MANUAL DEL PERFECTO SOÑADOR V

15 05 2024

MANUAL DEL PERFECTO SOÑADOR V

Autor: César García Cimadevilla

EXPERIMENTANDO CON LOS SUEÑOS

Si ya han superado su prejuicio de que recordar sueños es una tontería, descubrirán que experimentar con ellos no sólo es posible, sino que encontraran un mundo nuevo por explorar. Aparte de la faceta lúdica de la experimentación con sueños les aseguro que les resultará muy instructivo. El simple hecho de creer que es posible ser dueño de sus propios sueños y manejarse en ellos como si estuvieran en estado de vigilia, conscientes, ya es de por sí suficiente premio si experimentan con los sueños.

ALGUNOS EXPERIMENTOS CON LOS SUEÑOS

Para empezar les propongo un experimento que aparece en un libro de Castaneda y que Don Juan, el brujo yaqui, le propone a su discípulo, Carlitos Castaneda.

-Puede que les parezca una tontería encontrar sus propias manos en un sueño, verlas y observarlas con detenimiento y luego intentar manejarlas. Les aseguro que aún no lo he logrado. Implica un estado de consciencia dentro del sueño que resulta muy complicado de alcanzar. A través de este experimento serán conscientes de su propio cuerpo en el sueño. Algo que no es tan sencillo como piensan.

Para empezar en sueños miramos hacia afuera, hacia los otros y no hacia nuestro propio cuerpo. En los sueños no hay espejos, ni vemos en las miradaas de los otros lo que piensan de nuestro propio cuerpo. La única imagen que tenemos de él es la que conservamos del estado de vigilia. Así pueden darse situaciones tan extrañas como verse joven, vital y muy guapo en un sueño (me pasa con mucha frecuencia) cuando en la realidad somos completamente diferentes. Descubrirán que esto puede deberse a que están conectados con el cuerpo que tuvieron en otra reencarnación o que simplemente es así como se ven ustedes interiormente, aunque la carrocería les haga un feo.

-Continuando con los experimentos sobre el propio cuerpo, Freud narra en un texto sobre los sueños la interpretación de un estudioso, que pensaba que los sueños nacían únicamente de los estímulos que nos transmitía el cuerpo. Freud está en total desacuerdo con una teoría tan simplista y por mi parte también. No obstante describe cómo algunos sueños nacen de las sensacíones que nos transmiten nuestros miembros y órganos.

-Les propongo: Ponerse una venda o antifaz en los ojos y anotar por la mañana el sueño que tuvieron.

-Atarse los pies con una cinta y hacer lo mismo. A ver qué relación tiene el sueño con esa circunstancia.

-Dormir boca abajo, con la boca ligeramente tocando la almohada. A ver si tienen sueños de ahogamiento.

-Dormir con el pelo mojado. Comprobar si el sueño tiene algo que ver con un naufragio.

-Poner un determinado tipo de música, en su habitación, muy baja, y ver qué sueños les produce cada tipo de música.

Con el tiempo les iré proponiendo más experimentos.


INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS

Antes de que Freud escribiera sus textos clásicos sobre interpretación de los sueños, otros autores ya habían escrito y estudiado los sueños.

Freud no está de acuerdo con las interpretaciones simplistas y cientifistas de algunos de ellos, que creen que el sueño nace de los estímulos o mensajes que nos transmiten nuestros sentidos sobre el estado de nuestros órganos. Freud descubrió que hay un fuerte componente psíquico en nuestros sueños. En ellos, a través de arquetipos o enmascaramientos, recibimos mensajes de nuestro «yo interno» sobre algunos extremos de nuestras vidas, que suelen ir enmascarados o utilizar imágenes arquetípicas.

La interpretación de los sueños resulta muy compleja, teniendo en cuenta que en ese cóctel que es el sueño, se mezclan estímulos de nuestro organismo, exteriores, situaciones de la vigilia que apenas hemos percibido debido a estar ocupados con otras cosas, y sobre todo existe todo un universo psíquico que resulta apasionando para explorar y analizar.

En el próximo capítulo les hablaré de cómo interpretar los sueños, de los arquetipos, de las diferentes opiniones sobre la génesis e interpretación del sueño y de mis propias opiniones personales, nacidas de largos años de recordar y anotar sueños. No se lo pierdan .

©Slictik







MANUAL PERFECTO SOÑADOR IV

4 02 2017

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                           INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS

Freud atribuye el olvido de los sueños al escaso interés que les concede el sujeto.

Lo mismo se podría decir de la interpretación. Si ni siquiera nos interesa recordar los sueños el interés por interpretarlos es aún menor. De esa forma nos limitamos a resaltar dos detalles que tienen relación con nuestra propia realidad y dejamos de lado el resto, como un sumidero de estímulos y sensaciones no asimilados.

 A continuación les expondré las diferentes técnicas de interpretación de los sueños, la literatura clásica al respecto,  y sobre todo mi propia técnica personal en la interpretación de los sueños. Empecemos por la última, que iré completando con citas y un diccionario básico de arquetipos en la interpretación de los sueños.

 MI INTERPRETACIÓN PERSONAL DE LOS SUEÑOS

 Me baso en las siguientes  hipótesis, que no pueden ser probadas, pero sí experimentadas.

 -En los sueños no hay tiempo ni cronología. Quiere esto decir que es fácil que se yuxtapongan escenas diferentes sucedidas en tiempos diferentes.  Esto hace que la interpretación de ese sueño resulte realmente complicada.

En la vida real hay un espacio o lugar y un tiempo donde suceden las cosas. De esta manera a la memoria le resulta fácil  recordar y a nuestra mente analizar lo sucedido.

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 ¿POR QUÉ NO HAY TIEMPO EN LOS SUEÑOS?

Ya Freud en su ensayo “ Literatura científica sobre los problemas oníricos” habla de ese factor esencial para entender el desarrollo de los sueños. No hay tiempo en ellos porque no hay relojes, porque no hay día ni noche, porque no hay un telón de fondo “real” en el que podamos fijarnos para situar la escena en el tiempo y en el espacio.

 Por eso Freud menciona que lo enrevesado de algunos sueños puede ser debido a la yuxtaposición de diferentes escenas, que se mezclan como si de una sola escena se tratara.

 MI EXPLICACIÓN PERSONAL

Teniendo en cuenta que el sujeto del sueño es la propia mente del durmiente y conociendo como conocemos cómo funciona ésta en estado de vigilia, nos podemos hacer una idea del caos que reina en nuestras mentes al entrar al sueño.

