CURSILLO DE YOGA MENTAL I

4 10 2015

PRIMERA CLASE DE YOGA MENTAL PARA ENFERMOS MENTALES

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PRESENTACIÓN

Iniciamos este cursillo de yoga mental que tiene por objeto mejorar nuestra calidad de vida como enfermos mentales. No se trata de olvidar lo que somos, porque el olvido no cura, lo que buscamos es la aceptación de nuestra condición y que ello no nos impida llevar una vida perfectamente normal.

Vamos a presentarnos cada uno de nosotros, pero antes os comentaré en qué van a consistir las clases: Las he dividido en tres partes, en la primera haremos unos ejercicios de energetización. Para ello me serviré del kriyayoga aunque lo mezclaré con algunos ejercicios tomados del taichí y utilizaré también otro tipo de ejercicios, como algunos que don Juan Mathus, el chamán que enseña a Carlos Castaneda en sus libro, le obliga a llevar a cabo para convertirse en “un hombre de conocimiento”, en un “guerrero impecable”. Todo lo que nos pueda ayudar no puede ser descartado. Las personas “normales” pueden “pasar” de esto o de aquello, sin embargo un enfermo mental no puede, cualquier cosa que le sirva debería ser experimentada y aprovechada.

La segunda parte será siempre un ejercicio de relajación, que os sugiero hagáis también en casa todos los días. Si queréis lo podéis descargar de mi blog “El guerrero impecable” para hacer la relajación siguiendo mi voz. Poco a poco iré añadiendo otras técnicas de yoga mental, tales como la visualización, la concentración y sobre todo la meditación. Esta última es la técnica suprema del yoga mental, dominándola nada nos resultará imposible.

En la tercera parte haremos en cada clase determinados experimentos mentales y sobre todo ejercicios de equilibrio de la energía. Nos servirán para combatir el insomnio y para mejorar cualquier tipo de enfermedad física o mental propia o ajena. Trabajaremos también con la palma de las manos para dar energía a las partes enfermas de nuestro cuerpo y aprenderemos algunas técnicas curativas.

Y ahora voy a iniciar yo la presentación y luego seguiréis, en rotación, comenzado por mi izquierda. Os voy a dar la bienvenida con el saludo budista. Consiste en juntar los dedos de las manos a la altura del corazón, delante del pecho. Esto tiene un profundo significado. Tomamos energía del chakra corazón, el chakra de la empatía, la comunicación, la amistad y el amor, y lo proyectamos hacia los que están frente a nosotros, a través de los dedos de nuestras manos. Al mismo tiempo inclinamos ligeramente la cabeza en señal de respeto al otro. Este gesto tiene un profundo significado espiritual. Respetamos la chispa divina, el alma, el atmán, que habita el interior de todas las personas, fueren como fueren e hicieren lo que hicieren, hasta un asesino es digno de respeto, puesto que en su interior sigue latiendo la chispa divina, aunque permanezca oculta debido a sus esfuerzos por apagarla.

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En occidente acostumbramos a saludarnos estrechando nuestras manos. Esto también tiene un gran significado. Las palmas de nuestras manos son puntos donde la energía se acumula con facilidad, a través de ella podemos transmitir energía a las partes enfermas de nuestros cuerpos, pero también podemos comunicar energía a la persona que acabamos de conocer. El hace lo mismo con nosotros a través de la palma de su mano. De esta forma damos un poco de nosotros y recibimos un poco del otro. Así nos vamos conociendo mejor. Incluso los deportistas acostumbran a saludarse chocando la palma de las manos, por ejemplo cuando un futbolista se retira del campo saluda a quien le sustituye de esta forma.

Adopto una posición de circuito energético abierto para la presentación. Los pies ligeramente separados, a la altura de las caderas, los brazos caídos a los costados, las palmas de las manos abiertas, mirando al frente. He abierto mi circuito energético para que os llegue mi energía y así también poder recibir la vuestra.

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Me llamo César y soy un enfermo mental, aunque llevo más de quince años sin sufrir graves depresiones ni intentar el suicidio, y alguno menos sin sufrir una crisis fóbica que me haya impedido trabajar o dejar de hacer las cosas importantes que tenía que hacer. Esta es una presentación parecida a la que hacen los enfermos alcohólicos en las reuniones de alcohólicos anónimos. Lo habréis visto en alguna película. El que se presenta sale al frente y mirando a los concurrentes dice: Me llamo fulanito, soy un alcohólico y llevo X tiempo sin probar alcohol.

