LOS MAESTROS

16 11 2018

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LO QUE SON LOS MAESTROS ASCENDIDOS

Saint Germain

HACIA MI MÁGICA PRESENCIA

Los Grandes Maestros Ascendidos son Dioses. No es asombroso, que en la mitología de los antiguos, se relaten sus actividades bajo la forma de mitos y de fábulas. Ejercen Ellos el todo-poder Divino en todos los tiempos, porque están concentrados con una determinación inflexible en la gran Presencia Divina. Manifiestan la Perfección Divina y, de esta manera, todo Poder les pertenece.

Cuando Jesús dijo: «EN VERDAD YO OS DIGO, LAS OBRAS QUEYO HAGO LAS HARÉIS YMÁS GRANDES», sabía Él delo que hablaba.

Vino Él para demostrar que cada ser humano, en la Tierra, puede lograr y expresar la Maestría y Soberanía consciente. Dio el ejemplo de la Soberanía de los Maestros Ascendidos y probó a la humanidad que es posible para todos llamar al Yo Divino en acción y controlar así conscientemente todas las cosas humanas.

Los grandes Maestros Ascendidos, estos Seres de Amor, de Luz y de Perfección que han guiado la expansión de la Luz en la humanidad desde el origen de esta en el planeta, no son un producto de la imaginación. Son seres reales, visibles y tangibles: gloriosos, vivos y animados con tal Amor, tal Sabiduría y tanto Poder como la mente humana no puede concebir.

Por doquier en el Universo, cumplen ellos libre y naturalmente todo lo que el hombre ordinario considera como sobrenatural.

Son Ellos los guardianes de la raza; su tarea es la de educar y ayudar al ser individualizado a que desarrolle su consciencia más allá de la expresión de los humanos ordinarios.

Entra este así, de esta manera, en posesión de sus  atributos supra-humanos y lo mismo que los estudiantes pasan de la instrucción primaria a los grados Universitarios, el discípulo de un Maestro Ascendido pasa del estado humano grosero a la plena y continua expresión de su Divinidad.

MAESTROS

UN MAESTRO ASCENDIDO ES UN SER INDIVIDUALIZADO QUE, POR UN ESFUERZO CONSCIENTE, HA DESARROLLADO BASTANTE AMOR Y PODER EN SÍ MISMO COMO PARA ROMPER LAS CADENAS DE TODAS LAS LIMITACIONES HUMANAS. De esta manera liberado, digno es de manipular fuerzas que están más allá de la experiencia humana. Se identifica Él con la Omnipresencia Divina—la Vida —. Todas las fuerzas y todas las cosas obedecen, porque Él es un Ser dotado de libre arbitrio y consciente del Yo Divino, controlando todo por la manipulación de su Luz interior. Un Maestro Ascendido es capaz de ayudar a los que vienen a ponerse bajo su dirección, por la Radiación o la Efusión de esta Luz que es verdaderamente su propia «Esencia luminosa de Amor Divino». Cuando tal Radiación se dirige a un discípulo, los cuerpos sutiles de éste sobre todo los cuerpos de deseo, mental y causal, absorben la Esencia Luminosa del Maestro y la Luz de estos cuerpos se intensifica y brilla con mayor fuerza, como una chispa que se transforma en una Llama. Esta Esencia Luminosa es la más concentrada fuerza del Universo, porque disuelve toda discordia y establece un equilibrio perfecto en toda manifestación.

El Cuerpo del Maestro Ascendido emite continuamente Rayos de esta Esencia Luminosa, disolviendo la discordia terrestre, como los rayos de fuerza llamados luz y calor de nuestro sol físico disuelven la niebla.

La Radiación que los Maestros vierten hacia la Tierra es Energía conscientemente concentrada y habiendo recibido una cualidad determinada, se dirige después hacia el cumplimiento de un fin determinado. De esta manera y por millares de veces, personas y localidades reciben una protección de quela humanidad es totalmente inconsciente, continúa ésta su existencia ignorando serenamente a sus Protectores y Bienhechores.

En este papel, los Maestros Ascendidos tienen la facultad de cambiar de cuerpo como ordinariamente se cambia de vestidos, porque la estructura celular está siempre bajo control consciente y cada átomo responde a cada una de las directivas de Aquellos.

Son libres Ellos de emplear uno o varios cuerpos, si lo que quieren realizar lo pide; porque Su capacidad de reunir o de disolver un cuerpo atómico es ilimitado.

Son Ellos la manifestación todopoderosa de toda Sustancia y de toda Energía porque las Fuerzas de la Naturaleza, los cuatro Elementos, son Sus Servidores voluntarios y obedientes.

Estos Seres gloriosos, guardianes e instructores de las razas humanas en evolución, son llamados Maestros Ascendidos de Amor, de Luz y de Perfección. Incontestablemente son todo lo que la palabra «Maestro» sugiere.

Manifiestan Ellos, por el Amor, la Sabiduría y el Poder del Yo Divino interior en Acción,  su Maestría de todo lo que es humano.

Por este hecho, hicieron la Ascensión al plano de expresión por encima de lo humano — en lo sobrehumano — el Divino, la pura, eterna, todopoderosa Perfección.

En su ignorancia y sus limitaciones, la humanidad terrestre se permite juzgar o expresar opiniones diversas sobre Jesús y otros Maestros Ascendidos este hábito es de los más desastrosos, porque estas críticas retoman a los que las emiten y les atan más estrechamente a los sufrimientos y a las limitaciones que ellos mismos se han creado.

Habiéndose liberado los Maestros Ascendidos de las limitaciones humanas por una efusión de Luz flamígera y, por la actividad de la Ley, son impenetrables a todo pensamiento humano discordante. De esta manera, todo pensamiento o sentimiento destructivo quedan obligados a retornar hacia los que los han emitido y les atan más estrechamente a las cadenas que ellos mismos se han forjado.

Si los seres humanos pudiesen ver sus pensamientos, sentimientos y palabras por doquier en la atmósfera, en el éter, aglomerándose con los que le son semejantes, después volviendo a su emisor, no solamente quedarían estupefactos de su creación, sino que gritarían pidiendo socorro y, a fin de disolver tales creaciones se volverían con determinación hacia su propia Divinidad y en Ella se refugiarían.

Pensamientos y sentimientos son cosas vivas y vibrantes. El que sabe esto empleará su sabiduría y se controlará en consecuencia. El Yo Divino interior es, con relación al yo exterior, lo que Jesús representa con relación a la humanidad que hace sus experiencias en la Tierra. Él reveló el Registro del Maestro en el mundo exterior y Él es para siempre la prueba viva de que el ser humano es capaz de liberarse de todas las limitaciones y de expresar la divinidad de acuerdo con el Plan Original, porque, en el origen la humanidad vivía en la Libertad y la Armonía.

Cuando los que estudian la Vida y las Leyes del Universo de una manera más profunda que el resto de la Humanidad se hacen conscientes de la existencia de los Maestros Ascendidos desean ir hacia estos grandes Seres afín de obtener Instrucción de Ellos.

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El alma es la que aspira a más Luz: pero el yo externo no realiza en manera alguna sus relaciones con estos grandes Seres completamente divinizados. Sólo por la actividad de un Amor bastante grande y una disciplina completa del yo externo, un estudiante sincero, convencido y determinado, puede tener contacto con uno de estos Maestros Ascendidos. Si el motivo por el que este contacto se busca es la curiosidad o el deseo de asegurarse de si existen o no los Maestros Ascendidos o para obtener la solución de un problema, el contacto jamás se hará porque Ellos de ninguna manera se interesan en dar satisfacción al lado humano del estudiante. Todos sus esfuerzos conciernen a la expansión del Yo Divino interno, a fin de que su poder se intensifique hasta el punto de romper las limitaciones del yo externo que traban sus manifestaciones en los planos mental, emocional y físico, es decir, en pensamiento, sentimiento y acción.

Las debilidades y limitaciones hacen el vehículo impropio para ser un instrumento adecuado para la expresión del gran Yo Divino interno. El cuerpo humano con sus facultades es el “Templo de la Energía Divina» que la gran Presencia divina produce a fin de emplearlo para la manifestación del Plan Divino.

Si la Energía Divina se derrocha para la satisfacción incontrolada de los apetitos y de los deseos del yo externo y si a la Presencia Interior no se le pone en posesión de su vehículo, entonces Ella se retira, privando al yo externo del poder de manipular; la mente y el cuerpo entran en decrepitud, después se disuelven. Es el estado que el mundo llama muerte.