Si creemos en la posibilidad de que nuestro cuerpo astral o nuestro yo interno se desprenda del cuerpo y “viaje” la posibilidad de que esas experiencias sean transmitidas a nuestro “yo consciente” o “yo en estado de vigilia”  de una forma comprensible por éste, es toda una utopia.

 En el próximo capítulo les hablaré del lenguaje de los sueños y de los problemas para ser comprendido cuando estamos en estado de vigilia.

 

RESUMEN Y RECOPILACIÓN

 Recapitularemos por orden de importancia todo lo expuesto hasta ahora.

1-La “realidad” no se mide por su “solidez”. Si así fuera un bunker sería más real que un cuerpo humano, puesto que el bunker es más sólido y el cuerpo humano más frágil y fácil de destruir.

 2-La realidad no se mide por su duración en el tiempo. Si así fuera una mina de carbón sería más real que una persona.

 3-La “realidad” no se mide por su extensión en el espacio. Si así fuera una casa sería más “real” que quienes la habitan.

 4-La realidad no se mide por su “visibilidad” para nuestros ojos de carne. Si así fuera una piedra sería más real que la corriente eléctrica que hace funcionar nuestros electrodomésticos.

La MATERIA NO ES MÁS REAL QUE LA ENERGÍA. Si así fuera nuestra aspiración máxima sería la de formar parte del universo “mineral” y no la de formar parte de Dios, invisible y penetrable al máximo, puesto que está en todas partes y nadie lo ve.

5-La acción no es más real que el pensamiento. Si así fuera un soldado que dispara un misil sería mucho más “real” que cualquiera de los genios de la humanidad, creadores, artistas, científicos, pensadores y filósofos. Puesto que los “creadores” se pasan la vida dejando que las ideas bullan dentro de sus cráneos.

6-El mundo de los sueños es tan real como lo es nuestra “consciencia”, nuestro “pensamiento”, nuestras “emociones”. Como la energía de que se compone el universo y que ustedes no ven. Como los átomos y partículas subatómicas, cuya invisible redondez no pueden percibir con las yemas de sus dedos.

7-Las leyes que rigen el universo de los sueños no son las mismas que rigen el universo en estado de vigilia. El tiempo no se mide por el movimiento de las agujas de un reloj; ni el espacio se mide en kilómetros.

8-El lenguaje de los sueños es el lenguaje de las imágenes y no el de los sonidos, el de las palabras y el de la abstracción de los conceptos que encierran las palabras.

9-Puede que los sueños no sean una cloaca de estímulos e imágenes que bullen dentro de nuestros cráneos. Tal vez nuestros cuerpos de energía o astrales salgan de lnuestros cuerpos físicos y durante 1/3 de nuestras vidas residan en un universo paralelo, del que apenas recordamos nada. ¿Por qué no podemos o porque no queremos?

10-Se pueden recordar los sueños y existen técnicas para hacerlo.

11-Se pueden interpretar los sueños o más bien conocer su lenguaje.

 

Y ahora adentrémonos de lleno en el universo de los sueños, siguiendo la narración en forma de parábola de lo que ocurre en un planeta oscuro, habitado por seres que carecen de sentidos, incapaces de comunicarse de otra manera que no sea a través de un móvil de última generación que manda imágenes en lugar de palabras. Los dioses de la tecnología han facilitado a esos seres oscuros un instrumento maravilloso, pero sumamente complicado. Como verán en su momento.

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MANUAL PERFECTO SOÑADOR III

2 01 2017

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Cómo recordar más de un sueño

Cuando comiencen a dominar la técnica de recordar y anotar un solo sueño, pueden intentar recordar y anotar varios a la vez. Les aseguro que es posible recordar más de uno. En mi caso el record está en seis sueños recordados y anotados al despertar.

Anótenlos de forma cronológica, si así les resulta más sencillo o bien por orden de interés para ustedes.

Atropello
Montaña
Erótico
Familiar

O bien

Erótico
Montaña
Atropello
Familiar.

Inicien la anotación por el más interesante o impactante.

Datos esenciales. Temática. Personaje. Impresión más duradera.

Pasen al segundo, al tercero, hasta donde les deje la memoria.

Una vez tengan todos prendidos de un hilo, comiencen por el primero y termínenlo. Luego el segundo y así sucesivamente.

Cuando hayan completado varias libretas hagan un índice para consultarlos cuando deseen.

Cada cual tiene sus propias técnicas para memorizar. Utilícenlas teniendo siempre presente que al despertar lo más importante es clavar la mariposa del sueño con algunas alfileres. Más tarde podrán detenerse en los colores de las alas.

NOTA IMPORTANTE: La añado años más tarde para hacer constar la enorme dificultad que sigo teniendo para recordar más de un sueño y anotarlo correctamente, he aceptado que salvo raras excepciones es imposible recordar varios sueños y anotarlos bien por lo que he decidido centrarme en un solo sueño, el más importante, relegando a los demás al olvido, salvo que la anotación se haga inmediatamente después de haber despertado y se tenga un día excelente en todos los sentidos, entonces se puede intentar la memorización y anotación completa de varios sueños.

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Autor: César García Cimadevilla

LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS

TEORÍA

En el universo todo es ying o yang, oscuridad o luz, masculino o femenino, materia o espíritu. La ley de los opuestos es universal y funciona siempre. Sin embargo observamos que nada es absolutamente luz o negrura o incluso masculino o femenino (ahora precisamente estoy haciendo la búsqueda del ánima en mi terapia particular, o sea la busca de mi parte femenina). Como ustedes saben el feto antes de nacer va evolucionando hacia un género, deshaciéndose de los órganos del contrario, aunque nada le impediría hacer lo contrario, sino fuera por la orden grabada en sus genes.

Como me decía mi papá, nada es blanco o negro en la vida. Ciertamente vemos muchos colores, muchas mezclas. Todo lo que existe es mezcla de algo, del ying y del yang, si nos vamos a los cimientos. Así pues no hagan mucho caso de teorías dogmáticas en la interpretación de los sueños.

Si las reducimos a dos, éstas serían:

-Teoría puramente materialista o cientifista.

-Teoría puramente psíquica o espiritualista.

En el primer caso, según me estoy enterando al leer a Freud y sus textos sobre los sueños, algunos cientifistas pretendían demostrar que los sueños siempre proceden de estímulos externos o estímulos internos, de los propios órganos del cuerpo. De ahí mi interés en que experimentaran esa posibilidad a través de los «duros experimentos» que les sugería en el capítulo anterior.

Si llevaran años anotando los sueños se sorprenderían de lo poco que a veces influyen estas cosas. Salvo el sueño de las necesidades menores (mear, hablando en plata) o mayores (no me atrevo a decirlo en plata), en los que claramente uno sueña que se está meando u lo otro y al despertar resulta que es absolutamente cierto, las demás necesidades corporales no aparecen tan nítidamente reflejadas en sueños.

