MEDITACIÓN-LA ESTACIÓN DE TRENES

24 04 2013

LA ESTACIÓN DE TRENES-MEDITACIÓN PARA DETENER EL DIÁLOGO MENTAL
LA LEY DE AHMRA

En tiempos del faraón Akenatón, los iniciados de las escuelas de los misterios egipcias formularon una ley cósmica que ya se conocía desde mucho tiempo atrás. La llamaron la ley de Ahmra. Viene a decir que cuando recibes dones espirituales de forma gratuita, que no has comprado con tu dinero o tu duro trabajo, estás obligado a compartir esos dones con los demás con absoluta generosidad. Si no lo haces e intentas aprovecharte de esos dones en tu exclusivo beneficio, especialmente si buscas la riqueza material a costa de otros, antes o después la ley kármica caerá sobre tu cabeza y todo comenzará a torcerse de forma inexplicable. Es por eso que en cumplimiento de la ley de Ahmra distribuyo gratuitamente lo que gratuitamente recibí.

PREPARACIÓN PARA LA MEDITACIÓN

Se puede meditar a cualquier hora del día o de la noche, el único requisito es estar solo en un lugar adecuado y no tener prisa alguna. Aunque nada impide meditar en grupo, todos los presentes deben participar en la meditación y estar concentrados, de otra forma la mente se dispersa y resulta imposible meditar.

Se recomienda utilizar un lugar de nuestro domicilio especialmente preparado para ello y en el que nos sintamos a gusto. La meditación en la naturaleza, si el tiempo acompaña y las circunstancias lo permiten es ideal. Si estamos solos en casa y no vamos a ser molestados en un tiempo prepararemos nuestro cuarto favorito de la siguiente manera: ayuda mucho decorarlo con posters, fotografías o cuadros de hermosos paisajes, encender incienso, escuchar una música para relajación con la que sintonicemos especialmente y llevar ropa cómoda. Es imprescindible adoptar una postura cómoda, si es posible con la espalda lo más recta posible. La postura ideal es la del loto, sentados en el suelo, con las piernas cruzadas, los pies encima de los muslos. Como esta postura suele resultar poco cómoda para los occidentales, se puede utilizar una silla o un sofá que permita tener la espalda lo más recta posible. En ese caso las piernas deben estar separadas hasta la anchura de los hombros, las manos descansan sobre los muslos y los ojos cerrados. Si se prefiera la postura más cómoda, tumbados en el suelo, boca arriba, se recomienda utilizar una alfombra, esterilla o manta doblada, los pies descalzos, ropa cómoda que no nos oprima, las piernas separadas, los brazos ligeramente separados del cuerpo, una cuarta.

Con los ojos cerrados comenzamos a respirar con tranquilidad, inspirando por la nariz y espirando por la boca o por la misma nariz. La respiración en yoga es un tema muy complejo. El pranayama es todo un mundo. Nosotros, como aprendices, nos conformaremos con la respiración más sencilla, sin perjuicio de ir aprendiendo más técnicas conforme dominemos las más sencillas. Deberemos centrarnos en la respiración ya que eso nos ayuda mucho a relajarnos y la quietud de la mente es requisito imprescindible para meditar.

Se recomienda hacer un ejercicio de relajación básico que todo el mundo conoce. Yo prefiero imaginarme o visualizar un pequeño gnomo luminoso que sale del centro de mi cabeza, de la glándula pineal y baja hasta la planta de los pies. Va subiendo hacia arriba, deteniéndose un poco más donde estamos tensos o sentimos dolor. El gnomo luminoso utiliza su energía para calmar esa parte del cuerpo y luego continúa subiendo, tobillos, pantorrillas, etc. Hasta llegar a la cabeza y concretamente a la coronilla. Como este proceso lo vamos a utilizar en la meditación para curar enfermedades, como paso previo a esa terapia, ahora nos limitaremos a practicar una relajación muy sencilla.

