo es la enfermedad mental que sufre su ser querido, ocurrirá lo de siempre, lo que también me ocurrió a mí, que te consideran una mala persona, un canalla, un vago, un ser diabólico, y no son capaces de separar lo que puede ser el mal carácter o incluso la maldad de un enfermo que ya lo era antes, como persona, de convertirse en enfermo, de lo que son las patologías propias de cada enfermedad y que no dependen del carácter del enfermo, porque un brote psicótico, pongamos por caso, te llevará a comportarte siempre de la misma manera, por muy buena persona que seas y por mucho que te esfuerces.

Y aquí tropezamos con una dificultad añadida. La enfermedad mental exige tanto al enfermo, tanto a los familiares, tanto al entorno, que muchos creen que es mejor olvidarse del problema y seguir como estamos, siempre y cuando el enfermo no haga una de las suyas, porque entonces habrá que intervenir, sí o sí. Al enfermo le exige luchar con voluntad de hierro contra la enfermedad y al mismo tiempo hacerse responsable y mejorar todo lo posible las relaciones con su familia. A la familia le exige comprender la enfermedad, mejorar las relaciones familiares, hacer un esfuerzo extra para dar apoyo y cariño, y encima, asumir que puede no haber salida y tendrán que “soportar” al enfermo toda su vida. Al entorno le pide un esfuerzo por informarse sobre temas que ni les van ni les vienen porque “por suerte” en su familia no hay ningún caso y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Por desgracia así es de mezquina la naturaleza humana. Mejor hacer que no pasa nada, que no se ve nada, que eso no nos atañe, que tener que esforzarse por encontrar información, asimilarla, cambiar conductas que les resultaban muy cómodas porque alejaban de ellos el problema y no tenían que involucrarse en nada.

Por desgracia la falta de auténtica información y formación en nuestra sociedad es algo crónico y total. Pasa lo mismo con la sexualidad, por ejemplo, que cada ciudadano se forme así mismo como quiera, luego viene el problema del aborto que podría ser reducido a mínimos con una buena educación sexual, pero algunos claman porque esto es perversión, Sodoma y Gomorra. Pasa lo mismo en otros terrenos, casi todos. Mejor que cada uno se bandee como pueda que atacar el mal de raíz. Hay una dejadez casi criminal y una vergüenza que resulta incomprensible, en estos tiempos y en todos. Es como si diera miedo hablar de lo más elemental, como si en esta sociedad solo se pudiera hablar de futbol, de otros deportes, del tiempo, de lo que sea, menos de lo que es importante y nos va a exigir superar la vergüenza, la timidez, el miedo y afrontar temas delicados y problemáticos. Los familiares, salvo casos excepcionales, no están preparados para informarse por sí mismos, de forma autodidacta, y tampoco las asociaciones pueden permitirse el lujo de contratar profesionales para dar conferencias, cursillos o reuniones informativas sobre enfermedad mental. Aquí debe intervenir el Estado, lo mismo que en el tema de las estructuras y la sanidad mental global, no solo debe tratar a la enfermedad mental como a otras enfermedades físicas, también, de forma ineludible, debe tener una estrategia de información y de educación respecto a los familiares, a los enfermos y a la sociedad en general. Esta es una de las grandes sombras con las que no acabó la reforma psiquiátrica en España. Lo mismo que con el estigma social, el punto cuarto de esta recapitulación de Bautista. Lo trataremos en el próximo capítulo y desde luego que voy a tener que ponerme el traje de guerrero porque es una batalla a muerte que los enfermos mentales continuamos perdiendo.

 





CARTA DE MILAREPA SOBRE EL CORONAVIRUS XIII

22 07 2020

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No, no, para el carro que esto no puede seguir así. Tienes que dejar esa malsana obsesión. No puedes seguir pensando que lo importante es que la humanidad abra los ojos. Tienes que dejar de elucubrar sobre posibles acontecimientos que golpeen el plexo solar de los humanos, como un buen puñetazo, y mucho menos pedirme que yo actúe. Sabes que no tengo poder para hacerlo y aunque lo tuviera no lo haría. Ahora me vienes con esa delirante historia de sueños, sacada de alguna de tus delirantes historias. ¿Qué qué me parecería que toda la humanidad tuviera sueños lúcidos, conscientes, en los que se les hiciera saber lo que realmente está pasando? Un delirio. Ya te lo he dicho. No serviría de nada, lo mismo que esta pandemia cuyo único resultado es que la mayoría esconda su cabeza bajo la concha, como una tortuga. Cada persona es un universo, donde se mueve como quiere, donde vive la vida que quiere. El hecho de que las galaxias se estén separando y de que los universos no se puedan juntar, como la materia y la antimateria, no significa nada. El confinamiento puede cortar vínculos y hacer que la humanidad se sienta aún más frágil, pero no abre los ojos de quienes no quieren abrirlos. Eso es todo.