El que busca el contacto con un Maestro Ascendido en el cuerpo visible tangible y vivo, sin haber pasado por una preparación que ponga en concordancia gradualmente su estructura externa y su mente con la del Maestro, es como un alumno del jardín de infancia que pidiera a un profesor de Universidad que le enseñase el ABC.

Los Maestros Ascendidos son en realidad grandes baterías cargadas con un poder y una energía formidables; todo lo que toca la Radiación de Ellos se carga en grado sumo con Su Esencia de Luz, exactamente como una aguja que, puesta en contacto con un imán, toma las cualidades de éste y queda imantada.

La ayuda y la Radiación de los Maestros Ascendidos es un Don de Amor esencialmente; es por eso que Ellos no emplean jamás su fuerza para obligar.

La Ley del Amor, la Ley del Universo y la Ley de los seres individualizados no permiten a los Maestros tratar el ejercicio del libre arbitrio de las individualidades, salvo en los períodos de Actividad Cósmica, cuando el Ciclo Cósmico suplanta al individuo — En estas épocas es cuando los Maestros Ascendidos pueden dar más asistencia de la habitual.

La Tierra se encuentra ahora en uno de estos ciclos y se da actualmente la más intensa Radiación de Luz que se haya conocido hasta el presente, a fin de clarificar a la humanidad, de restablecer el Orden y el Amor indispensables para el mantenimiento de nuestro planeta y del sistema de mundos a los que pertenecemos.

Todo lo que no se conforma o no quiere conformarse con el Orden, el equilibrio y la Paz que en la Vida de la Tierra deben expresarse en el porvenir deberá encontrar cualquier otra parte del Universo para allí adquirir la comprensión de la Ley.

Sólo hay un pasaporte que da acceso a la Presencia de los grandes Seres: bastante amor dado al Yo Divino y a los Maestros, unido a la determinación de desarraigar de la naturaleza humana toda discordia y todo egoísmo.

Cuando se está suficientemente determinado para servir exclusivamente a la manifestación del Plan de Vida constructivo, se disciplina la naturaleza humana incluso si la tarea es ardua.

Entonces, automáticamente, será atraída hacia el estudiante la atención de un Maestro Ascendido, y el Maestro, viendo sus esfuerzos, radiará hacia él el valor, la fuerza y el Amor que le sostendrán hasta que llegue a mantener el sentimiento del contacto permanente con su propia Divinidad interior.

El Maestro Ascendido sabe y ve todo lo que concierne al estudiante, porque Él lee claramente el registro hecho en el aura. Revela éste el desarrollo del discípulo; sus puntos fuertes como sus debilidades. El Maestro Ascendido es la Omnisciencia y la Visión Divinas; nada le está escondido. Él que tiene la ambición de estar en la Presencia visible y tangible del Maestro Ascendido debe comprender que, a menos que se transforme en un sol radiante de Amor, de Luz y de Perfección — que el Maestro pueda intensificar y emplear como una parte de Sí-mismo y dirigir a voluntad y conscientemente no importa donde, de ninguna utilidad será y constituirá una traba y una pérdida de energía para el Maestro.

Si el estudiante no ha disciplinado ya el yo externo, o no está dispuesto a hacerlo, habiendo adquirido la calma mental, sentimientos afables y amorosos y un cuerpo robusto, no constituye una materia que un Maestro Ascendido puede emplear en el Servicio sobre-humano que Él cumple.

SI EL ESTUDIANTE NO POSEE UN VEHÍCULO ROBUSTO, BIEN CONTROLADO Y ARMONIOSAMENTE DESARROLLADO, ES INCAPAZ DE COOPERAR CON UN MAESTRO ASCENDIDO Y REALIZAR TODO LO QUE ESTÁ MÁS ALLÁ DE TODA EXPERIENCIA HUMANA.

Si uno de estos Seres Perfectos aceptase a un discípulo desprovisto de estas cualidades, cometería el mismo error que el constructor que hiciera una máquina o una cosa con materiales no aprobados. Esta especie de material no resistiría una tensión excepcional, una necesidad urgente o un servicio prolongado. No sería una prueba de Sabiduría de Amor o de Misericordia, someter a alguien a una experiencia para la cual no tiene el entrenamiento, ni la resistencia requerida. Como los Maestros Ascendidos son el colmo de la Perfección, no obran sino con Justicia, Amor y Sabiduría. La actitud del que desea colaborar conscientemente con los Maestros Ascendidos no debe ser:»Quisiera ir a Ellos para recibir instrucción», sino más bien: «Quisiera purificarme, disciplinarme y perfeccionarme; llegar a ser tal expresión de Amor, Sabiduría y Poder para que pueda asistirles y, entonces, seré atraído por Ellos. Quiero amar con tanta constancia, tan infinita y tan divinamente, que el resplandor de mi Luz les permita aceptarme».

Corregirse y controlar las fuerzas accesibles a la consciencia humana no se cumple inmediatamente haciendo lo que a uno le plazca, quedando letárgico y dando satisfacción a los sentidos, porque los sentidos del ser humano se desencadenan y lo humano se rebela furiosamente contra la represión indispensable de su naturaleza inferior. Pero debe esto cumplirse antes de llegar a gobernar las fuerzas del ser, sobre todo las de los sentimientos, a fin de emplearlas y ponerlas en acción exclusivamente bajo la soberanía consciente de la Mente divina.

El proverbio que dice:

«MUCHOS SON LOS LLAMADOS Y POCOS LOS ELEGIDOS» es muy verdadero. A todos se les llama constantemente, pero pocos están suficientemente despiertos para realizar el Gozo extático y la Perfección del Yo Divino; para oír Su Voz en la Luz, siempre llamado, cada uno debe regresar a la casa del Padre. Cada ser en la Tierra es libre a cada instante de elevarse y de ir hacia el Padre, el Yo Divino, a condición de volver la espalda a la creación de los sentidos humanos y de guardar su atención sobre el único Manantial en todo el Universo de donde proceden la Paz, la Felicidad, la Abundancia y la Perfección.

EXISTE UN MEDIO QUE PERMITE A TODOS ENTRAR EN CONTACTO CON LOS MAESTROS ASCENDIDOS: EL DE PENSAR EN ELLOS, LLAMARLES. RESPONDERÁN A CADA LLAMADA POR SU PRESENCIA DE AMOR; pero el motivo de la llamada debe ser el Amor a la única Fuente, el Amor a la Luz, el Amor a la Perfección.

SI ESTA INTENCIÓN ES REAL, DETERMINADA Y PERSEVERANTE, RECIBIRÁ EL ESTUDIANTE MÁS Y MÁS LUZ, PORQUE LA LUZ RECONOCE LO QUE LE ES SEMEJANTE YDA DE SÍ MISMA SIN PARAR, SIN CONDICIÓN Y A CADA INSTANTE. Pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá, buscad y encontraréis, llamad a la Luz y los Maestros Ascendidos responderán, porque Ellos son la Luz de este mundo.

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COMENTARIO PERSONAL

Escojo este texto del conde de Saint Germain y de su libro Hacia mi mágica presencia, porque es muy esclarecedor y razonable. Para quienes no creen en otra cosa que la materialidad pura y dura, que puede ser percibida por los sentidos físicos, porque lo demás no existe, el mundo invisible no existe y la espiritualidad es una monserga para engañar a niños débiles, incapaces de aceptar que todos morimos y ahí se acaba todo, hablar de maestros invisibles, de entidades superiores a nosotros, es un cuento de hadas para niños aún demasiado pequeños para asumir la realidad de sus vidas. Son los que prefieren que nada tenga sentido a que tenga un sentido que ellos no pueden aceptar, los que prefieren entregarse en manos de los sumos sacerdotes de la ciencia que en manos espirituales, porque son invisibles y por lo tanto inaceptables. Ni siquiera cuando Stephen Hawkings habla de dimensiones paralelas en el mundo cuántico y de tiempo imaginario para intentar explicar el universo, de multiuniversos, de la respuesta unificada y única a la gran pregunta, en su libro El universo en una cáscara de nuez, pueden aceptar que la ciencia podría llegar algún día a asumir que sin una respuesta a la posible existencia de mundos espirituales no conseguiría encajar todas las ecuaciones. Que ellos se queden con sus mundos materiales sin esperanza y sin lógica, porque la muerte no la tiene, lo mismo que la aniquilación de la personalidad, hay quienes seguimos pensando que la vida, la existencia es un misterio pero continuamos luchando día a día por encontrar una respuesta.