La meta de toda meditación es parar el diálogo interno. No se trata de ese diálogo del que hablaba Antonio Machado –quien habla solo consigo espera hablar a Dios un día- sino ese constante monólogo del que no somos capaces de desprendernos desde que nos despertamos por la mañana. Es como un espejo en el que nos miramos constantemente como si temiéramos perder nuestra personalidad, nuestra individualidad. La meta de la meditación es salir de nosotros mismos, de nuestro ego, y comunicarnos con todos los demás, con todo el universo, con la totalidad, con la divinidad.

Para ayudarnos a parar el diálogo interno vamos a utilizar la técnica de la visualización, que consiste básicamente en hacernos espectadores de una escena que vamos creando o incluso actuar en ella como personajes. Ahora utilizaremos la visualización de la estación de trenes para ayudarnos a parar el diálogo internio.
PRIMERA MEDITACIÓN- CÓMO PARAR EL DIÁLOGO INTERNO

LA ESTACIÓN DE TRENES

Mientras seguimos relajados y respirando con tranquilidad, vamos a visualizarnos entrando en una estación de trenes, si es una conocida, mejor, así podremos imaginar los detalles con más intensidad. Imaginemos que está vacía. Estamos solos. Caminamos sin prisa por el vestíbulo y accedemos a los andenes. Una vez allí buscamos un banco y nos sentamos, las piernas separadas, las manos descansando en los muslos, la mirada al frente.

Hay un silencio absoluto, pero de pronto sentimos un molesto ruido. Es un tren que está entrando en la estación por nuestra derecha. Los trenes son metáforas de nuestras ideas. Siempre hay una idea entrando por la derecha de la estación de nuestro cerebro. Cada tren-idea tiene una forma diferente, va pintado de distintos colores y lleva una velocidad distinta. Lo mismo que nuestras ideas, que tratan sobre temas muy diversos y permanecen más o menos tiempo en la estación de nuestro cerebro.

Visualicemos cómo van subiendo o bajando viajeros del tren, cómo estos viajeros son muy diferentes entre sí, cómo van charlando arrastrando sus maletas. Sentimos la viva tentación de levantarnos de nuestro banco y unirnos a ellos, pero eso sería un error, regresaríamos al diálogo interno y nos perderíamos la meditación. Por eso vamos a permanecer sin movernos, mirándolo todo como espectadores de una película. El tren puede tener una parada más o menos larga, pero antes o después se pondrá en marcha. Lo mismo que nuestras ideas, que por mucho tiempo que permanezcan en nuestra mente antes o después serán sustituidas por otras.

Vemos ese primer tren alejándose. Seguimos mirando al frente y respirando con tranquilidad. Nos fijamos en las vías. ¿Qué ocurriría si nos levantáramos y nos pusiéramos en mitad de la vía, esperando el tren? Nos atropellaría, nunca podríamos parar un tren. Lo mismo ocurre con nuestras ideas, intentar pararlas luchando a brazo partido con ellas es una batalla perdida. Por lo tanto la lección que extraemos de esta metáfora es que la única forma de parar el diálogo interno es transformándonos en espectadores que no pueden evitar ver lo que están viendo, pero que sin embargo permanecen ajenos, sin involucrarse.

Otro tren entra en la estación por nuestra derecha, los trenes, lo mismo que nuestras ideas nunca dejan de atravesar la estación de nuestra mente. Cada tren es diferente, pero todos ellos llaman nuestra atención. Nos gustaría subir a ellos y viajar lejos o mezclarnos con los pasajeros. Sería un grave error. Estamos meditando y no dejándonos llevar por la cabra loca de nuestra mente, que siempre tira al monte y pretende ser nuestra dueña. No vamos a ir donde quiera llevarnos, vamos a permanecer aquí, sentados, tirando de la soga que hemos atado a la cabra. Nosotros somos los dueños.