Dame tu mano y comencemos, començon, un viaje alrededor del planeta, para ver lo que está ocurriendo. Es lo menos que puedo hacer por ti. Y por favor, para tu mente. Ahora me vienes con que si levitaras tus hermanos abrirían los ojos. Lo que pretendes es no moverte, no hacer el menor esfuerzo. ¡So vago! Vamos a iniciar nuestro viaje de noche. Es más bonito. Ascendemos hacia lo alto, más y más. Quiero mostrarte la iluminación de las ciudades que taladra la oscuridad, mostrando a cualquier extraterrestre curioso lo listos que sois. Como ves, la paralización no ha llegado a la corriente eléctrica, a las fábricas que generan ese prodigioso encadenamiento de energía sin el cual os veríais en tremebundos problemas. Los frigoríficos, donde conserváis la comida, no se han parado, la mantienen en perfecto estado.  Añade un colectivo más a los que no pueden parar, pase lo que pase, incluso aunque el tiempo se detuviera. Ya tienes unos cuantos. Los agricultores y ganaderos, la cadena logística que lleva la comida hasta la boca de los ciudadanos; los sanitarios que cuidan de los contagiados, de los enfermos; las fuerzas de seguridad que velan para que se cumpla el confinamiento y no haya disturbios. Ahora tienes que “desparalizar”, si puede decirse así, a los encargados de que la energía siga fluyendo, empresas eléctricas, petroquímicas, para que el combustible no falte, porque los camiones tienen que seguir transportando la comida, a no ser que consigas la teletrasportación como en Star Treek o que los alimentos leviten hasta las bocas.

No puedes evitar reflexionar sobre todo. No servirá de nada. Este es un simple viaje de observación. Observa, contempla y calla. Sí, ya sé que resulta muy llamativo que los humanos hayan vinculado la supervivencia a todo, incluso a las actividades inútiles. Ya no se trata de mantener vivo lo imprescindible, si se para el resto la economía se va a pique, porque todo el mundo tiene que comer, todo el mundo tiene que sobrevivir, hay que ganarse el garbanzo –graciosa expresión- como dices tú. Hay quienes se ganan la vida con actividades que ahora no deberían considerarse esenciales, pero que lo son porque sin ellas los que trabajan en estos sectores se morirían de hambre. Habéis hecho de la economía un auténtico disparate, el fogón del tren de los hermanos Marx. Más madera. ¿Recuerdas? Es la sociedad del bienestar, del consumismo, del hedonismo. Ya no se puede parar nada porque alguien vive de ello, de lo que sea. A todo el mundo se le ocurre cualquier cosa para ganar unas monedas acuñadas, como bien dices tú en esos divertidos textos que has empezado pero que nunca terminarás. Cómo acabar con el capitalismo en seis días. La pandemia tardará un poco más pero lo acabará consiguiendo. Cualquier emprendedor puede lograr que la actividad más fútil se convierta en básica porque alguien, tal vez muchos, se ganan el garbanzo así. Hasta un inflador de globos puede poner el grito en el cielo porque ya no puede hacerlo y se morirá de hambre. Así todas las actividades son esenciales, da lo mismo que no tengan la menor importancia en una situación de emergencia. Habéis vinculado todo a la economía, a la maquinaria que no puede parar y ahora os veis en un terrible dilema. ¿Salud o economía? Me hacen gracia tus tontos discursos. Prefiero morir por el coronavirus que de hambre. Sí, así piensan muchos. Habéis unido la supervivencia a todo, a cualquier cosa. Ya no podéis ni imaginaros una sociedad que no sea consumista, de pura supervivencia, no del bienestar, no una economía que no tenga que crecer todos los días y a todas las horas, porque si no crece entraréis en recesión. Bonita palabra. ¿Os habéis planteado que a este paso la economía podría alcanzar cifras astronómicas, aunque tuviera para ello que consumir todo el universo? Cada año un crecimiento de un tres por ciento, pongamos por caso, mejor el veinte, mejor el cien por cien, porque de otra forma estamos en recesión y la economía se va a pique. Ya no se trata de vivir una vida digna, de sobrevivir y ver si el año que viene podemos darnos un caprichito, se trata de que la economía no puede dejar de crecer, de que todos tienen que sobrevivir, hagan lo que hagan. Bonito lío, amigo mío. Te parece un problema insoluble, y lo es. Bueno, vamos a bajar hasta el detalle,  porque desde aquí arriba todo se ve muy confuso. Sí, permíteme una vez más  que diga mi oración preferida, porque si alguna vez dejo de decirla tengo la sensación de que no durarías ni dos días.