Si existe un mundo espiritual invisible la existencia de maestros o de entidades superiores a nosotros, dioses, es algo más que probable. Quienes creen que estamos solos en el universo, somos su centro, nunca podrán explicarnos la existencia de universos infinitos solo para que unas pobres criaturas como nosotros inflemos nuestros globos narcisistas pensando que la aleatoriedad nos hizo para aplastarnos bajo la extensión infinita de los universos. Según la cita de Shakespeare en Hamlet, en la que se basa el título del libro, “yo podría vivir encerrado en una cáscara de nuez y considerarme el rey del espacio infinito.” – así dijo Hamlet, el inolvidable personaje de Shakespeare. … Sería “un inmenso desperdicio de espacio”, según afirma el científico Carl Sagan. Sería como construir una casa del tamaño del planeta Tierra, con el esfuerzo que eso supone, solo para que viviera una hormiga que nunca llegará a conocer el resto del planeta, como digo yo.

No somos tan perfectos como para que por encima de nosotros no exista nada, no somos la cúspide de la pirámide de la existencia. Así pues la existencia de maestros o entidades muy evolucionadas, auténticos dioses que se ocupan y preocupan de sus universos, pidiendo la colaboración de quienes quieren participar en la gran misión de la expansión y evolución del universo, no tiene por qué ser un desatino. A partir de ahí, todo lo que dicen Saint Germain cobra sentido. Dejar morir a un gato, un perro, una mascota, ante nuestras narices, solo porque son inferiores a nosotros y allá se las arreglen indica una falta de sensibilidad tan terrible que nos muestra nuestra clara inferioridad. Que los dioses permitan que los seres humanos sufran y mueran y vivan en un infierno, solo porque somos inferiores indicaría que son ellos realmente los inferiores. Por lo tanto que existan maestros que trabajen a favor de un mundo mejor, que intenten abrir nuestros ojos a la luz y acabar con tanto sufrimiento, parece de una lógica aplastante.

Que todos estemos llamados a esta misión parece natural y que sean muchos los llamados y pocos los escogidos, en frase evangélica, también  contiene una gran sabiduría. No entendería que entidades superiores a nosotros se pasaran el tiempo, la eternidad, en una especie de limbo donde disfrutaran de todo lo que nosotros creemos que hace disfrutar, los placeres de la vida. ¿Qué tipo de placeres? ¿Acaso ellos han evolucionado para luego no poder disfrutar de la comida, la bebida, etc porque son invisible y no materiales, o tendrían que utilizarnos para disfrutar de todo ello a través de nosotros? No tiene el menor sentido. ¿De qué otra cosa podría disfrutar un ser evolucionado no material?  Sin duda del amor y no del placer y el amor es sacrificarse por los demás, trabajar por los demás, ayudar a los demás. Toda una eternidad de placeres no sería comparable al infinito placer de ayudar a evolucionar a todo lo existente, una piedra, una planta, un animal, un humano, hasta alcanzar la libertad absoluta.

Y aquí entroncamos con la filosofía chamánica. Nadie puede cambiar a nadie. Cierto, pero los guerreros se unen para ayudarse y trabajar juntos hasta alcanzar la libertad. También en el camino del guerrero todos son llamados pero pocos aceptan incorporarse. No se trata de utilizar un poder inimaginable para obligar a todo el mundo a ser libre contra su voluntad. Lo mismo que un nagual ayuda al aprendiz de guerrero que le ha sido enviado por el Espíritu, un maestro ayuda a quien ha decidido el camino del adepto, del discípulo, y le invita a participar en su infinita tarea. Hasta los materialistas son incapaces de afrontar una ética básica sin plantearse trabajar por los demás creando un mundo mejor, un mundo donde no haya explotadores y explotados, donde no haya verdugos y víctimas, donde todos tengan acceso a una vida mejor. Aborrecen del capitalismo, el egoísmo elevado al cubo, y trabajan por una sociedad mejor. ¿Qué diferencia hay entre ellos y los maestros? Que los maestros no trabajan por alcanzar en el tiempo algo que el tiempo destruirá, sino por un universo espiritual que nada puede destruir porque es atemporal, eterno, basado en lo único que vincula para siempre, el amor.

Muchas veces me he preguntado cómo sería mi vida si no interviniera “algo” superior que me ha librado de más de una docena de suicidios, salvándome la vida cuando solo un milagro podría hacerlo. Si bien es cierto que muchas veces me quejo de que todo va mal, no podría ni imaginarme cómo me irían las cosas si estuviera sometido a la implacable ley de la aleatoriedad, la suerte, el destino, porque con la suerte que tengo, como digo muchas veces, todo lo malo ya habría caído sobre mi cabeza. Incapaces de aceptar la existencia de entidades superiores no podemos asimilar que un maestro pueda salvarnos la vida o encarrilarla cuando todo está perdido, lo mismo que una hormiga no puede ver la mano humana que ha puesto una pajita en un hilillo de agua para que ella pase al otro lado, o un gato callejero asuma que el pienso que aparece todos los días cerca de su refugio es obra de un humano bondadoso y no de la aleatoriedad de todo un universo. Aceptar que no estamos solos y que estamos siendo ayudados por manos invisibles, requiere humildad y asumir que todos somos iguales requiere mucho poder, como asumir que los animales son iguales a nosotros, en la filosofía chamánica. Yo no trataría igual a un perro que después de darle de comer me muerde que a otro que me lame la mano. Aunque los maestros estén por encima de todo esto, las leyes cósmicas no lo están, si muerdes la mano que te da de comer luego no te quejes que en un momento determinado ya no haya manos que te den de comer. En el mundo espiritual esto es aún más evidente, porque las barreras y abismos solo pueden ser superados por el puente del amor y quien solo se preocupa de sí mismo nunca tendrá capacidad para encajar en un universo vinculado.

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CITAS DE KRISHNAMURTI VIII

4 02 2018

 

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EL TEMOR

-Vean, si sienten temor todo esto está excluido de sus vidas, se vuelven insensibles y no observan lo que ocurre alrededor de ustedes. Si sienten temor están atados por la tradición, siguen a algún lider o gurú. cuando están atados por la tradición, cuando temen a sus maridos o a sus esposas, pierden su dignidad como seres humanos individuales.

-El proceso mismo de seguir crea una sensación de temor; y el temor cierra las puertas a la comprensión de la vida con todas sus extraordinarias complicaciones, sus luchas, sus sufrimientos su pobreza, su opulencia y su belleza -la belleza de los pájaros o de la puesta del sol sobre el agua-. Cuando están atemorizados, son completamente insensibles a todo esto.

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-Hemos estado considerando el problema del temor. Vimos que casi todos estamos atemorizados y que el temor impide la iniciativa porque hace que nos aferremos a la gente y a las cosas como una enredadera se aferra a un árbol. Nos a ferramos a nuestros padres, a nuestros maridos, a nuestros hijos e hijas, a nuestras esposas y a nuestras posesiones. Ésa es la forma exterior del temor. Estando internamente atemorizados, tenemos miedo de estar solos. Podremos poseer muchos saris, joyas y otras propiedades, pero internamente, psicológicamente somos muy pobres. Cuanto más pobres somos en lo interno, tanto más tratamos de enriquecernos exteriormente apegándonos a las personas, a la posición, a la propiedad.

-Cuando estamos atemorizados nos aferramos no sólo a las cosas externas, sino también a las internas, tales como la tradición. Para la mayoría de las personas de edad avanzada y para las que en lo interno son insuficientes y vacías, la tradición importa muchísimo. ¿Han notado esto entre sus amigos, sus padres y maestros? ¿Lo han notado en sí mismos? En el momento en que hay temor, temor interno, tratan de ocultarlo bajo la respetabilidad, siguiendo una tradición y así pierden la iniciativa. A causa de que les falta iniciativa y sólo siguen a otros, la tradición se vuelve muy importante, la tradición de lo que dice la gente, la tradición de lo que ha sido transmitido desde el pasado, la tradición que carece de vitalidad, del sabor de la vida, porque es una mera repetición sin significado alguno.