Si bien es cierto que los estímulos externos provocan en el durmiente determinadas escenas oníricas; si también lo es que la enfermedad o el estado de los órganos internos pueden mostrarse en sueños a través de símbolos, no lo es menos que nuestro psiquismo tiene una peculiar forma de manifestarse en sueños. Y no precisamente a través de un cóctel de residuos cloaqueros de los estímulos a los que no hacemos caso en periodo de vigilia. Nuestro subconsciente nos muestra a través de símbolos, arquetipos, enmascaramientos y un montón de cosas más, los mensajes que no quiere o no puede darnos de forma clara, como el agua cristalina de una fuente.

-¿Por qué no se nos muestra con claridad nuestro ladino subconsciente?

Esa es la pregunta del millón. A la que no voy a responder, pero sí que voy a darles mi propia y personal teoría al respecto (no es tan propia, puesto que además de nacer de mis experiencias intransferibles, nace también de toda la filosofía oriental y el esoterismo).

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TEORÍA DEL YO INTERNO O MAESTRO INTERNO O YO SUPERIOR.

La teoría es muy simple, pero sus consecuencias son tan amplias y terribles, que aún no las he desmenuzado del todo.

Partamos de una hipótesis:

-Imaginen que somos algo más que cuerpo. Que somos alma, espíritu, seres de luz o de energía, o como prefieran llamarlo. Si así fuera no necesitarían estos seres de luz permanecer dentro del cuerpo, vigilando su descanso reparador durante el sueño.

Imaginen que estos seres de luz pueden desprenderse del cuerpo, en lo que se ha llamado viaje astral, dejando siempre, por supuesto, la conexión a través del cordón de plata, que pueden imaginárselo como el cordón umbilical que une al niño con la madre, solo que de pura energía.

Pues bien, si han logrado imaginar hasta aquí, no tendrán ningún problema en imaginar el resto.

Estos seres de luz se desprenden del cuerpo y se reunen con otros seres de luz para hablar de sus cosas, «hacer sus cosas» que no es ninguna guarrería, o viajar de acá para allá, incluyendo el viaje hacia atrás en el tiempo y hacia el futuro.

No todos los sueños proceden de viajes astrales. La pérdida de energía que esto supone es tremenda, y les dará una idea la metáfora de un escritor escribiendo una historia original durante horas y horas. Acabas rendido, mortífero, te vas a la cama y caes en ella como un leño.

Pues bien si hiciéramos viajes astrales todas las noches por las mañanas estaríamos bastante idos y muy «flojitos». Por eso habrá noches en que decidamos permanecer en el cuerpo, descansando tranquilamente, oyendo los estímulos externos, los internos o simplemente repasando en la pantalla del video lo que ha sido nuestra vida o simplemente lo que nos ha ocurrido durante el día.

Así pues, todos tienen parte de razón y nadie la tiene completa. Ni los cientifistas y materialistas están equivocados, ni los psiquistas o espiritualistas se han fumado un canuto, un porro de hachís o marihuana antes de irse a dormir.

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EL LENGUAJE DE LOS SUEÑOS

En mi humildísima opinión, la razón de que los sueños sean tan disparatados y su lenguaje tan inextricable, se debe a que nuestro «yo interno» o nuestro «yo espiritual» no puede utilizar sonidos vocales, como los que empleamos al hablar, y como al despertar se produce un choque tan violento, parecido al de morir y resucitar, que las imágenes y sentimientos transmitidos por nuestro «yo espiritual» se descolocan, es por lo que hablamos del lenguaje simbólico en los sueños.

-Eso es cierto, los arquetipos son el lenguaje universal de los sueños. Pero también puede serlo mi particular hipótesis.

-Imaginen que hacen un viaje astral en sueños y ven que mañana serán atropellados por un coche. Su «yo interno» decidirá si ustedes están preparados para asumir la langustia de esa experiencia o no. Si lo están el sueño será muy nítido y tan claro como si estuvieran observando la escena con sus propios ojos. Si no lo están el sueño será simbólico y de enmascaramiento. Pueden llegar incluso a pensar que eso le sucederá a otra persona, para al mismo tiempo que están avisados, no sufrir la angustia de algo que se va a producir.

Como esto es muy… muy largo, dejaré para próximos capítulos la tradicional y simbólica o arquetípica interpretación de los sueños y otra, más personal, que he deducido de mis propias experiencias y de la filosofía budista, el chamanismo y la magia y toda la corriente esoérica de sabiduria.

En el próximo capítulo, seguiremos un poco más con la hipótesis de espíritus que hacen viajes astrales, que son sueños, y cómo recordamos éstos, si es que los recordamos, o enmascaramos, si necesitamos darnos el mensaje, pero no del todo, para no sufrir mucho, o si sencillamente los bloqueamos y luego nos quedamos con esa expresión de «bobos» cuando al despertarnos nos decimos: «Yo anoche tuve una pesadilla terrible, pero mira por dónde no me acuerdo de nada… de nada… bueno sí, que era algo malo».

Hablaremos de los bloqueos, de los enmascaramientos, de los viajes hacia atrás y hacia adelante. De las posibilidades que nos da la creencia en la reencarnación. Tales como: ¿viajamos en sueños a visitar a nuestras esposas o amantes de otras vidas? ¿nos encontramos en sueños con amigos del alma, de los que ahora estamos separados porque cada uno tiene su karma que pagar y su misión que cumplir? ¿en realidad todo lo que sucede en el mundo de vigilia no está ya planeado en sueños, a través de reuniones multitudinarias de soñadores, o como decía el bueno de Jung, pasión casi incestuosa de mi buen amigo el doctor Carlo Sun, discípulo de Jung, a través del subconsciente colectivo, que ningùn cientifista que se precie admitirá nunca, pero que burla-burlando pudiera ser uno de los secretos mejor guardados por la sabiduría esotérica o hasta por los propios dioses. Tal vez sea esto del subconsciente colectivo y de la planificación del futuro de la humanidad en sueños un delirio muy apropiado para ser tratado por Slictik, pero también pudiera ser una verdad tan cierta y tan simple que pone los pelos de punta. Pero ya los tienen suficientemente erizados -hasta se podría hacer la permanente pasando un bolígrafo- para que me decida a darles un respiro.

Chao y nos vemos… aquí o en el mundo de los sueños.