QUE LA PAZ PROFUNDA OS ACOMPAÑE SIEMPRE EN EL CAMINO

 





DICCIONARIO CHAMÁNICO XIX

14 07 2020

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LETRA DE CONTINUACIÓN

DOBLE, EL

Relatos de poder

Carlos Castaneda

“Un doble es el brujo mismo desarrollado a través de su soñar. Un doble es un acto de poder para un brujo, pero solo un  cuento de poder para ti. En el caso de Genaro, su doble no se puede distinguir del original. Eso se debe a que su impecabilidad como guerrero es superior. Así, tú mismo nunca has notado la diferencia. Pero en los años que llevas de conocido sólo dos veces has estado con él, todas las otras veces has estado con su doble.

Don Juan dijo que el doble tenía poder, y que lo usaba para  realizar hazañas que serían inimaginables en términos ordinarios. Ya te he dicho una y otra vez que el mundo no tiene fondo. Y tampoco lo tenemos nosotros los hombres, o los otros seres que existen en este mundo. Por eso es imposible razonar al doble.

Bueno, un brujo puede desdoblarse, eso es todo lo que se puede decir. Se da cuenta que está desdoblado- ¿Sabe que está en dos sitios a la vez? Ningún brujo sabe dónde está su otro. Un brujo no tiene la menor idea de que está en dos sitios al mismo tiempo. Tener conocimiento de eso equivaldría a encarar a su doble, y el brujo que se encuentra cara a cara consigo mismo es un brujo muerto. Esa es la regla. Ese es el modo que el poder ha armado las cosas. Nadie sabe por qué.

Cuando un guerrero ha conquistado el soñar y el ver, debe haber logrado asimismo borrar la historia personal, el darse importancia a sí mismo y las rutinas. Un guerrero fluido ya no puede ponerle fechas cronológicas al mundo y para él, el mundo y él mismo, ya no son objetos. El es un ser luminoso que existe en un mundo luminoso. El doble es cosa sencilla para un brujo porque él sabe lo que hace. Un brujo sin duda puede notar, después, que ha estado en dos sitios al mismo tiempo. Pero esto solo sirve para llevar la cuenta y no afecta en nada al hecho de que mientras actúa no tiene idea de que es doble.

El mundo se nos viene encima directamente, la descripción del mundo siempre está en el medio. Así pues, hablando con propiedad, siempre estamos a un paso de distancia y nuestra vivencia del mundo es un recuerdo de la experiencia. Estamos eternamente recordando el instante que acaba de suceder, acaba de pasar. Recordamos, recordamos, recordamos.

Si toda nuestra vivencia del mundo es recuerdo entonces no resulta tan absurdo decir que un brujo puede estar en dos sitios al mismo tiempo. Pero ese no es el caso, desde el punto de vista de lo que él siente, porque para vivir el mundo, un brujo, como cualquier otro hombre, tiene que recordar el acto que acaba de realizar, la experiencia que acaba de vivir. En el conocimiento de un brujo hay un solo recuerdo. Sin embargo para alguien que estuviera mirando a un brujo. El brujo aparecería como si estuviera actuando a la vez en dos episodios diferentes. El brujo, no obstante, recuerda sus dos instantes aislados, distintos, porque para él la goma de la descripción del tiempo ya no pega más.