-¿Saben lo que es una mente libre? ¿Alguna vez han observado la propia mente? No es libre, ¿verdad? Siempre están a la expectativa de lo que sus amigos dicen de ustedes. Esa mente es como una casa cercada por una valla o por un alambre de púas. En este estado nada nuevo puede acontecer; lo nuevo solo es posible cuando no hay temor. Y es extremadamente difícil para la mente estar libre de temor, porque ello implica realmente estar libres del deseo de imitar, de seguir, libres del deseo de acumular riquezas o de amoldarse a una tradición, todo lo cual no quiere decir que hayan de hacer algo extravagante.

-La libertad de la mente adviene cuando no hay temor, cuando la mente no desea alardear y no urde intrigas en busca de posición o prestigio. Entonces no hay sentido de imitación. Y es importante tener una mente así, una mente de verdad libre de la tradición, la cual constituye el mecanismo formador de los hábitos.

LA NUEVA EDUCACIÓN

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EMANUEL SWEDENBORG

4 03 2016

 

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En esta serie de grandes maestros espirituales ahora le ha tocado el turno a Emanuel Swdenborg del que oyera hablar hace años, incluso citado por uno de mis novelistas favoritos y al parecer muy alejado de estos temas, aunque Henry Miller fue un insaciable hombre de conocimiento y un apasionado lector de temas orientalistas y espirituales. Aún compartiendo con Krishnamurti la idea clave del hombre de conocimiento de que quien tiene suficiente luz dentro de sí mismo no necesita maestros que lo guíen, lo cierto es que, gracias a Dios, la humanidad ha podido disponer de grandes maestros espirituales que nos han dejado hermosas y profundas lecciones para que nuestro camino sea un poco más claro y llevadero. Nadie negará la esplendorosa luz que proyectan maestros tales como Jesús, Buda, etc.

En esta sección me he dejado guiar por mis preferencias, escogiendo como maestros espirituales no solo a los grandes enviados sino también a cuantos hicieron su personal contribución en el conocimiento esotérico o en otras ramas del saber relacionadas con la espiritualidad. Debo confesar que hasta ahora, que me dispongo a leer por primera vez las obras de Swdenborg, apenas tenía de él otros datos que los pocos encontrados en mis lecturas de otros autores o en mi búsqueda de videntes y mediums que me pudieran clarificar algo mis propias experiencias mentales. Ahora que me dispongo a la lectura de su libro «Del cielo y el infierno» quiero traerlo a esta sección donde se merece estar por el enorme trabajo que desarrolló a lo largo de su vida, escribiendo una extensa y profunda obra sobre estos temas y por sus cualidades de vidente y de medium que llegó a tener experiencias que yo espero no sufrir, al menos hasta que lleguen mis últimos años, cuando el cuerpo ya no busque nada y la mente y el espíritu estén dispuestos a buscar nuevos horizontes antes del último y final de la muerte.

Como n0 quiero perder el tiempo dando datos que se pueden encontrar en la wikipedia o en otras entradas de Google me limitaré a poner aquí algunos enlaces, invitando a los lectores a conocer la vida y la obra de Swedenborg que yo mismo iré comentando conforme avance en la lectura de sus obras.

https://es.wikipedia.org/wiki/Emanuel_Swedenborg

 

Haz clic para acceder a El-cielo-y-el-infierno-para-descargar.pdf





SANTA TERESA DE JESÚS (GRANDES MAESTROS)

21 10 2015

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Los grandes maestros espirituales no pueden ser etiquetados según la religión que hayan practicado, el país o la época donde hayan vivido, no pueden ser considerados como maestros de primera clase, de segunda, de tercera, o como maestros más adecuados para cristianos, islamistas, católicos, hindúes, etc. Un maestro espiritual lo es porque ha alcanzado metas que los demás ni siquiera somos capaces de atisbar. Los caminos que haya seguido para llegar a la meta son personales y subjetivos, pero las lecciones aprendidas son válidas y universales.

No tengo el menor empacho en juntar en esta sección a maestros espirituales católicos, cristianos, tibetanos, hundúes, islamistas, o de cualquier otra religión, creencia o grupo esotérico, quien ha aprendido las lecciones y ha llegado a determinadas metas es un maestro y nos puede ayudar. Aunque como dice Krihshnamurti si uno tiene bastante luz dentro de sí no necesita de maestros, lo cierto es que sobre todo al principio del camino necesitamos ver qué dificultades han tenido los demás que nos han precedido y cómo han salido de ellas para no sentirnos solos, abandonados, desesperados. El ejemplo de otros que lo consiguieron antes que nosotros es fundamental para que el discípulo, el iniciado no se extravíe en los abismos de la desesperación.

Recuerdo que cuando yo estudiaba en un colegio religioso -iba para cura- descubrí en el desván un montón de libros de «santos» o sea, biografías o hagiografías, de santos católicos, y me puse a leerlas con pasión, con la pasión religiosa que entonces yo ponía en todo. En la biblioteca del colegio había leído ya a Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, San Ignacio de Loyola y muchos más, pero en aquel desván encontré santos increíbles de los que ni siquiera había oído hablar. Algunas biografías eran buenas y objetivas, otras puras hagiografías ridículas en las que los santos lo eran prácticamente desde la cuna y nunca cometían errores ni se extraviaban por los caminos. Aún así comprendí que son muchos los que por toda clase de caminos intentan llegar al conocimiento, encontrar el sentido de la vida, alcanzar las verdades espirituales que nos permitan enfrentarnos a las tragedias de la vida con una cierta ecuanimidad.

Me gustó mucho Santa Teresa de Jesús, una mujer sencilla, del pueblo, que se ve obligada a escribir y a explicar cómo ha sido su camino, lo hace con naturalidad, sin falsa humildad, pero también sin orgullo, como quien no tiene inconveniente en desnudar su alma y hablar de sus intimidades más vergonzosas. Leí su vida, las moradas y buena parte de su obra. Para mí es una gran maestra espiritual y ahora mismo estoy releyendo su obra, buscando recuerdos juveniles, revisando viejas ideas. Como se dice en el curso de milagros, un maestro aprende más de sus discípulos que ellos del maestro. Suena raro pero es así, no se trata de convertirse en maestro para enseñar, se trata de seguir el camino y no olvidarse ni despreciar a los que se quedan atrás, porque de ellos aprenderemos más que de nosotros mismos, los últimos serán los primeros, dijo el maestro, y es cierto, un alma sencilla puede enseñar más de espiritualidad que un endiosado intelectual que no es capaz de ver en sus hermanos la chispa divina de Milarepa.

https://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Teresa_de_Jes%C3%BAs

http://www.portalcarmelitano.org/component/k2/item/93-libro-de-la-vida-%7C-pdf.html





CITAS DE KRISHNAMURTI IV

30 09 2013


LIBERTAD

Pero mirar, ver, escuchar sin esta conciencia ‑un salir, un avanzar en el que no existe el recibir‑ es el movimiento total de la libertad. Este avanzar no tiene un centro, un punto, pe­queño o extenso, desde el cual moverse; así es como se mueve en todas las direcciones sin la barrera del tiempo‑espacio. Su escuchar es total, su mirar es total

ATENCIÓN

Este movimiento es la esencia de la atención. En la atención están contenidas todas las dis­tracciones, y entonces no hay distracción. Solamente la concen­tración conoce el conflicto de la distracción. La conciencia toda es pensamiento expresado o no expresado, pensamiento verbal o en busca de la palabra; el pensamiento como sentimiento, el sentimiento como pensamiento.

PENSAMIENTO

El pensamiento jamás está quie­to; la reacción que se expresa a sí misma es pensamiento, y el pensamiento a su vez multiplica las respuestas. De este modo la belleza es el sentir expresado por el pensamiento, y el amor está aún dentro del campo del pensamiento. ¿Hay amor y belleza dentro del cerco del pensamiento? ¿Hay belleza cuando hay pen­samiento? La belleza y el amor conocidos por el pensamiento son los opuestos de la fealdad y el odio. La belleza no tiene opuesto, ni lo tiene el amor.