Tras un largo periodo de contemplar trenes nuestra respiración se va espaciando, sentimos que nos pesan los párpados y entramos en un duermevela agradable. No importa que las primeras veces que meditemos nos quedemos dormidos, e incluso ronquemos. Ese es un signo de que está surtiendo efecto. Si no nos hemos quedado dormidos sentiremos nuestro cuerpo más ligero, por un momento tenemos la sensación de que nos elevamos en el aire… y así es.

PRIMER PASO EN LA MEDITACIÓN

La técnica de la visualización sobre la estación de trenes ha surtido efecto, sin darnos cuenta estamos meditando, hemos dado el primer paso. Ascendemos sobre la estación y allá abajo vemos nuestro cuerpo sentado en el banco. Es la primera lección que estamos aprendiendo con esta primera meditación. No somos solo cuerpo físico, no somos solo un pedazo de materia, en nuestro interior hay algo más, un ser de luz, un alma o espíritu, un conductor.

Ahora vamos a visualizar otra escena. Salimos de casa, oprimimos el mando de la llave de nuestro coche y nos subimos a él. Lo ponemos en marcha y nos vamos moviendo por la ciudad. Es la imagen perfecta de lo que somos. Un conductor en el interior de un coche. El vehículo es nuestro cuerpo. No es para siempre. No lo hemos elegido, nos lo han impuesto. Algunos tienen formidables cochazos, han tenido mucha suerte en la vida, van por ahí llamando la atención, corriendo como locos. Su vehículo-cuerpo les facilita la vida. En cambio nosotros apenas podemos disponer de un utilitario de segunda mano, cochambroso y que la mayor parte del tiempo está en el taller. ¿Qué hemos hecho nosotros para merecer esto? Tal vez se trate de una deuda kármica que arrastremos de otra vida, de otra reencarnación, o sencillamente lo hemos escogido nosotros porque queremos aprender una lección.

Como dice mi personaje, Milarepa, un joven monje budista, la vida no es otra cosa que una escuela de espiritualidad. Hemos venido aquí para aprender determinadas lecciones y seguiremos repitiendo curso una y otra vez hasta que consigamos aprenderlas. Podemos sentir envidia de los alumnos que abandonan la clase y con sus cochazos hacen novillos mientras nosotros estudiamos duramente, con los codos clavados en el pupitre. No sentiremos tanta envidia cuando al repetir el curso les toque otro coche, mucho más modesto, una verdadera birria y ya no puedan ir por ahí llamando la atención y burlándose de los otros.

Ya hemos aprendido la lección. Somos conductores, no vehículos para el desguace. Ahora dejamos que nuestros cuerpos de luz se eleven sobre la estación, sobre nuestro cuerpo, que permanece sentado en el banco y que sigan subiendo. Algunos entrarán en un sueño profundo, otros sentirán una gran paz interior mientras pierden contacto con la realidad que les rodea. No tenemos prisa. Vamos a permanecer así hasta que nos despertemos o una voz interior nos diga que ya es hora de regresar.

Hemos hecho nuestra primera meditación y hemos aprendido dos lecciones: No se puede detener el diálogo interno de nuestra mente poniéndonos en medio de la vía y peleando con el tren que llega a toda velocidad. Es preciso hacerse espectador para paralizar el diálogo de nuestra mente. Somos conductores, cuerpos de luz, almas, espíritus, no simples tuercas y tornillos unidos hasta transformarse en un coche que antes o después terminará en el desguace.

Movemos los dedos de nuestras manos, de nuestros pies, vamos abriendo los ojos, nos quedamos un rato en la postura hasta que somos capaces de reaccionar, como al despertar por las mañanas tras un largo sueño. Hemos meditado, nos hemos recargado de energía, hemos aprendido algunas lecciones importantes. Ya podemos regresar a la realidad, a la vida. El conductor regresa al coche y se somete a la tiranía del espacio-tiempo. Pero ahora sabemos cómo se sale del vehículo y se regresa a él. Podemos hacerlo cuando queramos y notaremos cómo nos recargamos de energía, cómo nos llegaran maravillosas ideas desde nuestro interior que nos ayudarán a solucionar nuestros problemas, a ser más felices.