La solidez, el cuerpo, son recuerdos, al igual que todo lo demás que sentimos del mundo son recuerdos que acumulamos. Tú tienes el recuerdo de mi solidez igual que tienes el recuerdo de comunicarte con palabras.

El único modo de contrarrestar el devastador efecto del mundo de los brujos es reírte de él.

EL SECRETO DEL DOBLE

El secreto del doble radica en la burbuja de la percepción, que en tu caso estaba aquella noche en lo alto del peñasco y en el fondo del barranco al mismo tiempo. El racimo de sentimientos puede agruparse al instante en cualquier parte. En otras palabras, podemos percibir a la vez el aquí y el allí… Esos dos recuerdos no pueden acomodarse uno tras otro porque ocurrieron al mismo tiempo.

 

COMENTARIO PERSONAL

El doble es uno de los conceptos más intrigantes y apasionantes de la filosofía chamánica de Castaneda, al menos para mí. No es un concepto totalmente novedoso, porque ya en el esoterismo se habla de cuerpo astral, cuerpo de luz o de energía, e incluso en una religión tan conservadora y aceptable para muchos, como es el catolicismo, ya se habla de un tipo de milagros de los que se deduce claramente el concepto de “doble” aunque no se exprese así, teniendo un exquisito cuidado en no deducir nada al respecto, porque estas deducciones nos llevarían a un terreno muy pantanoso. Se trata de la bilocación. Entre los milagros de los santos éste es para mí uno de los más llamativos. Se habla de que en la vida de algunos santos se constató el milagro de que éstos fueran vistos en dos lugares a la vez al mismo tiempo. Dejando de lado el tema de los milagros, a la luz de la filosofía del guerrero, que podría ser muy interesante, el hecho de que el catolicismo admita, sin más, la bilocación como un milagro que sirve para canonizar a los que luego serán santos, es muy, pero que muy llamativo.

Resulta muy complicado, científicamente, explicar la posibilidad del doble, porque todos conocemos bastante bien las leyes físicas básicas que conforman nuestro mundo, nuestra realidad, y éstas no se pueden anular así como así, aunque es cierto que una ley tan elemental como la ley de la gravedad puede ser contrapesada con otras para conseguir unos determinados efectos que en otros tiempos podrían considerarse como milagrosos, tales como el funcionamiento de los aviones. ¿Por qué vuelan los aviones? No es mi especialidad y no voy a meterme en ello, pero seguro que un ingeniero areonaútico  lo podría explicar bastante bien, incluso de forma sencilla. Se pueden utilizar determinadas leyes físicas para modificar otras, eso es evidente, lo que resulta imposible, al menos de momento, es formular una hipótesis aceptable que permita ver la existencia del doble como algo verosímil.

Es curioso, porque hace unos días recibí una noticia en mi móvil que me interesó de inmediato y leí apasionadamente. Se trataba de un experimento, realizado en un acelerador de partículas, no sé dónde, en el que se intentaba comprobar cómo las partículas cuánticas podía influir en nuestro mundo físico. Al parecer el experimento salió bien y con todas las reservas se trata del primer paso para explicar y comprender cómo las partículas cuánticas influyen en el mundo físico. No voy a explicar el experimento porque me cuesta narrar lo que no comprendo muy bien, pero lo cierto es que se produjo un efecto incontrovertible, se afectó a un peso de unos cuarenta kilos, que bien podría ser un cuerpo humano, muy delgadito, eso sí, no precisamente el mío. Creo que ese es un buen camino para la ciencia. Si el mundo cuántico es invisible y la ciencia demuestra que algo invisible afecta al mundo visible, al mundo físico de todos los días, ya estamos metidos en un camino que podría llevarnos muy lejos.

Con todo esto sólo quiero recalcar que hablar del doble no es hablar de mundos de fantasía generados por la imaginación y que lo que se cuenta en los libros de Castaneda no es un delirio, se habla de experiencias que otros no han vivido pero que podrían ser perfectamente reales, tan solo habrá que esperar a que la ciencia avance, tal vez solo un poco, tal vez en no mucho tiempo. Antes de analizar lo que se dice en los libros de Castaneda, lo que dice don Juan sobre el doble, me gustaría comentar algunas experiencias personales que en su tiempo me aterrorizaron y me llevaron a plantearme muchas cosas para las que no encontraba respuesta hasta que leí a Castaneda y me hice una idea de lo que podía estar pasando. La posibilidad de que mi mente pudiera estar generando determinados efectos físicos me angustió hasta el terror.