 

 

 





1 12 2015

   MANUAL DEL PERFECTO SOÑADOR

TÉCNICA PARA RECORDAR LOS SUEÑOS

“Ensoñar es el no hacer del dormir…El ensueño permite al practicante el uso de esa porción de su vida que se pasa en el sopor. Es como si los ensoñadores no durmiesen, y sin embargo esto no resulta en ninguna enfermedad. A los ensoñadores no les falta el sueño, pero el efecto de ensoñar parece ser un incremento del tiempo de vigilia, debido al uso de un supuesto cuerpo extra: el cuerpo de ensueño”.

El Don del Águila. Carlos Castaneda

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METODOLOGÍA PARA RECORDAR LOS SUEÑOS

Voy a utilizar mi viejo manual, ampliándolo y remozándolo con algunos ejemplos de mis sueños anotados.

PRIMER PASO

Aunque les suene a perogrullada y les parezca una estupidez, el primer paso para recordar los sueños es desear hacerlo.

Si piensan que les importa un comino recordar lo que han soñado la noche anterior, rara vez recordarán algún sueño. A no ser que haya sido muy vívido, muy llamativo y contenga algún dato de especial interés para ustedes.

Vamos con los consejos:

-UNO

No intenten engañar al subconsciente diciéndose que sí, aunque saben perfectamente que es no. Sería como negar el informe de un detective, quien se les hubiera colado en un bolsillo y seguido a lo largo de todo el día. El subconsciente no admite componendas, ni acepta ser comprado con unas monedas. Si usted no quiere algo, el subconsciente lo sabe y actuará en consecuencia.

DOS

Una vez que estén convencidos de que realmente desean recordar los sueños, no utilicen la pura fuerza de voluntad para lograrlo. Ni se les ocurra apretar los puños y rechinar los dientes repitiendo en voz alta:

-¡Quiero recordar!  ¡Quiero recordar! Etc

Ni tampoco se deslicen del lecho y se pongan a dar saltitos, como cabra loca. Este comportamiento es el ideal para que el recuerdo se bloquee automáticamente.

Si siguen mis instrucciones , pasmosamente simples, les aseguro que pronto se convertirán en soñadores expertos, en verdaderos caminantes de sueños:

-Decidan sin matices recordar los sueños.

-Antes de caer rendidos en brazos de Morfeo repitan en voz alta su deseo, olvídense de ello y duerman como lirones.

SEGUNGO PASO

Al cabo de un tiempo, no demasiado, recordarán un sueño sin la menor dificultad.

El problema será que al despertar no se les escabulla de entre los dedos, como un puñado de agua.

Para ello es casi imprescindible la anotación escrita. Coloquen una libretita y un bolígrafo en la mesita de noche y utilícenlos. No sean dormilones, no se den la vuelta y a seguir roncando diez minutos más.

TERCER PASO

Necesitan una técnica de anotación de sueños o se quedarán sin los datos más interesantes y los más reveladores, se perderán en la niebla.

TÉCNICA CHAMÁNICA DE CASTANEDA

En su libro El arte de ensoñar don Juan da a Castaneda una técnica para recordar los sueños que parece bastante tonta, pero puedo decir que la he puesto en práctica y con excelentes resultados, puede que sea pura casualidad pero al ponerla en práctica he recordado más detalles de los sueños y éstos han sido más vívidos.

-Antes de dormirse hay que colocar la punta de la lengua en el paladar y mantenerla allí, incluso durante el sueño. Es evidente que esto no se puede controlar, mientras dormimos no podemos saber si la punta de la lengua sigue en el paladar, pero si al despertar sigue ahí es más que probable que haya permanecido en esa posición durante toda la noche. No hay que hacerse daño al apretar la lengua con demasiada fuerza y tener cuidado cuando uno está acatarrado, si no puede respirar por la nariz la respiración por la boca puede hacerse más dificultosa con la lengua en esa posición.

EJEMPLO PRÁCTICO DE VARIOS SUEÑOS EN UNA MISMA NOCHE Y SU ANOTACIÓN

SACADO DE MI CUADERNO GRANDE DE SUEÑOS III, AÑO 2009

SUEÑOS NOCHE DEL 17-4-2009

Noche de numerosos sueños, no he podido recordarlos todos.

-Una larga secuencia con reminiscencias del Señor de los anillos. Un Gandalf joven  pasaba ante mí y entraba en una especie de mesón, donde yo me encontraba.

-Sueño con una mujer, joven, morena, en una foto/ Alguien está manejando la foto y dice que no debería haber dejado la cámara activada, para que grabara como un video/ A la chica se la ven las bragas/ Mujer desconocida, nada que ver con algo que me haga ocurrido en la vida cotidiana.

-Sueño de montaña.- Un motorista, le sigo, no sé si en el coche/ Una montaña alta que cae a pico sobre la carretera, forma figuras curiosas y extrañas sobre la carretera/ El motorista cae sobre dos chicas, una rubia que se parece a la chica de la película que vi anoche, “Expiación”, y la otra es morena/ El motorista bromea sobre haber caído en un lecho mullido/ La rubia sufre un esguince/ Yo le pongo una venda en el pie, pasito a pasito y sin prisa la voy vendando/ Parece que por allí hay un camping, tal vez de una ONG que ayuda a alguien, no sé a quién/ Me piden consejo, ya que soy un montañero experto, para una excursión por aquella montaña.

-Estoy en lo que parece la casa en la que viví en Ciñera de niño/ Unas pinturas, especie de cubos, como los que han estado pintando aquí. Alguien está pintando y haciendo obra en las paredes/ Estoy en mi antigua habitación, la que ocupé de niño en la casa de Ciñera/ Alguien entra/ Hay residentes, habitan al fondo / Parece tratarse de una familia de cubanos/ Una mujer me despierta/ Yo estoy en la cama, y me pregunta si quiero hacer el amor/ Todo es muy confuso, he olvidado casi todos los detalles del sueño.

COMENTARIO AMPLIATORIO

Lo realizo durante las navidades del año 2011, mientras escribo esta sección, correspondiente a la versión definitiva del manual.

Mi larga experiencia, años y años anotando sueños, me indica que rara, rarísima vez un soñador es capaz de anotar más allá de media docena de sueños, y este número tampoco es muy habitual que digamos.