La esencia del pensamiento es ese estado en el que no hay pensamiento. Por mucha que sea la hondura y la amplitud a que el pensamiento pueda ser segui­do, éste siempre permanecerá siendo poco profundo, superficial. El cese del pensamiento es el principio de esa esencia. El cese del pensamiento es negación, y lo que es negativo no tiene medios positivos; no hay método ni sistema para terminar con el pensamiento. El método, el sistema es un modo positivo de abordar la negación, y es así que el pensamiento jamás puede encontrar su propia esencia. Para que la esencia sea, el pensa­miento debe cesar. La esencia del ser es el no‑ser, y para «ver» la profundidad del no‑ser, uno debe estar libre del devenir. La li­bertad no existe si hay continuidad, y aquello que tiene con­tinuidad está atado al tiempo. Cada experiencia ata la mente al tiempo, y es la mente que se halla en un estado de no‑experi­mentar la que percibe todo cuanto es esencia. Este estado en que ha llegado a su fin todo cuanto sea experimentar, no es la pará­lisis de la mente; por el contrario, es la mente aditiva, la mente que está acumulando la que decae y se marchita. Porque el acumular es algo mecánico, es repetición; el negar para adquirir y la mera adquisición son ambos repetitivos e imitativos. La mente que destruye de modo total este mecanismo de acumu­lación y defensa, es una mente libre y, por lo tanto, el experi­mentar ha perdido su significación.

HECHO

Entonces existe el hecho y no la experiencia del hecho; la opinión acerca del hecho, su evaluación, su belleza y no-belleza, son la experiencia del hecho. Experimentar el hecho es negarlo, es escapar de él. El experimentar un hecho sin pen­samiento ni sentimiento es un suceso de gran profundidad.

LA ESENCIA DEL PENSAMIENTO

Era la esencia de lo profundo. La esencia del pensamiento es ese estado en el que no hay pensamiento. Por mucha que sea la hondura y la amplitud a que el pensamiento pueda ser segui­do, éste siempre permanecerá siendo poco profundo, superficial. El cese del pensamiento es el principio de esa esencia. El cese del pensamiento es negación, y lo que es negativo no tiene medios positivos; no hay método ni sistema para terminar con el pensamiento. El método, el sistema es un modo positivo de abordar la negación, y es así que el pensamiento jamás puede encontrar su propia esencia. Para que la esencia sea, el pensa­miento debe cesar. La esencia del ser es el no‑ser, y para «ver» la profundidad del no‑ser, uno debe estar libre del devenir. La li­bertad no existe si hay continuidad, y aquello que tiene con­tinuidad está atado al tiempo. Cada experiencia ata la mente al tiempo, y es la mente que se halla en un estado de no‑experi­mentar la que percibe todo cuanto es esencia. Este estado en que ha llegado a su fin todo cuanto sea experimentar, no es la pará­lisis de la mente; por el contrario, es la mente aditiva, la mente que está acumulando la que decae y se marchita. Porque el acumular es algo mecánico, es repetición; el negar para adquirir y la mera adquisición son ambos repetitivos e imitativos. La mente que destruye de modo total este mecanismo de acumu­lación y defensa, es una mente libre y, por lo tanto, el experi­mentar ha perdido su significación.

LA NATURALEZA DEL HECHO

Entonces existe el hecho y no la experiencia del hecho; la opinión acerca del hecho, su evaluación, su belleza y no-belleza, son la experiencia del hecho. Experimentar el hecho es negarlo, es escapar de él. El experimentar un hecho sin pen­samiento ni sentimiento es un suceso de gran profundidad.

LA CONCIENCIA

La conciencia no puede contener la in­mensidad de la inocencia; puede recibirla, pero no proseguirla ni cultivarla. La conciencia toda debe estar quieta, sin desear, sin buscar y sin perseguir en modo alguno. Sólo cuando hay quietud en la totalidad de la conciencia, puede surgir eso que no tiene principio ni fin. La meditación es el vaciado de la conciencia, no con el propósito de recibir, sino que es el vaciado de todo esfuerzo por alcanzar algo. Debe haber espacio para el silencio, no el espacio creado por el pensamiento y sus activi­dades sino el espacio que adviene por la negación y la des­trucción, cuando nada ha quedado del pensamiento y sus pro­yecciones. Sólo en el vacío puede haber creación.

La copa no es solamente la forma, el color, el diseño, sino que es también ese vacío que hay dentro de la copa. La copa es el vacío retenido dentro de una forma; sin ese vacío no ha­bría copa ni forma. Nosotros conocemos la conciencia por los signos externos, por sus limitaciones de altura y profundidad, de pensamiento y sentimiento. Pero todo esto es la forma exte­rior de la conciencia: por lo exterior tratamos de encontrar lo interno. ¿Es esto posible? Las teorías y especulaciones carecen de significación; de hecho, impiden todo descubrimiento. Par­tiendo de lo exterior tratamos de encontrar lo interno, desde lo conocido exploramos con la esperanza de encontrar lo descono­cido. ¿Es posible investigar desde lo interno hacia lo externo? Conocemos el instrumento que investiga a partir de lo externo, pero ¿existe un instrumento que, desde lo desconocido, pueda investigar en lo conocido? ¿Existe? ¿Y cómo podría existir? No puede. Si lo hubiera seria reconocible, y si es reconocible está dentro del área de lo conocido.





El faraón Akenatón (Grandes maestros espirituales)

14 09 2013

GRANDES MAESTROS ESPIRITUALES

EL FARAÓN AKENATÓN

¿Qué es un maestro espiritual, qué le distingue del resto de humanos, cómo podemos saber si alguien es un maestro espiritual o un “listillo aprovechado”?

Interesante pregunta. La religión católica, por ejemplo, utiliza la denominación de “santo” para designar a sus maestros espirituales, y para reconocerlos del resto de los mortales emplea un protocolo muy detallado. Para elevar a los altares a un católico se necesita un largo proceso que pasa por la beatificación y luego por la santidad. En cada una de estas etapas se exigen milagros que son estudiados científicamente por una comisión que debe dictaminar que no cabe ningún género de duda respecto a que se han transgredido todas las leyes naturales y por lo tanto estamos ante un milagro. Ese milagro lo ha realizado la persona que se quiere elevar a los altares. Ha sido por su intercesión por la que se ha obrado el milagro. También se exige una conducta santa y unos determinados requisitos que de acuerdo a la normativa canónica distinguen a un supuesto beato o santo del común de los mortales.

En cada religión existe un protocolo al respecto o simplemente una “sensación” de que estamos ante un ser excepcional. En cuanto a las personas que no pertenecen a religión alguna por ser agnóstico o simplemente porque desean vivir su vida al margen de dogmas o agrupaciones nos encontramos con un intrigante enigma. ¿Pueden ser estas personas maestros espirituales? Como dijo el maestro Jesús en el evangelio, el espíritu sopla donde quiere. No hay elegidos, como ingenuamente creen algunas confesiones religiosas o grupos de corte espiritual. Todos hemos sido elegidos desde el momento en que somos hijos de Dios, como dijo Jesús. Todos hemos sido elegidos desde el momento en que llegamos a la existencia. Dios no es un ser tan limitado como nosotros, puede ser Padre de infinitos seres, puede amarlos a todos y proponer para todos ellos las mismas metas. Por lo tanto todos podemos ser maestros espirituales.
Los requisitos parecen claros. Un maestro espiritual debe conocer el mundo espiritual. Mal podemos ser maestros de lo que no conocemos. El conocimiento teórico es importante pero el práctico lo es aún más, no podemos ser maestros espirituales si nuestra vida no se adapta a las leyes espirituales. Como dijo Jesús en el evangelio: médico cúrate a ti mismo. Más que diplomas para colgar en las paredes o conocimientos teóricos escritos en libros, la piedra de toque de un verdadero maestro está ahí, en esa frase. La piedra de toque de un buen médico es que logre curarse a sí mismo. La piedra de toque de un maestro espiritual es que su vida sea espiritual. De nuevo recurrimos al maestro Jesús. Por sus frutos los conoceréis, lo mismo que un peral no puede dar manzanas, un maestro espiritual no puede producir frutos de odio y destrucción, solo por “experimentar” a ver qué pasa. Un maestro espiritual exhala amor al caminar y su vida es una muestra palpable del cumplimiento de las leyes espirituales, a su alrededor va generando felicidad y elevando a su entorno a niveles espirituales más altos.

Ahora bien. Cuando un maestro espiritual vive con nosotros, en nuestra época, podemos verle y palparle, es sencillo decidir con naturalidad si se trata de un maestro o de un farsante. Por sus frutos los conoceréis… Pero si vivió en otra época pretérita de la que solo se conservan tradiciones, leyendas o pequeños fragmentos de documentos históricos el tildar a esa persona de maestro espiritual es algo subjetivo, lo que por otra parte también es así con todas las demás personas aspirantes a maestros espirituales. Aunque sea sencillo aplicar el baremo del árbol que da sus frutos, no todo el mundo cree que una pera es una pera y una manzana una manzana, para algunos fanáticos ciertos personajes violentos y genocidas son “maestros” y para otros desorientados ni el sacrificio heroico de la propia vida a favor de la humanidad les dice nada.