En los estudios rosacruces que estaba entonces siguiendo se habla de la proyección mental como de algo comprobado y para nada alejado de la ciencia. Fue por esto que comencé a hacer determinados experimentos y a observar sus posibles efectos. La gran dificultad con que me encontré fue poder diferenciar efectos físicos no visibles pero que podrían explicarse de una determinada manera de otros para los que no encontraba una explicación causal razonable. En mi juventud estuve muy interesado en todo el mundillo de los fenómenos parapsicológicos, entre otras cosas, por eso no me resultan desconocidas palabras tales como telequinesia o psicofonías. Angustiado porque mi mente se pudiera proyectar y producir fenómenos físicos llegué a observar que a veces se producían extraños ruidos a mi alrededor, tales como golpes en las paredes, por ejemplo. Antes de plantearme nada más intenté encontrar una explicación razonable, tal como que las tuberías del agua tenían problemas y producían esos ruidos al cortarse el agua un momento y luego reanudarse el suministro. Busqué todo tipo de explicaciones pero ninguna me pareció totalmente segura. Si en aquellos tiempos se hubiera producido el experimento del que he hablado más arriba me habría planteado si mi mente estaba conformada por partículas cuánticas que yo proyectaba y que en determinados casos y circunstancias podían interferir con el mundo físico, generando algo perfectamente medible como un ruido.

De hecho yo había llegado a algunas conclusiones mediante la deducción más lógica. Por eso envié una consulta a mi maestra rosacruz para hablar de ello. Su respuesta fue tan dura, tan poco humana que abandoné. No entendía por qué no se me daban respuestas lógicas a preguntas lógicas, como si hubiera algo que ocultar. Lo peor fue la utilización de una farsa de control tan básica como intentar hacerme creer que lo único que ocurría es que yo estaba loco y necesitaba visitar a un psiquiatra. Me pregunté por qué podían admitir con total claridad que un estudioso rosacruz podía proyectar su mente hasta otro y anunciarle su cercana muerte y despedirse de él, como al parecer se había comprobado. Cómo se podía admitir que se podía proyectar la mente para hacer curaciones a distancia y no hacer las deducciones correspondientes, es decir, lo que se usa para el bien, se puede usar para el mal, por el mismo camino que vas, puedes venir. ¿Tal vez les asustaba hablar de magia negra, del lado oscuro del universo, de que la luz tiene su opuesto en la oscuridad?

Durante años no pude evitar seguir haciendo deducciones y las conclusiones a las que llegué me aterrorizaron hasta descubrir el concepto de doble expresado por don Juan en las citas que encabezan este capítulo del diccionario chamánico. Sin saber muy bien cómo yo también llegué a la deducción de la existencia de un doble. Yo lo veía como el cuerpo astral que se proyecta y que actúa fuera de nosotros e incluso al margen de nuestra consciencia. En los libros de Castaneda don Juan también habla en ciertos momentos de cuerpo de luz o de huevo luminoso. Mi miedo más profundo era el de que mi “doble” estuviera haciendo cosas que mi consciencia vigil no haría nunca, porque tenía una ética, porque no las hubiera hecho de forma consciente. También llegué a la conclusión de que eso ocurría sobre todo en sueños, cuando nuestra consciencia cotidiana pierde el control de nuestra consciencia onírica. El mundo de los sueños se volvió de pronto para mí apasionante. Luego la lectura del arte de ensoñar puso muchos puntos sobre muchas “ies”.  Me dio unas ideas bastante claras de lo que podía y de lo que no podía hacer. Uno de los conceptos clave fue el del que nuestro yo cotidiano no podía saber dónde se encontraba nuestro doble o lo que hacía. Había llegado a obsesionarme con la idea de saber qué hacía mi doble en sueños. Me aterrorizó la posibilidad de que estuviera viendo mi futuro o mis futuros y trazando él, por su cuenta, el posible mejor futuro para mí, con el que yo muy bien no podía estar de acuerdo. Luché desesperadamente por conseguir un encuentro con mi doble para que me explicara lo que estaba haciendo. Si es verdad lo que dice don Juan que un brujo que se encuentra con su doble es un brujo muerto, algo que no me parece tan inverosímil, debo dar gracias a no haberlo conseguido, aunque aquel sueño en el que mi yo futuro me visitaba en sueños y me despertaba pudo muy bien haber sido el principio del fin. Es un sueño que realmente ocurrió y que narro en mi novela “El loco de Ciudadfría”. Fue solo un instante y me desperté, pero el terror que sentí en aquellos momentos no se me olvidará nunca.