Es preciso matizar la expresión “sueños diferentes” en una misma noche. En realidad no se puede decir que se trate de diferentes sueños, sino de un mismo sueño recordado en fragmentos. Sería algo así como las diferentes secuencias de una misma película. Si recordamos el principio y el final, parecerán dos sueños distintos, aunque con una cierta ilación; si recordamos escenas al azar, sin la menor conexión, parecerán, con toda seguridad, películas distintas. No obstante los sueños con como los días de nuestra vigilia. El hecho de que algo nos haya sucedido por la mañana y otro evento distinto por la tarde no significa que estemos en días distintos o que la película sea diferente. En sueños sucede lo mismo que en estado de vigilia, un día es un cúmulo de eventos seguidos y lógicos, si solo recordáramos escenas sueltas la película de ese día resultaría surrealista, irreconocible, y la persona consciente que ha vivido las escenas a lo largo de ese día tendría la impresión de haber vivido escenas de diferentes días o incluso diferentes vidas. Nuestras vidas están seccionadas en días, separados por el descanso nocturno donde tenemos sueños, que unas veces recordamos y otras no. El sueño no es diferente de la vigilia, los sueños de una noche no están separados de los sueños de otra por abismos insondables, lo que ocurre es que nuestra consciencia está centrada en el mundo de vigilia y la incursión en el mundo onírico es esporádica y sometida a leyes distintas (no existe el espacio-tiempo, por ejemplo) con una “memoria” también muy diferente.

Mi consejo es el de que –una vez hayan realizado toda clase de experimentos oníricos como un científico en su laboratorio de vigilia, y anotado los resultados- se centren en recordar un solo sueño, el más profundo, el que al parecer lleva implícito el mensaje más interesante o espiritual, dejando de lado los demás, a no ser que su memoria les permita anotar simultáneamente varios sueños, lo que puede suceder en despertares muy lúcidos. Tratar de anotar todos los días al despertar todos y cada uno de los sueños de que tengan conciencia en ese corto intervalo lúcido que se produce al despertar, suele ser contraproducente, e incluso puede hacerles olvidar un sueño muy importante o más interesante que los demás.

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CONSIDERACIÓN MUY IMPORTANTE

El mundo onírico es maravilloso, variado, extraordinario, aleccionador, etc etc. Espiritualmente puede de ser de gran ayuda al estudiante en el sendero. No obstante hay variedad de opiniones, como en todo. Mientras, por ejemplo, para don Juan, en los libros de Castaneda, el “ensoñar” es una técnica muy, muy importante, hasta el punto de clasificar a los “guerreros impecables” en “acechadores” o “ensoñadores”, otras corrientes de conocimiento no le dan gran importancia o incluso lo consideran perjudicial para el “hombre de conocimiento” o el adepto espiritual, tal es el caso de ciertas corrientes budistas.

Mi opinión personal es la de que nunca se debe despreciar algo que nos impulso un paso adelante en ese camino espiritual, sea lo que sea. Ahora bien, cada cual debe analizar y plantearse si lo que para otros es una herramienta maravillosa y positiva no será para él un obstáculo, a veces insalvable. Si el estudio, anotación y trabajo onírico acaba siendo más contraproducente que positivo, tal vez sea conveniente dejar de lado ese camino y trabajar en otro.

Parece cierto y fuera de toda duda que nuestro “yo interno” en terminología rosacruz, o nuestro cuerpo astral, en terminología budista, o nuestro subconsciente, en terminología de psicología científica, nos habla a través de los sueños y nos permite recordar escenas de sueños que son maravillosas lecciones espirituales, cuando no premoniciones o avisos sobre la vida que llevamos y nuestros posibles futuros. En mi caso algunos de mis sueños han sido auténticas premoniciones que se han cumplido o avisos que me han permitido salvar escollos importantes en mi vida.

Mi dedicación exhaustiva al mundo de los sueños tiene mucho que ver con mi curiosidad, con mi especial facilidad para recordar y programar mis sueños, y sobre todo con los formidables avisos que he recibido a través de ellos. Me encuentro tan a gusto en el mundo de los sueños que para mí resulta más divertido que ver una película, disfrutar de la imaginación o incluso que escribir. Esto último  sería una realidad absoluta si el mundo onírico no fuera tan complejo, tan trabajoso y tan ingrato a veces.

MÁS TÉCNICAS PARA ANOTAR LOS SUEÑOS

-Es importante la brevedad, la concisión, una forma esquemática y rápida para anotar los datos más importantes, de otra forma el recuerdo se irá diluyendo y se perderán datos esenciales antes de que logren anotarlos.

-Nunca se olviden de que, una vez despiertos, toda escena onírica que se les vaya de las manos, como un puñado de agua, debe ser descartada de inmediato. O bien la recordarán al cabo de un tiempo, no mucho, o ha desaparecido de su mente, es fácil que para siempre. Si bien cada persona es un mundo, y  si bien, por ejemplo, mi esposa es capaz de recordar sueños a lo largo del día y con mucho detalle, en mi caso una vez que me despierto y consigo o no anotar un sueño ya puedo olvidarme de todo aquello que no haya recordado, porque cuantas más horas pasen más tupido se irá haciendo el olvido.

-Es importante que comiencen a anotar las impresiones más intensas, que más les hayan llegado del sueño, o aquel mensaje o aquel dato que más les haya impactado, porque con él irán llegando los demás. Es como pescar con un buen cebo, los peces picarán más y más rápido que si intentan atraparlos con lo que menos les gusta.

-La telegrafía sin hilos es muy importante a la hora de anotar sueños. Con esta expresión humorística quiero decirles que las novelas oníricas están muy bien una vez pasado el primer momento, una vez que ese estado de duermevela en que caemos antes o después de dormir, se ha volatilizado. Entonces el recuerdo se habrá diluido casi por completo y todos aquellos datos que vengan a completar los ya anotados serán miel sobre hojuelas. La anotación telegráfica es imprescindible, es preciso anotar un dato, una escena, una sensación o emoción con una sola palabra, si fuera posible. Más tarde se podrán completar estas pequeñas ráfagas de escenas.

Así bastará con escribir “montaña” si lo más llamativo de su sueño es que se desarrollara en la montaña. O escribir padre o madre o hijo o el nombre de una persona concreta que conocen. De esta manera ya saben quién era el protagonista del sueño.

-Poco a poco deberán ir completando, telegráficamente, el resto de detalles más importantes. Así por ejemplo podrán completar “montaña” con “accidente”, si el sueño versa sobre un accidente en la montaña. O completar “padre” con “enfermo”, si el sueño trata sobre la enfermedad del padre.

-Una vez atrapada la imagen esencial, el resto será como ir grabando plano a plano una película. Habrá detalles físicos o espacio-temporales que en un primer momento les parecerán irrelevantes, pero que pueden ser esenciales para la interpretación de ciertos sueños. De ello les hablaré en otro capítulo.