También hay que contar con la justicia o la injusticia histórica. Ciertos personajes han pasado a la historia a bombo y platillo cuando puede que no merecieran tanto, mientras otros permanecen anónimos, su estela se ha perdido en la noche de los tiempos. Un maestro espiritual del pasado no deja de serlo por el hecho de que haya sufrido un absoluto olvido histórico. No conocemos su existencia pero en el plano espiritual sigue actuando.

Este es un tema muy interesante. Si alguna vez se han preguntado cómo es posible que dadas las leyes físicas y la fragilidad de nuestras vidas en todos los sentidos, sigamos vivos, evolucionando y superando guerras, genocidios, violencia… Si alguna vez se han preguntado cómo es posible que la guerra de los misiles de Cuba no terminara en el apocalipsis, cómo es posible que con tanto armamento nuclear, químico, bacteriológico, que con tanto asesino como anda suelto, que con tanto dictador como ha anidado en la historia, que con la mezquindad y miseria de la naturaleza humana, que con… la humanidad siga viva, mejorando, evolucionando… Es como si alguien viera natural que otra persona, después de pasarse la vida dándose terribles cabezazos contra la pared, no solo siguiera viva sino que ni siquiera tuviera un rasguño en el cuero cabelludo.

Esto solo puede tener una explicación: Estamos siendo protegidos, numerosos maestros espirituales están trabajando en nuestro favor desde el plano espiritual, las personas fallecidas con gran evolución espiritual regresan a nosotros y desde la dimensión espiritual nos ayudan y nos protegen con exquisito respeto a nuestra libertad. Lo mismo que en esta realidad existen “oenegés” que ayudan a otros sin esperar nada a cambio, lo mismo que hay grupos de meditación o de ayuda espiritual que trabajan en el anonimato para que las cosas en este planeta vayan mejor, en el plano espiritual existe una auténtica organización de ayuda. Gracias a ello hemos conseguido librarnos hasta el momento del apocalipsis y estamos superando las mayores tragedias de formas casi milagrosas.

Pocos tienen dudas de que algunos personajes históricos han sido maestros espirituales: Jesús, Buda, etc. Pero con otros hay dudas y reticencias. Por mi parte, a pesar de mi desconocimiento del personaje, creo que el faraón Akenatón debió de ser un maestro espiritual. De hecho no soy el único que lo cree, los rosacruces, por ejemplo se consideran herederos de sus enseñanzas que aparentemente se han perdido pero que tal vez hayan sido transmitidas a través de los ríos subterráneos de conocimientos esotéricos que han llegado hasta nosotros. Si el evangelio, por ejemplo, ha sido transmitido por escrito durante siglos, es más que probable que otros conocimientos también lo fueran, aunque permanecieran escondidos para evitar la persecución y la destrucción. Incluso pueden existir conocimientos iniciáticos que solo hayan sido transmitidos verbalmente.

El faraón Akenatón acabó con el politeísmo de la religión egipcia y fundó el monoteísmo, el culto a Rá, el dios sol. Pero no solo eso, al parecer creó un nuevo sacerdocio y transmitió los nuevos conocimientos espirituales de forma iniciática y secreta. Tal vez el poco éxito histórico de su religión se debiera a que la hizo iniciática y no “pasto de muchedumbres”. Como dijo el maestro Jesús, no se pueden arrojar perlas o margaritas a los cerdos. Gran verdad espiritual que todo maestro espiritual debe tener siempre en cuenta.

Es poco lo que sabemos de este personaje pero creo que toda persona que cambia a mejor su entorno y lo eleva espiritualmente es un maestro. Les dejo un enlace para la wikipedia por si están interesados en saber más de este maestro espiritual.

http://es.wikipedia.org/wiki/Akenat%C3%B3n





CITAS DE KRISNAMURTI III

28 01 2013

CITAS III

CEREBRO Y MEMORIA

El cerebro se alimenta de la reacción y la experiencia; vive de la experiencia. Pero la experiencia siempre es limitadora y condicionante; la maquinaria de la acción es la memoria. Sin la experiencia, el conocimiento y la memoria, la acción no es posible, pero tal acción es fragmentaria, limitada. La razón, el pensamiento organizado, es siempre incompleto; la idea, la res¬puesta del pensar es estéril y la creencia es el refugio del pensamiento. Toda experiencia sólo fortifica al pensamiento, negativa o positivamente.

El experimentar está condicionado por la experiencia, el pasado. Vaciar la mente de toda experiencia es libertad. Cuando el cerebro cesa de nutrirse por medio de la experiencia, el recuer¬do y el pensamiento, entonces su actividad no es egocéntrica. Entonces su alimento proviene de otra parte. Es este alimento el que hace que la mente sea religiosa.

DESEO Y ENGAÑO Pag. 30

Qué fácil es engañarse uno mismo, proyectar estados que se desean y experimentarlos realmente, en especial cuando implican placer. No hay ilusión ni engaño cuando no existe el deseo, consciente o inconsciente, de experiencias de ninguna clase, cuando uno es por completo indiferente al ir y venir de toda experiencia, cuando uno no pide absolutamente nada.

MADUREZ

Para que la madurez exista es absoluta¬mente necesario que haya: 1. Completa sencillez que acompaña a la humildad, no en cosas o en posesiones sino en la cualidad del ser. 2. Pasión, con esa intensidad que no es solamente física. 3. Belleza; no sólo la sensibilidad a la realidad externa, sino sensibilidad a esa belleza que está más allá y por encima de todo pensamiento y sentimiento. 4. Amor; la totalidad del amor, no esa cosa que conoce los celos, el apego, la dependencia; no eso que se divide en carnal y divino. La total inmensidad del amor. 5. Y la mente que pueda seguir y que pueda penetrar sin mo¬tivo, sin propósito alguno en sus propias inmensurables profundidades; la mente que no tiene límite, que es libre para moverse sin el tiempo espacio.

LA VIOLENCIA

la violencia existe en el cambio, en la revolución, en la sumisión, en la disciplina, en el control y dominio

CREACIÓN Y DESTRUCCIÓN

Pero la creación no es paz. La paz y el conflicto pertenecen al mundo del cambio y del tiempo, al movimiento externo e interno de la existencia, pero esto no era del tiempo ni de ningún movimiento en el espacio. Ello es pura y absoluta destrucción, y sólo entonces lo «nuevo» puede ser.

LA UNIÓN CON EL TODO

No es posible unirse a ello; no es posible unirse a un río que fluye rápidamente. Uno jamás puede unirse a lo que no tiene forma, ni medida, ni cualidad. Ello es; eso es todo.

INTERPRETACIÓN

Toda interpretación deforma.

SOBRE LA BELLEZA

Todo lo que es obra del hombre debe ser negado con decisión antes de que esta belleza pueda ser. Porque ella necesita total inocencia, total austeridad; no la inocencia urdida por el pensamiento ni la austeridad del sacri¬ficio. Sólo cuando el cerebro está libre del tiempo y sus respuestas son absolutamente silenciosas, existe esa austera ino-cencia.

MEMORIA

El cerebro se alimenta de la reacción y la experiencia; vive de la experiencia. Pero la experiencia siempre es limitadora y condicionante; la maquinaria de la acción es la memoria. Sin la experiencia, el conocimiento y la memoria, la acción no es posible, pero tal acción es fragmentaria, limitada. La razón, el pensamiento organizado, es siempre incompleto; la idea, la res¬puesta del pensar es estéril y la creencia es el refugio del pen-samiento. Toda experiencia sólo fortifica al pensamiento, nega¬tiva o positivamente.

LA LIBERTAD DE VACIAR LA MENTE

El experimentar está condicionado por la experiencia, el pasado. Vaciar la mente de toda experiencia es libertad. Cuando el cerebro cesa de nutrirse por medio de la experiencia, el recuer¬do y el pensamiento, entonces su actividad no es egocéntrica. Entonces su alimento proviene de otra parte. Es este alimento el que hace que la mente sea religiosa.