Mi fantasía, siempre tan viva, tan delirante, me llevó a elucubrar sobre las infinitas posibilidades de un doble actuando al margen de nosotros, en sueños o en momentos en que perdemos el control de nuestra consciencia estando despiertos. Estas elucubraciones fueron terroríficas, aunque luego muy aprovechables para ciertos relatos como “El verdugo del karma”, relatos esotéricos y muchos otros que andan por ahí sin terminar. Desde luego que la mejor actuación del doble sería la que lleva a cabo el doble de Genaro entrenando a Castaneda en el camino del guerrero. Resulta curioso saber, como le dice don Juan, que la mayoría de encuentros que éste tiene con Genaro son en realidad con su doble y que éste, Genaro, no sabía dónde estaba su doble y qué hacía. Las historias que se cuentan del doble de Genaro actuando con Castaneda, son realmente terroríficas, no sé si tanto como las que viví yo con mi imaginación, pero bastante. También llegué a plantearme la posibilidad de encarrilar a mi doble hacia actuaciones mucho más positivas de aquellas que imaginaba que podía estar realizando, tales como misiones de ayuda, ayudando a otros, curando, evitando acontecimientos espantosos como actos terroristas, por ejemplo. Esto me ocupó durante algunos años y mi pasión por los sueños llegó a la obsesión. Fue por entonces cuando comencé a anotar todos los sueños al despertarme, a analizarlos, reflexionar sobre ellos e incluso ordenarlos en la serie de textos del blog, Mi vida onírica, Agenda onírica. Reconozco que nunca conseguí gran cosa, pero no era de esperar teniendo en cuenta que un guerrero no puede saber dónde está su doble o lo que está haciendo.

Y ahora podemos intentar analizar meticulosamente lo que nos dice don Juan del doble, que puede no ser mucho, pero desde luego que sí es sumamente interesante. Podemos comenzar intentando saber qué es el doble de acuerdo a las enseñanzas de don Juan. El secreto del doble reside en la burbuja de la percepción, nos dice don Juan. Creo que aquí está la madre del cordero. Podríamos decir que el secreto del doble es la percepción. Según percibamos estaremos en un mundo cronológico, en un tiempo, describiendo el mundo, podríamos decir en el concepto chamánico de don Juan, o estaremos en un mundo no cronológico, donde los acontecimientos no se pueden poner uno tras de otro, como le sucede al brujo. Pongamos un ejemplo, tenemos una película en un video que podemos editar, cortamos un trozo y lo colocamos en otro lugar distinto, según sean las escenas nos podemos encontrar con que un actor que estaba en lo alto de un edificio, ahora está en el suelo, sin solución de continuidad al haber suprimido las escenas en las que él baja en el ascensor o por las escaleras. En una película eso no nos sorprende, porque somos conscientes de que en el montaje se ha producido un corte, una elipsis. En la vida real esto nos parece inimaginable porque existen leyes físicas, no podemos dar un salto desde lo alto de un edificio y encontrarnos en el suelo sin más. Sabemos que la ley de la gravedad se puede contrarrestar, por ejemplo utilizando un paracaídas, pero siempre habrá un tiempo entre el estar en un sitio y el estar en otro, no al mismo tiempo. ¿Pero qué ocurre si suprimimos el tiempo?