ENLACE PARA DESCARGAR AUDIO

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RELAJACIÓN

10 08 2012

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TÉCNICA BÁSICA DE RELAJACIÓN

La relajación es la base para la meditación y el resto de técnicas de yoga mental, el primer escalón a subir, sin el cual nunca llegaremos a lo más alto de la escalera. Es por eso que vamos a trabar esta técnica de una forma muy básica. Es raro que quien no tenga los rudimentos básicos de la relajación se acerque a la meditación u otras técnicas mentales, pero por si alguno cae por casualidad por este blog del Guerrero impecable y decide que le gustaría empezar de cero, aquí va esta relajación guiada, muy básica aunque imprescindible.

PREPARACIÓN PARA LA RELAJACIÓN

Deberemos acostumbrarnos a elegir un lugar adecuado, tanto para relajarse, como para meditar o practicar cualquier otra técnica mental. Es algo básico. Debe ser un lugar aislado de ruidos y del tráfico cotidiano. Un lugar donde nos encontremos a gusto. En la sección del Guerrero impecable hablaremos también de cómo don Juan enseñó a Castaneda a buscar “su lugar” o “ su lugar de poder”, donde su energía se encuentre a gusto y armonice con la energía del entorno.

Necesitaremos una alfombrilla de yoga o meditación o bien una manta doblada que colocaremos en el suelo y sobre la que practicaremos la relajación. Si gustan de olores, les aconsejo el incienso. Un cuadro de un paisaje o poster, a la vista, será de gran ayuda. Un paisaje de montaña, marino, un bosque, etc, lo que a ustedes más les relaje.

La postura ideal, como en la meditación, es la del loto, pero como para los occidentales y para los practicantes no muy avanzados puede resultar muy complicada y agotadora, elegiremos la postura más sencilla. Sobre la alfombrilla o manta doblada nos tumbaremos boca arriba, piernas ligeramente separadas, manos a los costados en un ángulo parecido a las piernas. Ojos abiertos contemplando el paisaje, que se irán cerrando poco a poco, conforme nos relajemos.

RESPIRACIÓN

La respiración o pranayama es muy importante en la relajación lo mismo que en la meditación. En otro momento estudiaremos diferentes técnicas de pranayama. Hoy nos conformaremos con respirar de forma básica.  Para ello pueden hacer un ejercicio previo, poniendo un libro pesado sobre el ombligo o plexo solar y haciendo que suba y baje con la respiración, es la respiración diafragmática.

Su importancia es fundamental puesto que el universo, el ritmo de la vida y del universo, es el ritmo de la respiración. El universo se mueve al ritmo y en ciclos de respiración adecuados a su tamaño e importancia. Mientras nosotros podemos tardar unos segundos en inspirar, expirar o retener la respiración, el universo hace lo mismo, solo que utiliza millones de años o eones, en lugar de segundos. Armonizarse con este ritmo cósmico nos ayudará a relajarnos.

Comiencen a respirar por la nariz de forma pausada y céntrense en su respiración, como si no hubiera nada más, como si nada más tuviera importancia. Ustedes son respiración, respiran, nada más. Con el tiempo esto se hará automático. Pueden inhalar por la nariz y expulsar por la boca o por la nariz, lo importante es que la respiración sea sencilla, pausada, sin bloqueos ni esfuerzos.

Al mismo tiempo visualicen que del centro de su cabeza, de la glándula pineal, la puerta a la dimensión espiritual, baja hasta los pies un gnomito alegre y muy luminoso. Es un truco que me gusta utilizar a mí para centrar en esa imagen la consciencia. Ustedes pueden utilizar otro truco de su gusto con el único objeto que les ayude a centrar su atención, como diría don Juan a Castaneda, o si prefieren, su consciencia.