BELLEZA

La belleza de un cuadro, una canción, una casa, es producida por el hombre para que se la compare, se la critique, para que se le sumen cosas, pero esta belleza no era una obra hecha por la mano del hombre. Todo lo que es obra del hambre debe ser negado con decisión antes de que esta belleza pueda ser. Porque ella necesita total inocencia, total austeridad; no la inocencia urdida por el pensamiento ni la austeridad del sacri¬ficio. Sólo cuando el cerebro está libre del tiempo y sus respuestas son absolutamente silenciosas, existe esa austera ino¬cencia.

CREACIÓN

La creación no puede ser comprendida por el cerebro con sus complicadas variedades de respuestas. El cerebro no tiene modo de entrar en contado con ella; es absolutamente incapaz. El conocimiento es un obstáculo, y sin el conocimiento de uno mismo la creación no puede existir. El intelecto, ese agudo instrumento del cerebro, no puede en modo alguno aproximársele. El cerebro total, con sus ocultas urgencias secretas y sus empeños, con sus múltiples variedades de astutas virtudes, debe hallarse completamente silencioso, mudo, pero sin embargo alerta y sereno. La creación no es hornear pan o escribir un poema. Toda actividad del cerebro debe cesar, voluntaria y fácil¬mente, sin conflicto ni dolor. No debe haber ni sombra de conflicto e imitación.

CREACIÓN
Entonces existe el asombroso movimiento llamado creación. Este sólo puede tener existencia en la negación total; no puede existir en el paso del tiempo ni el espacio puede abarcarlo. Debe haber muerte completa, destrucción total para que la creación sea.

SÍMBOLO

El símbolo se torna más importante que la realidad. El símbolo proporciona un refugio; a su amparo es fácil hallar bienestar. Uno puede hacer con el símbolo lo que quiera, éste jamás ha de contradecirlo, jamás cambiará; puede ser cubierto de guirnaldas o de cenizas. Existe una satisfacción extraordinaria en una cosa muerta, en una pintura, una conclusión, una palabra. Son cosas que están muertas sin posibilidad alguna de revivir, y hay placer en los múltiples aromas del ayer. El cerebro siempre es el ayer, y lo que en el hay es la sombra del ayer, y el mañana es la continuación de esa sombra, un poco modificada pero exhalando aún el aroma del ayer. Así, el cerebro vive y tiene su existencia en las sombras; se siente más seguro, más confortable.

CONCIENCIA

La conciencia está siempre recibiendo, acumulando e interpretando según lo que ha acopiado; recibe a través de todos sus poros; acopia, y desde lo que ha almacenado experimenta, juzgando, recopilando, modificando. Mira, no sólo mediante los ojos, mediante el cerebro, sino a través de este trasfondo. La conciencia sale para recibir, y en el acto de recibir existe. En sus recónditas profundidades ha almacenado por siglos aquello que ha recibido, los instintos, las memorias, la seguridad, siempre agregando, agregando, y si quita es sólo para agregar más. Cuando esta conciencia mira hacia afuera lo hace para pesar, contrapesar y recibir. Y cuando mira hacia adentro, su mirar es aun el mirar externo que pesa, contrapesa y recibe; cuando se despoja internamente, ello es otra forma de agregar. Este proceso, atado al tiempo, prosigue y prosigue dolorosamente, con fugaces alegrías y pesares.





El maestro Jesús

23 10 2012

GRANDES MAESTROS ESPIRITUALES/EL MAESTRO JESÚS

Aprovecho que he comenzado a leer el noveno libro de Caballo de Troya de Juanjo Benitez para presentar en la sección de grandes maestros espirituales a Jesús de Nazaret, uno de los más grandes maestros espirituales de la historia humana. Todos conocemos su figura histórica y los evangelios oficiales. Sin embargo hay otras visiones y perspectivas del maestro que completan y matizan el perfil ya conocido. La serie de libros de Benitez es otra perspectiva sobre esta figura histórica. Para quienes conocemos el Libro de Urantia lo que se dice en estos libros no nos pilla por sorpresa. Además están los evangelios apócrifos que nos dan nuevos matices, interesantes.

En cuanto a las corrientes esotéricas, también los rosacruces, por ejemplo, han comentado sobre la figura de este gran maestro espiritual. Citan los manuscritos encontrados en las cuevas del mar muerto. Se habla de la posibilidad de que el maestro Jesús hubiera pertenecido a la secta de los Esenios o hubiera tenido conocimiento y acceso a estos manuscritos. La hipótesis de que en algún momento de su vida hubiera viajado a la India, al Tibet, y hubiera estado en contacto con los gurús de la época, tampoco parece una hipótesis descabellada.

Si bien la religión católica y otras religiones cristianas, protestantes, han intentado apoderarse de su figura y dogmatizar sus enseñanzas, lo cierto es que su figura sobrepasa cualquier tipo de encasillamiento o de instrumentalización. Sus enseñanzas evangélicas son universales y de una espiritualidad que no puede limitarse a un tiempo histórico o a una interpretación restrictiva o limitada por parte de cualquier religión o grupo dogmático. Su figura se agigante con el tiempo y el sacrificio de la Cruz eleva sus enseñanzas a niveles espirituales que pocos maestros espirituales han alcanzado.

Estas enseñanzas entroncan con las grandes corrientes esotéricas y de espiritualidad que han recorrido la historia humana, como un Guadiana, desde los albores de la especie humana. Los rosacruces, por ejemplo, utilizan la simbología de la cruz como la unión del ying y el yang o de la dualidad básica de todo universo y de toda existencia. En su centro brota una rosa, de ahí el nombre de este grupo esotérico: Rosacruces. La comparación con la enseñanzas budistas resulta muy llamativa e interesante. Aunque el dogma católico decidió suprimir cualquier tipo de referencia a la reencarnación o al karma tras un famoso concilio, lo cierto es que todo estudiante aplicado puede encontrar en los evangelios conocidas citas que no tendrían sentido si el maestro Jesús no conociera estos principios básicos budistas.

Con el tiempo comenzaré a subir a esta sección de maestros espirituales algunas citas evangélicas que han formado parte de mi formación desde la infancia y que considero siguen vigentes a estas alturas de mi vida y creo que serán una guía luminosa para el resto de mi existencia. Me permito adelantar algunas:

-La verdad os hará libres.
-No se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelabro, para que la vean todos los que están en la casa.
-Bienaventurados los que luchan por la justicia porque de ellos será el reino de los cielos.
-Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra.
-No me llaméis maestro, porque uno solo es vuestro maestro.
-Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
-Si alguien quiere ser el primero entre vosotros antes deberá ser vuestro servidor.
-Quien escandalizaré a uno de estos pequeñuelos más le valdría colgarse una rueda de molino al cuello y arrojarse al mar.





CITAS DE KRISHNAMURTI II

22 08 2012

CITAS DE KRISHNAMURTI SACADAS DE SU DIARIO

Krishnamurti

CITAS II

SOBRE EL VER Y LA VIDENCIA

El ver es de la más alta importancia. Este ver está fuera del tiempo espacio; es inmediato, instantáneo. Y lo que es visto, nunca es igual otra vez. No hay otra vez o mientras tanto.

SOBRE EL AMOR

El amor no es apego. El amor no produce pesar. En el amor no hay desesperación ni esperanza. El amor no puede hacerse respetable, convertirse en parte del esquema social. Cuando él no está presente, comienza el afán en todas sus formas

EL PODER

El poder se deriva del ascetismo, de la acción, de la posición, la virtud, la dominación, etc. Todas esas formas de poder son malignas. Ese poder corrompe y pervierte. El empleo del dinero, del talento, de la destreza, para obtener poder o derivar poder de ello, cualquiera sea el uso que se le dé, es corruptor, nocivo.

Pero existe un poder que en manera alguna está relacionado con ese poder que es el mal. Este poder no es para ser comprado por medio del sacrificio, de la virtud, de las buenas obras y creencias, ni puede comprarse con la adoración, las plegarias y la abnegación del yo o con las meditaciones destinadas a destruir al yo. Todo esfuerzo para ser o llegar a ser, debe cesar completa y naturalmente. Sólo entonces puede existir ese poder que no es el mal.

EL DOLOR

El impulso por repetir una experiencia, no importa lo placen¬tera, bella o provechosa que haya sido, es el terreno donde crece y se desarrolla el dolor. La pasión del dolor es tan limitadora como la pasión del poder. El cerebro debe cesar de moverse por si mismo, y ha de estar completamente pasivo.