En uno de mis relatos inacabados que trata de analizar el tiempo mediante una metáfora muy plástica, imagino que ha ocurrido una catástrofe, no en el espacio, que es algo bastante habitual, sino en el tiempo, algo que nos parece de todo punto imposible. En mi relato el protagonista al regresar a casa se encuentra con que sus otros yoes se encuentran sentados, unos encima de otros, en la misma silla que utiliza habitualmente. No puede sentarse porque la silla ya está ocupada por todos los yoes que se han sentado en esa misma silla una hora tras otra, un día tras otro, a lo largo del tiempo. Eso ocurriría si por una catástrofe cuántica o de otro tipo el tiempo dejara de fluir como lo hace en nuestra realidad cotidiana. Podríamos decir que si el tiempo se quebrara nos encontraríamos bilocados puesto que hemos ocupado los mismos espacios pero en diferentes tiempos. La desaparición de la cronología, de la línea temporal generaría la bilocación. Pero no es este el doble del que habla don Juan. He puesto el ejemplo para que nos apercibamos de que la imposibilidad de estar en dos sitios diferentes al mismo tiempo no parece tan absoluta si modificamos el tiempo. Esto pude ocurrir con bastante facilidad si modificamos nuestra percepción, lo que don Juan llama la burbuja de la percepción.

El ejemplo de don Juan es muy llamativo puesto que muchas de las críticas más demoledoras a los libros de Castaneda mencionan este episodio. Esto es imposible, una fantasía, un delirio, nos muestra claramente que todo lo que nos cuenta Castaneda en sus libros es una novela, nunca pudo ocurrir en la realidad. Fijémonos en que don Juan deshace esta aparente crítica demoledora con algo tan sencillo como explicarle a Carlos que su percepción estuvo al mismo tiempo en lo alto del peñasco y en el fondo del barranco. No dice que Genaro estuviera a la vez en el peñasco y en el fondo del barranco sino la percepción de Castaneda.

Por desgracia en mi caso viene siendo más habitual de lo que yo hubiera deseado –porque me genera confusión, desorientación y miedo- el tener percepciones extrañas que yo achaco al salto en el tiempo de mi mente. Así, por ejemplo, es bastante habitual que crea que me están llamando al móvil. Lo tomo, lo enciendo y nadie me ha llamado. Sin embargo en muchos casos ocurre que a los cinco minutos, por poner un tiempo cercano ya que no suele transcurrir mucho tiempo, recibo la llamada auténtica, digamos la real. Las primeras veces que me ocurrió me sentí muy mal, confuso y atemorizado, luego descubrí que estas cosas solían pasarme cando mi mente estaba bastante desconectada de la realidad, en Babia, como suelen decir en mi tierra. Imaginemos que cuando creo percibir la llamada estoy sentado en mi butacón favorito y que cuando la recibo sigo en el mismo lugar, no podría decir que he estado en dos lugares diferentes a la vez. Sin embargo si me levantara del sillón y saliera al jardín habría ocurrido que la primera llamada ocurrió en el butacón y la segunda en el jardín. Aquí si estaría en dos lugares a la vez. El hecho sería el mismo, la llamada de teléfono, y los lugares diferentes, el butacón y el jardín. Esto sería como decir que mi percepción estuvo en dos lugares distintos, lo mismo que la de Castaneda, en lo alto del peñasco y en el fondo del barranco. El hecho es único, la percepción diferente. En mi caso, como mi percepción no es la impecable de un guerrero, la primera llamada es como algo lejano, a veces poco audible, y en cambio la segunda, real, tiene todas las características de las llamadas reales. Bien, supongamos que fuera un guerrero como Genaro, seguro que la primera llamada sería tan intensa y real como la segunda, incluso podría contestarla. Luego ocurriría la segunda llamada que también contestaría. Estaríamos ante un caso de un acto que realiza mi doble y otro que realizo yo. En realidad, como vemos bien en el ejemplo, se trata de la burbuja de la percepción. Mi percepción estuvo en un tiempo diferente, primero cuando estaba sentado en el butacón y luego en el jardín.  Una llamada la recibió mi doble y otra mi yo real o mi cuerpo físico, mejor dicho. Solo de imaginar que pudiera vivir las dos experiencias con la misma intensidad me voy por la pata debajo de miedo. No me parece imposible que muriera de un infarto. El guerrero no sabe lo que hace su doble. Es un tema muy interesante, pero tal vez, solo tal vez, bien pudiera ocurrir que algo de lo que hace el doble nos llegara de alguna manera. Porque como dice don Juan, el brujo recuerda y todo son recuerdos, recuerdos y recuerdos. Eso lo veremos en su momento.  Hablar de la naturaleza del doble es como intentar descubrir el misterio, un guerrero sabe que no lo conseguirá, pero lo seguirá intentando mientras viva. Me he extendido mucho por lo que seguiremos en el capítulo siguiente.