-La impresión que les deje el sueño es sustancial, pero tendrán que diferenciar entre la confusa mezcolanza de impresiones o sensaciones repetitivas (disco rayado o raca-raca las llamo yo) que se producen al despertar y que en la mayoría de los casos tienen que ver con lo que les espera ese día o las preocupaciones que con más frecuencia les asaltan en su vida cotidiana, de la impresión primigenia que les produce el sueño al despertar. Si les aterroriza porque piensan que puede ser premonitorio, quédense con esa copla y luego analicen las posibilidades de que algo así suceda. Si alguien es fumador y sueña con una enfermedad grave del pulmón, es lógico que reflexione sobre ello y muy seriamente. Si no lo es tendrá que plantearse si alguna persona con la que está vinculada afectivamente lo es y la razón por la que se ha podido producir ese sueño.

-Camino montaña desconocida. Resbalo precipicio. Vuelo como un pájaro, etc.

LUEGO PUEDEN IR ADORNANDO LA HISTORIA CON LOS DATOS QUE RECUERDEN

-Hay sol. Me atropella un coche en un paso de cebra. No puedo hablar para decir mi grupo sanguíneo. La recuperación me lleva tiempo.

-Estoy de vacaciones.Montaña muy alta. Estoy solo. Vuelo con los brazos. Sensación de paz, etc

No se hagan un lío intentando recordar todos los detalles de repente. Les aseguro que una vez anotados los datos más importantes el resto vendrá por sí solo, como al sacar una ristra de chorizos, sacan el primero y los demás vienen unidos.

FINALMENTE ESCRIBAN EL SUEÑO COMPLETO COMO SI DE UN RELATO SE TRATARA.-

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MANUAL DEL PERFECTO SOÑADOR I

17 11 2015

MANUAL DEL PERFECTO SOÑADOR   O   LOS CAMINANTES DE SUEÑOS Y EL ARTE DE ENSOÑAR

 

Telalarinov

A MODO DE PRÓLOGO

Los sueños son uno de los misterios más cerrados a nuestra comprensión, de todos los misterios y secretos en que está inmersa la vida humana. Dicen que soñamos todas las noches, aunque no siempre recordamos los sueños; de hecho son muchos más los sueños que no recordamos que aquellos de los que tenemos consciencia. Suponemos que las noches en las que no recordamos un solo sueño también hemos soñado, lo mismo que sabemos, por ejemplo, que siguen ocurriendo cosas a nuestro alrededor mientras estamos dormidos, aunque no podamos darnos cuenta de ello. Estamos seguros de ello porque otras personas que han permanecido despiertas nos lo han contado y porque cuando nosotros estamos despiertos sabemos que nos han sucedido muchas cosas, aunque otras personas en nuestro entorno lo desconozcan porque estaban dormidas.

Aunque experimentos en laboratorio han demostrado, o creen haber demostrado, que la parte de tiempo que dedicamos a los sueños no es el total de las horas dedicadas al sueño y que al parecer solo soñamos en la fase REM, lo cierto es que nadie lo sabe con certeza. El hecho de recordar sueños no significa que al despertar otras noches, sin ser conscientes de haber tenido un solo sueño, no hayamos soñado. Tampoco el hecho de que al despertar a un soñador, en un momento determinado de sus horas de sueño, y no recuerde nada significa necesariamente que a esas horas nadie sueña o esa persona en concreto no ha soñado. Si hubiera espectadores cualificados de nuestros sueños podríamos tener la seguridad de cuánto tiempo abarca ese periodo y de que el resto del tiempo no soñamos en absoluto, sino que nos dedicamos a otras cosas, a descansar sencillamente.

Nadie conoce los pensamientos y los sentimientos de los demás sino es a través de lo que ellos nos cuentan y deduciendo de sus palabras y conductas que sus ideas y emociones deben de ir por determinado camino y no por otro, puesto que caso contrario se producirían contradicciones y entraríamos en el terreno resbaladizo de la doble o múltiple personalidad. En el sueño estas deducciones son aún más complejas y menos verosímiles, puesto que las personas hablan muy poco de sus sueños y cuando lo hacen no podemos estar seguros de si nos mienten, a sabiendas para ocultar sueños que consideran vergonzosos, o sin ser conscientes de ello, puesto que la memoria en la vigilia funciona de forma muy diferente a la memoria de los sueños y expresar qué se ha vivido realmente en sueños es infinitamente más difícil que explicar lo que nos sucedió ayer en el mundo de la vigilia.

Si fuera cierto que soñamos durante todo nuestro periodo de descanso y no solo durante unos minutos cada noche, nos encontraríamos con otra vida paralela, una auténtica y real vida, aunque tan complicada de recordar y de explicar que no llegaríamos muy lejos si intentáramos contarla en una autobiografía o currículum onírico. Al cabo de nuestras vidas las horas de sueño son muchas, casi un tercio o en algunos casos un poco más. Teniendo en cuenta que durante el sueño no comemos, ni trabajamos, ni nos dedicamos a otras actividades relacionadas con el funcionamiento de nuestros cuerpos, que consumen mucho tiempo en nuestra vigilia y que no nos llevan a parte alguna, dejando de lado el mantenimiento en el taller de nuestro vehículo carnal, habría que deducir que en el supuesto de llevar una vida paralela onírica, ésta sería mucho más intensa, permitiéndonos muchas más actividades, y más provechosa o aburrida, según una persona considere que “pensar” es útil o aburrido. Porque poco más podemos imaginar que suceda en los sueños sino es “pensar”.

 

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Para el ser humano cualquier tipo de actividad que no sea “utilizar” el cuerpo, bien fuere para moverse, para comer, para relacionarse, para trabajar…es “pensar” o “no pensar” si no somos conscientes de los procesos de nuestra mente. Sin embargo es muy probable, sino claramente posible, que en sueños también nos podamos “trasladar”, “relacionar” y hacer todo aquello que solo podemos hacer a través de nuestro cuerpo, y en esto no incluyo el sexo o el amor, porque las sensaciones, emociones y sentimientos, al menos la mayoría, muy bien pudieran darse sin el cuerpo.

Y aquí entramos en el meollo de la cuestión o la madre del cordero. Si los sueños son un puro proceso “bioquímico” que ocurre en nuestro cerebro mientras dormimos, está claro que mientras soñamos no podemos hacer otra cosa que no sea dejar que el cuerpo, las neuronas y las hormonas cerebrales, entre otros procesos de nuestro complejo organismo biológico, funcionen como quieran, o mejor dicho, de la forma en la que han sido diseñados. Pero si por casualidad poseyéramos otro cuerpo distinto al cuerpo físico, digamos un cuerpo energético o astral o espiritual, o un espíritu o un alma, que permanece muy atada al cuerpo durante los periodos de vigilia, pero que durante los sueños puede separarse del cuerpo y llevar una vida muy diferente a la que necesariamente nos vemos obligados a llevar con el cuerpo… entonces…entonces todo cambiaría y nos encontraríamos en un universo desconocido, asombroso, lleno de misterios y de aventuras maravillosas.