El gnomito está en las plantas de los pies, sin prisa, con una sonrisa alegre, porque es un trabajo divertido y satisfactorio, éste va recorriendo la piel. Puede que tengan sus plantas doloridas por el caminar, con la piel endurecida. Hagan que el gnomito se quede allí donde noten molestias o dolor, es signo inequívoco de un bloque de energía. No le den instrucciones, ustedes solo visualícenlo allí, él sabe lo que tiene que hacer. Es su consciencia, centrada en un punto y su consciencia sabe muy bien lo que les ocurre y lo que necesitan, solo tienen que dejarla hacer.

El gnomito recorre los dedos, el calcaño, los tobillos. Comiencen por la pierna izquierda y luego sigan con la derecha.  Con el tiempo se darán cuenta de que así es mejor, lo mismo que si el recorrido es desde abajo hacia arriba y no al revés, podrán variar estos recorridos cuando sean conscientes del camino de su energía.

Tobillo izquierdo, van subiendo, rodilla, muslo. Hacen lo mismo con el derecho. Si están atentos y se han centrado en el gnomito o en ese punto de consciencia, se darán cuenta de dónde tienen molestias, pequeños dolores, dónde parece que hay debilidad, como si la energía estuviera bloqueada. La luz del gnomito va reparando esos canales o nadis, va cambiando el color de la energía según las necesidades, si es precisa una gran energía para solucionar un grave problema, el gnomito visualizará su cordón umbilical energético que le une a la glándula pineal y que a través de esta puerta está vinculada a los grandes circuitos energéticos y espirituales de otra dimensión. Por ese cordón umbilical recibirá el gnomito la energía necesaria para curar la parte de su cuerpo que está enferma.

Han llegado al primer chakra, el chakra raíz, situado entre sus órganos genitales y el ano, la zona perineal. Visualicen este chakra como una central de energía de paso, donde todas las energías se armonizan y se almacenan para luego circular cuando es necesario. Las energías en los chakras se mueven en forma de espiral. Visualicen cómo se mueven en su perineo primero como las agujas del reloj y luego al contrario. Noten los efectos de estos movimientos.

Ahora el gnomito está en sus órganos sexuales. También ellos necesitan ayuda energética. Sean conscientes de si tienen molestias o de si sufren algún problema físico al expulsar la orina, en sus relaciones sexuales. Dejen que el gnomito se mueva a su gusto reparando y dando energía. Este chakra y esta zona es de una energía baja pero imprescindible. Nos armoniza con la tierra, lo material, nos vincula al mundo físico. Si las energías de este chakra no funcionan bien se producen enfermedades o malestares físicos de todo tipo, la regla en las mujeres, la próstata en los hombres, dificultades en las relaciones sexuales. Todo esto repercutirá en nuestra mente y en nuestra psiquis, puesto que la vinculación con el mundo físico no será buena y el desequilibrio nos llevará a la enfermedad física o mental.

Sigan recorriendo su cuerpo. El gnomito está en sus riñones, centros depuradores del cuerpo, donde están las glándulas adrenales, que abastecen de la necesaria adrenalina a nuestro cuerpo en ciertos momentos. Su mal funcionamiento puede generar miedos innecesarios y fobias patológicas. Perciban todo lo que les llega de allí. Dejen que el gnomito haga su labor. Ahora el hígado, el páncreas, el intestino. Es un recorrido sin prisa, pero sin pausa. En cada lugar de su cuerpo notarán una sensación diferente y puede que en algunas sientan grandes molestias, dolores o un malestar indefinido. Allí hay problemas, dejen al gnomito un poco más de tiempo.