FUERZA Y ENERGÍA
Al despertar en medio de la noche había una sensación de inmensa e inmensurable fuerza. No era la fuerza que han producido la voluntad o el deseo, sino la fuerza que hay en un río, en una montaña, en un árbol. Esa fuerza está en el hombre cuando toda forma de deseo o voluntad han cesado completa¬mente. No puede ser valorada ni significa provecho alguno para un ser humano, pero sin ella no hay ser humano, ni hay árbol.

La acción del hombre es opción y voluntad, y en una acción así hay contradicción y conflicto; por lo tanto, hay dolor. Toda acción semejante tiene una causa, un motivo y, en consecuencia, es una reacción. La acción de esta fuerza no tiene causa ni mo¬tivo y, por consiguiente, es inmensurable y es la esencia.

La verdad no puede ser exacta. Lo que puede medirse no es la verdad. Lo que no es vida puede ser medido y puede en¬contrarse su altura.

EL DETERIORO

¿Por qué existe el deterioro? Tanto en lo interno como en lo externo. ¿Por qué? El tiempo produce destrucción en todo lo que está mecánicamente organizado; desgasta por el uso y las enfermedades toda forma de organismo. ¿Por qué debe haber deterioro internamente, psicológicamente? Más allá de todas las explicaciones que un buen cerebro pueda ofrecer, ¿por qué escogemos lo peor y no lo mejor, por qué el odio antes que el amor, por qué la codicia y no la generosidad, por qué la acti¬vidad egocéntrica y no una acción libre y total? ¿Por qué ser mezquino cuando existen las altísimas montañas y los ríos centelleantes? ¿Por qué los celos y no el amor? ¿Por qué? Ver el hecho conduce a una cosa, y las opiniones, las explicaciones, a otra. Lo realmente importante es ver el hecho de que declina¬mos, de que nos deterioramos, y no él por qué y la razón de ello. Las explicaciones tienen muy escaso significado frente a un hecho, pero el satisfacerse con explicaciones, con palabras, es uno de los principales factores de deterioro. ¿Por qué guerra y no paz? El hecho es que somos violentos; el conflicto, dentro y fuera de la piel, es parte de nuestra vida diaria de ambición y éxito. Lo que pone fin al deterioro es el ver este hecho y no la explicación astuta o la palabra ingeniosa. La opción, una de las mayores causas de la decadencia, debe cesar por completo para que ésta toque a su fin. El deseo de realizarse, con la satis¬facción y el dolor que existen a su sombra, es también uno de los factores del deterioro.

RELACIONES Y LIBERTAD

Más tarde, en la mañana, sentado en un banco al borde del camino, bajo un árbol, uno sintió la inmensi¬dad de ello. Esta daba amparo, protección, como el árbol que estaba encima de uno y cuyas hojas protegían contra el fuerte sol de la montaña, permitiendo, no obstante, que la luz pasara a través de las mismas. Toda relación es una protección de esta naturaleza en la que hay libertad, y porque hay libertad, hay amparo.

¿Por qué debe sucedernos todo esto? Ninguna explicación es suficientemente buena, aunque uno puede inventar una docena de ellas. Pero algunas cosas están bastante claras. 1. Uno debe ser por completo «indiferente» a ello, tanto cuando viene como cuando se va. 2. No debe haber deseo de continuar la experien¬cia ni de almacenarla en la memoria. 3. Tiene que haber cierta sensibilidad física, una cierta indiferencia hacia el bienestar. 4. Tiene que existir una disposición autocrítica en el modo de abordar el hecho.

Mirar es importante. Nosotros miramos a las cosas inmediatas y, en función de las necesidades inmediatas, miramos al futuro; que está coloreado por el pasado. Nuestro ver es muy restringido y nuestros ojos están acostumbrados a las cosas cer¬canas. Nuestro mirar está atado por el tiempo espacio, tal como lo está nuestro cerebro. Nunca miramos, nunca vemos más allá de esta limitación; no sabemos cómo mirar a través y más allá de estas fragmentarias fronteras. Pero los ojos tienen que es más allá de ellas penetrándolas profunda y extensamente, sin preferencia alguna, sin buscar refugio; tienen que transponer las fronteras de hechura humana constituidas por las ideas y los valores, y ver más allá del amor.
Entonces hay una bendición que ningún dios puede dar.

EL DESAPEGO

Qué fácil es engañarse uno mismo, proyectar estados que se desean y experimentarlos realmente, en especial cuando implican placer. No hay ilusión ni engaño cuando no existe el deseo, consciente o inconsciente, de experiencias de ninguna clase, cuando uno es por completo indiferente al ir y venir de toda experiencia, cuando uno no pide absolutamente nada.

MADUREZ DEL SER HUMANO

Para que la madurez exista es absoluta¬mente necesario que haya: 1. Completa sencillez que acompaña a la humildad, no en cosas o en posesiones sino en la cualidad del ser. 2. Pasión, con esa intensidad que no es solamente física. 3. Belleza; no sólo la sensibilidad a la realidad externa, sino sensibilidad a esa belleza que está más allá y por encima de todo pensamiento y sentimiento. 4. Amor; la totalidad del amor, no esa cosa que conoce los celos, el apego, la dependencia; no eso que se divide en carnal y divino. La total inmensidad del amor. 5. Y la mente que pueda seguir y que pueda penetrar sin mo¬tivo, sin propósito alguno en sus propias inmensurables profundidades; la mente que no tiene límite, que es libre para moverse sin el tiempo espacio.





KRISHNAMURTI-CITAS

4 07 2012

CITAS SACADAS DE SU DIARIO I

 

 

La creación nunca pertenece al individuo. Ella cesa entera­mente cuando la individualidad, con sus capacidades, dones, técnicas, etc., se vuelve dominante. La creación es el movimiento de la incognoscible esencia de lo total; nunca es la expresión de la parte.

Krisnamurti Diario I

 

Cada distorsión del pensamiento debe ser comprendida; porque todo pensamiento es una reacción, y cualquier actividad que provenga de esto sólo puede incrementar la confusión y el conflicto.

 

Hacer algo sin motivo, por sí mismo, parece muy difícil y casi indeseable. Los valores sociales se basan en hacer algo en función de alguna otra cosa. Esto lleva a una existencia árida, una vida que nunca es completa, total, plena. Es una de las razones que promueven el descontento que desintegra.

 

Estar satisfecho es feo, pero estar insatisfecho engendra odio. Ser virtuoso con el fin de ganar el cielo o la aprobación de lo respetable, de la sociedad, hace de la vida un campo estéril que ha sido arado una y otra y otra vez, pero en el que nunca se ha sembrado. Esta actividad de hacer algo en función de alguna cosa es, en esencia, una intrincada serie de escapes, escapes de uno mismo, de lo que es.

 

Sin experimentar la esencia, no hay belleza. La belleza está meramente en las cosas exteriores o en los íntimos pensa­mientos, sentimientos e ideas; la belleza existe más allá de este pensar y sentir. La belleza es esta esencia. Pero esta belleza no tiene opuesto.

 

Sólo hay destrucción y no cambio. Porque todo cambio es una continuidad modificada de lo que ha sido. Todas las revolu­ciones sociales o económicas son reacciones, una continuidad modificada de lo que ha sido. Este cambio no destruye en modo alguno las raíces de las actividades egocéntricas.

 

 

El control, en cualquiera de sus formas, es dañino para la comprensión total. Una existencia que ha sido disciplinada es una vida de conformidad; en la conformidad no hay libertad con respecto al temor. El hábito destruye la libertad; el hábito del pensamiento, el hábito de la bebida, etc., contribuyen a una vida superficial e insípida. La religión organizada con sus creencias, dogmas y rituales impide el libre acceso a la vastedad de la mente. Es al entrar en esta vastedad que el cerebro se purifica del espacio‑tiempo. Al estar purificado, el cerebro puede en­tonces habérselas con el tiempo y el espacio.

 

El ambicioso no conoce la belleza. La belleza es el senti­miento de lo esencial.

 

 

El pensa­miento es materia y puede ser convertido en cualquier cosa, fea o bella. Pero existe algo sagrado que no es del pensamiento ni per­tenece a un sentimiento revivido por éste. El pensamiento no puede reconocerlo ni utilizarlo. El pensamiento no puede for­mularlo. Pero existe algo sagrado que ningún símbolo o palabra pueden tocar. Eso no es comunicable. Es un hecho.