Con este ensayo sobre los sueños no pretendo convencer a nadie de nada, aunque por mi parte sí puedo decir que estoy absolutamente convencido de que la segunda opción es la verdadera y la que mejor explica ciertos fenómenos oníricos que no tienen el menor sentido si pensamos en el sueño como un cóctel de estímulos, que se mezclan al azar. Lo mismo que no creo que algo tan perfecto como la vida haya surgido de una mera casualidad, al mezclarse y evolucionar un conjunto de partículas, átomos y genes, sino que estoy convencido de que hay una mente detrás de todo, así pienso que el sueño no es una casual asociación de estímulos y sensaciones, sino una auténtica vida paralela que nos resulta muy difícil de explicar y comprender, porque en esa vida, en esa dimensión, no existen los soportes básicos que nos permiten entender la vida de vigilia: el tiempo y el espacio.

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Mi aventura con este manual es conseguir una técnica, la más sencilla posible, para recordar nuestros sueños, y otras técnicas que nos permitan programar nuestros sueños y alcanzar determinados objetivos. Sin recordar no se puede hacer nada en el mundo onírico, y esto es extremadamente difícil por las razones que veremos. Sin poder ser conscientes de nuestros sueños y poder decidir en ellos e incluso programarnos, nuestro trabajo sería tan solo un aburrido “sujetar” al álbum correspondiente el insecto cazado con mucha dificultad. Así pues, utilizaremos el manual para saber cómo recordar y actuar en sueños, y luego analizaremos los sueños para encontrar alguna explicación.

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MANUAL DEL PERFECTO SOÑADOR

UNA GUIA PARA SOÑAR, PARA RECORDAR LOS SUEÑOS Y PARA INTENTAR EXPLICARLOS

 

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INTRODUCCIÓN

Siendo niño ya me sentí seducido por el universo onírico. Como todos los niños soñaba mucho y recordaba la mayoría de los sueños. A pesar de que sentía mucho miedo a las pesadillas rara vez me iba a la cama sin el deseo secreto de que los sueños de esa noche fueran mucho más divertidos que los sueños de la noche anterior. Lo cierto es que disfrutaba mucho soñando, hasta el punto de que me costaba despertarme y cuando lo conseguía me sentía triste y malhumorado, lo que me sigue sucediendo en la actualidad.

Ignoro cómo los demás han pasado la línea que separa la infancia de la edad más o menos adulta, para mí fue un trauma descubrir que el mundo de la fantasía o el universo onírico no eran “reales”. Hubo un tiempo feliz en el que el niño que yo era pensaba que los deseos, cualquier deseo, podía realizarse. Que uno podía fantasear sobre algo, sobre cualquier cosa, y “ese algo”, fuera lo que fuera, llegaría a realizarse con el tiempo.

En lo que se refiere a los sueños, los “personajes” oníricos eran para mí muy reales y las escenas soñadas, si bien muy diferentes del mundo de la vigilia, no dejaban de tener para mí una solidez muy real. No recuerdo cuándo sucedió, tal vez ocurrió con posterioridad a descubrir que los Reyes magos eran los adultos que se disfrazaban y que los regalos no los traían ellos sino nuestros papás, de ahí la diferencia abismal entre unos regalos y otros. No es que unos fueran más “buenos” que otros, sencillamente sus papás tenían más dinero.

Algo tan inocente e inocuo para un adulto fue para el niño crédulo y confiado que yo era, que somos todos, un terrible trauma. Se abrió un abismo bajo mis pies que separaba la realidad adulta de la otra y desde entonces nunca volvió a llenarse ese precipicio, aunque sí he ido tendiendo puentes que me permiten pasar de uno a otro con gran facilidad.

Las fantasías y los sueños pasaron a ser una diversión en la que me gustaba refugiarme a menudo, sobre todo cuando las cosas me iban mal. Era un juego privado y personal en el que no era preciso invitar a otros a participar y por lo tanto yo marcaba las reglas y era muy libre para jugar cuando y donde me apetecía.

Aprendí a ocultar mis “fantasías” y a no contar mis sueños. Procuraba también que los adultos no me vieran jugar. Esas facetas de mi personalidad de niño debían ser ocultadas a los adultos por la cuenta que me traía. Ellos no entendían nada, ellos eran unos idiotas que intentaban divertirse de formas tan peregrinas como peligrosas.

Separé un universo de otro y ya nunca dejaría que ellos, los adultos, entraran en él. No creían en nada que no pudieran palpar con sus manos callosas e incrédulas, ellos no creían prácticamente en nada que no fuera el dinero y sus consecuencias. Su mundo era tan aburrido que ni siquiera me planteaba aprender sus reglas.

Pero tuve que hacerlo. Para sobrevivir es preciso adaptarse a las circunstancias, sean las que sean. Eso implica mentir, disimular, aceptar las reglas del juego del ajedrez de la vida. ¿Qué importa en la vida? Por supuesto el dinero, sin él no podríamos comprar alimentos, imprescindibles para mantenernos con vida. Para conseguir dinero es preciso tener mucha suerte y nacer millonario o que a lo largo del tiempo te sonría la fortuna y puedas dejar de trabajar. De otra forma te pasarás un tercio de la vida trabajando para alguien que te paga mal, para quien solo eres un instrumento y perdiendo buena parte de la vida que podrías emplear mucho mejor haciendo cosas que no quieres, que no te gustan, solo porque de esa forma lograrás seguir vivo. Hay afortunados que trabajan en lo que les gusta, a quienes se les paga bien o muy bien y que disfrutan con lo que hacen. Perfecto. ¡Ojala todos tuviéramos la misma suerte! Pero no es así. El resto de los mortales trabajamos duramente para vivir y con nuestro sueldo procuramos adquirir un hogar decente donde nuestra intimidad personal esté relativamente a salvo. La vida cotidiana, “real”, tiene su encanto. No se puede negar, pero la mayor parte del tiempo la ocupamos luchando, peleando, batallando, por intentar defender “nuestro territorio”, nuestra personalidad e individualidad. Queremos ser lo que somos y si no puede ser, al cien por cien, al menos al cincuenta o al treinta o a lo que sea, pero al menos algo de nosotros mismos debe permanecer en pie o nuestra individualidad desaparecerá y no habrá consciencia “nuestra” solo una consciencia común o una especie de “realidad” que solo perciben otros.