Suban hasta el estómago y visualicen el funcionamiento, los jugos gástricos. Céntrense en la zona del ombligo o plexo solar.  Es otro chakra, el chakra de la voluntad. Por eso sienten ese dolor causado por la angustia al tomar una decisión difícil, ese vacío, esas ganas de vomitar. Su voluntad está tomando energías de ese chakra y si no funciona bien notarán físicamente los efectos. Recuerden que la energía se mueve en espiral. Muévanla siguiendo las agujas del reloj y al revés, noten sus efectos y tomen nota de toda la información que reciben.

Sigan subiendo. Diafragma, notan su movimiento al respirar. Pulmones. Visualizan la entrada y salida de aire y se centran en la respiración. Lleguen al corazón, otro chakra, el chakra de las emociones. Por eso decimos de una persona que no tiene corazón cuando no es capaz de generar sentimientos de generosidad y de amor hacia el prójimo. Sientan el ritmo de su corazón y visualicen la energía moviéndose en espiral, primero en una dirección y luego en la contraria. Tomen nota de las sensaciones que reciben.

Bajen hasta sus manos, dedos, muñecas, antebrazos, brazos, hombros. En alguna parte habrá molestias, dolores, bloqueos energéticos, dejen que el gnomito se quede más tiempo y perciban lo que está sucediendo.  Vayan a la garganta. Estamos en otro chakra. Hagan lo mismo. Visualicen la glándula tiroides, cuyo mal funcionamiento crea tantos problemas físicos, obesidad, gigantismo, etc. Reciban información y hagan la reparación de esta central energética intermedia.

Han llegado a su cabeza. Entren por sus oídos hasta el fondo, como si de una mina se tratara. El gnomito ilumina el camino. Estén atentos a las molestias porque indicarán un mal funcionamiento o el signo de una futura enfermedad o sordera. Relajen su mandíbula, abran y cierren la boca con suavidad. Noten cómo el resto de su cuerpo se ha relajado tanto que ya ni siquiera lo perciben. Entren por la nariz y bajen hasta los pulmones. Suban y perciban sus orejas, su nuca, su cráneo. Ahora están a punto de llegar al chakra fundamental, el chakra corona, situado en la glándula pineal, en el centro de la cabeza. La puerta a otra dimensión. Visualicen las energías moviéndose en espiral y hagan los mismos movimientos que en los chakras anteriores. Paren ahí, no entren por esa puerta a la dimensión espiritual. Han hecho una relajación básica, aunque fundamental y perfecta. Ahora están preparados para iniciar la meditación o  cualquier otra técnica de yoga mental.
Practiquen esta técnica de relajación todos los días, al menos cinco minutos. Notarán sus efectos. No se asusten si se quedan dormidos y hasta roncan, son efectos benéficos. No se asusten si algún día permanecen relajados tanto tiempo que han superado ampliamente sus previsiones. Si necesitan hacer algo o ir a alguna parte pongan un despertador, aunque es mejor que se relajen cuando no tengan prisa. Aprenderán a programarse para despertarse de la relajación a su debido tiempo, quince minutos, si así lo han decidido, media hora, etc.
Como no vamos a hacer nada más, vamos a despertarnos. Muevan los dedos de los pies, de las manos, vayan sintiendo su cuerpo, muévanse, abran los ojos cuando lo necesiten, sin forzar. Ya están despiertos y relajados. Concédanse un tiempo y pónganse en pie y regresen a sus actividades habituales. Trabajen la relajación sin prisa y sin pausa, todos los días, durante meses, durante años, notarán efectos muy benéficos, en su salud física y psicológica, en su conducta y en sus emociones. Estarán preparados para meditar, dormirán mejor, soñarán y recordarán. Con esta técnica básica podrán enfrentarse a todas las dificultades de sus vidas. Es cierto que ciertos problemas requerirán técnicas específicas, meditación, autocuración, visualización, concentración, etc. Pero esta es la básica. Recuérdenlo y practíquenlo.
Que la paz profunda esté con todos vosotros.