 





UN CURSO DE MILAGROS III

9 07 2020

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DÍA OCHO

Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado.

Si la vida es la consciencia, lo que en ella hay es la vida, si pensamos en el pasado somos pasado.

Borrar el pasado es una de las técnicas esenciales en el camino del guerrero de Castaneda.

Liberar la mente de las ilusiones, vemos lo que está en nuestro pensamiento.

El mundo del tiempo es el mundo de lo ilusorio, Lo que ocurrió hace mucho tiempo parece estar ocurriendo ahora.

DÍA NUEVE

No veo nada tal como es ahora.

El presente no existe, todo ha pasado o está por pasar.

Liberar tu mente de su prisión restaura la cordura.

Un milagro es una corrección que yo introduzco en el pensamiento falso.

-Puesto que tu voluntad es libre puedes aceptar lo que ha ocurrido en cualquier momento, que así lo decides y solo entonces te darás cuenta que siempre había estado ahí.

DÍA DIEZ

Mis pensamientos no significan nada.

Ver emanaciones del Águila en Castaneda, son compulsivas y obligatorias, nuestra libertad es relativa y por eso nuestros pensamientos no significan nada. Al mover el punto de encaje sintonizamos con otras emanaciones. Por lo tanto es más importante mover el punto de encaje que el contenido de nuestros propios pensamientos.

-El pensamiento precede a la acción, el acto forma la conducta y la conducta el carácter. Claro que comparado con las emanaciones del Águila nuestro carácter no significa nada.

DÍA ONCE

Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.

Nosotros damos significado a la realidad, es un error buscar que la vida nos lleve y dé significado a nuestras acciones. Son nuestros pensamientos los que dan significado a nuestras acciones. Son nuestros pensamientos los que dan significado a la vida.

-La vida es lo que pensamos todos los días. Ralph Waldo Emerson.

-Vivir en la primera atención de forma permanente es vivir en una cárcel de papel. Debemos aspirar a la libertad, a entrar en la segunda atención en incluso a la libertad en la tercera.

El milagro es el único recurso que tienes a tu inmediata disposición para cambiar el tiempo.

Los que tienen que conocerse se conocerán ya que juntos tienen el potencial para desarrollar una relación santa. No hay nadie de quien un maestro de Dios no pueda aprender, de manera que no hay nadie a quien él no pueda enseñar.

DÍA DOCE

Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.

No muevo el punto de encaja, escucho siempre la misma emisora y me siento prisionero, nada tiene significado. Las emanaciones del Águila son compulsivas, solo moviendo el punto de encaje puedes librarte de tu celda en la prisión.

El plan dispone que cada maestro de Dios establezca contactos muy específicos. En la salvación no hay coincidencias.

Los encuentros fortuitos son una señal de relación maestro-aprendiz.

El milagro es un recurso para sanar la percepción, que es eficaz independientemente del grado o dirección del error.

El milagro compara lo que tú has hecho con la creación, aceptando como cierto lo que concuerde con ella y rechazando como falso lo que no.

DÍA TRECE

Un mundo sin significado engendra temor.

Buscamos la salida a toda costa,pero eso no es posible, vivimos en un mundo mental(ver Kybalión) en un mundo creado por las emanaciones del Águila. Solo el movimiento de nuestro punto de encaje da sentido a esas emanaciones. La falta de solidez de ese mundo cuántico  genera temor, terror.

La revelación suspende completamente, aunque de forma temporal, la duda y el miedo. Los milagros son interpersonales, de ahí su mayor realidad que la mera vivencia individual y egoísta.

<la revelación te une a Dios, los milagros a los demás. No emanan de la conciencia, aunque se experimentan en ella, induce a la acción, aunque no la inspiran. Eres libre de creer lo que quieras y tus actos dan testimonio de lo que crees.

DÍA CATORCE

Dios creó un mundo sin significado.

Las emanaciones del Águila de Castaneda. Tiene sentido, puesto que si el significado se lo damos nosotros somos libres. Un mundo con significado sería coactivo, obligatorio, no seríamos libres. Si te imponen el significado, no eres libre.