La mayoría de la gente piensa que la “realidad”, o sea la vida cotidiana de todos los días, es lo único que merece la pena, lo único que realmente existe. Todo lo demás es pura fantasía, producto de nuestra imaginación, algo que está bien cuando necesitas evadirte, pero que no posee la menor consistencia y de lo que no puedes fiarte en lo más mínimo.

Bien, que ellos se queden con sus ideas, con su vida cotidiana, con su “realidad”, que la disfruten todo lo que quieran o puedan. Por mi parte sigo pensando de forma muy parecida al niño que fui un día. Aquel niño que creía a pies juntillas que la fantasía era tan “real” como la realidad misma, aquel niño que creía que todo lo que deseara con intensidad se realizaría antes o después, el niño que vivía con la misma emoción un partido de futbol en el patio del colegio que su fantasía de ser un día un mito del futbol profesional. No importa que puedas tocar una pared o que te rompas el cráneo contra ella. Lo que verdaderamente importa es lo que piensas, lo que sientes, lo que vives en tu interior. Esa es tu vida y no otra. Si algo te obliga a sentir de distinta manera, a empatizar con el prójimo, a seguir las reglas que supuestamente marca un universo físico construido por ¡vaya usted a saber quién!, es porque la colisión de mundos personales, de consciencias individuales, de vidas interiores, amplia tu mundo y el mundo de los otros, generando unas fronteras, unos límites, que marcan los linderos de la supervivencia. Si intentas destruir o anular otro mundo individual de consciencia, éste se rebelará y se defenderá, si sigues insistiendo tendrás que acabar con él o él acabará contigo.

Esto, que es tan evidente en el mundo físico o realidad aceptada por todos, también sucede en el universo onírico, solo que de otra manera. Si alguien desea pasarse un tercio de su vida “durmiendo”, sin saber lo que realmente está ocurriendo en su vida durante ese periodo de tiempo. Si alguien considera que el sueño es una más de las debilidades que nos obliga a aceptar la vida, lo mismo que perdemos tiempo alimentándonos o trasladándonos por un espacio o intentando convencer al prójimo de que nos deje hacer algo que a nosotros nos parece razonable y a él no, entonces que se vaya a la cama con la tranquilidad de quien cree que es un periodo de descanso en el que las células se regeneran y todo nuestro cuerpo descansa del duro ajetreo cotidiano.

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Por mi parte sigo pensando lo mismo que cuando era niño, que la fantasía es tan real como la realidad misma, que el sueño solo es un cambio en el estado de nuestra consciencia, lo mismo que cuando éramos niños pensábamos de otra manera y nos sentíamos diferentes. ¿Acaso el niño que fuimos y el adulto que somos son entidades diferentes o mundos paralelos? Si no es así, tampoco la vida que llevamos en sueños es diferente a la vida que llevamos cuando despertamos, sencillamente en una somos niños y en otra adultos. Es posible que pensemos a pies juntillas que la vida onírica es la vida del niño inconsciente y la vida de vigilia es la cruda realidad del adulto, la única aceptable y la única real, digan lo que digan y así se caiga el universo sobre nuestras cabezas. Pero puede que nos equivoquemos.

Este “Manuel del perfecto soñador” pretende abrir una puerta a otra dimensión, a la dimensión onírica. No intento convencerles de nada, tan solo les voy a mostrar lo que puede suceder cuando rompemos las cárceles dogmáticas y nos adentramos en el territorio terrible y al mismo tiempo absolutamente maravilloso de la libertad. Somos libres, nos hicieron libres y nuestro único límite es la libertad de los otros.

Pueden seguir creyendo que la única forma de viajar por el universo es en una nave espacial, diseñada para viajar a la más alta velocidad posible de acuerdo a las leyes físicas existentes y que la única forma de vivir y de conocer nuevos territorios es construir una carcasa de metal, ponerle un depósito de combustible y diseñar un complejo sistema para viajar por el espacio. Lo que ocurra en ese viaje es “real”, lo que suceda cuando viajamos con nuestras mentes es pura fantasía, imaginación sin sentido. Lo uno es vida y lo otro diversión infantiloide. Bien, piensen lo que quieran y vivan su vida como mejor les parezca. Son libres. Pero si me permiten les voy a llevar hasta una pared que no se puede atravesar, les voy a mostrar una puerta en esa pared y les voy a invitar a pasar a través de ella. Lo que hallen al otro lado será cosa suya, pero estoy casi convencido de que no será muy diferente a lo que yo encontré.

Para empezar este largo camino es preciso ir con calma, etapa tras etapa e ir anotando en su cuaderno de bitácora todo lo que descubran. Por ello este manual de los caminantes de sueños tendrá diferente etapas y en cada una de ellas iremos anotando nuestros descubrimientos. Para empezar, es preciso que “recuerden”. De nada sirve pasarse horas y horas soñando si luego no recuerdan lo que soñaron. La memoria de la vida cotidiana no nos sirve para el universo onírico. El sueño tiene otra memoria, otra “realidad”. Es preciso aceptar con humildad lo que encontremos a lo largo del camino, lo mismo que un bebé asume con naturalidad que antes de comenzar a caminar debe gatear y antes de aprender a llevarse la cuchara a la boca debe dejar que otros lo hagan por él y antes de empezar a hablar debe balbucir. Si aceptan que son bebés en el mundo onírico dejarán de sentirse descorazonados a cada fracaso. Lo mismo que un bebé no se rebela y quiere destruir el universo porque al nacer depende de otros y porque todo es nuevo para él y todo debe ser aprendido desde el principio, el soñador, el caminante de sueños debe asumir que es un bebé que acaba de nacer en el mundo de los sueños. No pueden comportarse como adultos, creer que lo saben todo, morder la mano de quien les da de comer, intentar andar por su cuenta cuando apenas saben gatear.

Por ello este manual que acaba de empezar con una introducción emotiva, seguirá con un “Manual del perfecto soñador” o una especie de cuaderno de bitácora para los bebés oníricos. Luego comentaré y analizaré algunos de mis sueños y finalmente me pondré en pie y andaré, con pasos titubeante, como no podría ser de otra manera, por el universo onírico.

Se trata de una experiencia personal. Cada soñador o caminante de sueños o “ensoñador” en la terminología del Don Juan de Castaneda, que comentaremos ampliamente en este manual, vivirá su propia experiencia y hará acopio de sus propias vivencias y datos. Nada es verdad hasta que ustedes lo comprueben por sí mismos. Cierto. Pero no se olviden de que alguien puede llegar, con el costado abierto, y decirles aquello de: “Si no me crees pon tu mano en mi costado”.

Les dejo con unas normas sencillas para empezar a recordar los sueños. Sin este paso previo todo lo demás resultará inútil.