Los enfermos mentales somos un poco como los alcohólicos, podemos llevar mucho tiempo sin sufrir una recaída en nuestra patología, pero cualquier día puede ocurrir. No podemos sugestionarnos con que nos hemos curado por completo aunque llevemos mucho tiempo sin sufrir el azote de la enfermedad.

Mi meta con este cursillo es conseguir que mi fobia social no me impida relacionarme con normalidad con los demás. No quiero olvidarme de que soy fóbico, ni depresivo, de que soy un enfermo mental. El olvido no cura, como os he dicho antes. Lo que pretendo es aceptar mi condición y conseguir la mayor calidad de vida posible.

Y ahora el siguiente, empezando por mi izquierda, se presentará de una forma parecida.

EJERCICIOS DE ENERGETIZACIÓN

La energía nos da salud, vitalidad, nos permite el ejercicio de la voluntad, el control de la mente. Sin ella somos como hojas llevadas por el viento. Vamos donde nos lleva, no donde nosotros queremos ir. Los enfermos mentales necesitamos más energía que las personas normales, porque sin ella la enfermedad mental se apodera de nosotros. Necesitamos recargar la batería constantemente, enchufarnos a la corriente. Debemos ser muy prudentes con el gasto de energía, cualquier derroche lo pagamos muy caro. Tenemos que ser verdaderos avaros de la energía.

En las películas de Kárate Kid o parecidas, habréis visto cómo el maestro del chico le enseña artes marciales y le hace frotarse las palmas de las manos para darse energía. Nosotros vamos a hacer lo mismo. Frotamos con fuerza las palmas de nuestras manos. Ahora las llevamos a la cabeza y las pasamos por el cráneo, de adelante hacia atrás, como si nos estuviéramos peinando. Volvemos a frotar, ahora colocamos las palmas sobre nuestros ojos para mejorar la visión. Frotamos y con los dedos acariciamos los lados de nuestra nariz. Damos energía a la glándula pituitaria. Frotamos y pasamos las palmas por la garganta, de arriba abajo. Damos energía a la glándula tiroides. Frotamos y ponemos los tres dedos en la nuca, cerca del bulbo raquídeo.

Este es un ejercicio de taichí que me enseñó mi profesor, Alberto, en Alcázar de San Juan. Quienes lo deseen pueden apuntarse a su clase a través del ayuntamiento.

Ahora haremos unos ejercicios de energetización de kriyayoga. Antes vamos a equilibrar nuestra energía de forma dinámica, cuando comencemos la relajación haremos también estos ejercicios, solo que de forma estática, nos ayudarán a conciliar el sueño en nuestras casas, cuando nos vayamos a dormir. El caminar es un maravilloso ejercicio para equilibrar la energía. Observaréis que al caminar mi pie izquierdo está delante y el derecho detrás, luego los cambio y el derecho está delante y el izquierdo detrás. Si imaginamos una línea que divida nuestros cuerpos por la mitad, la parte izquierda debe hacer lo contrario que hace la derecha y al revés. Esta sincronización es complicada, pero con el tiempo lo conseguiremos. Si por ejemplo muevo mi brazo izquierdo adelante, el derecho se moverá hacia atrás, así…

Si la pierna izquierda está adelante, la derecha atrás, si el brazo izquierdo adelante, el derecho atrás, y así con los brazos. Vamos a caminar en el sitio moviendo las piernas dobladas con fuerza hacia arriba, al tiempo que nuestros brazos se mueven con fuerza hacia delante y hacia atrás, como si desfiláramos. De hecho, aunque los desfiles militares nos parezcan tontos, tienen mucho sentido desde el punto de vista de la marcha de poder que don Juan le enseña a Castaneda, es una forma de recargar al soldado antes de la batalla.

Comenzamos, uno, dos, tres… Lo ideal sería llegar a cincuenta, pero podemos empezar con menos. Mientras nos movemos así, vamos diciendo en voz alta: “ESTOY DESPIERTO Y PREPARADO”… “ESTOY DESPIERTO Y PREPARADO”. Es una forma de despertar la energía de nuestro cuerpo, cada una de sus células, tras el sueño reparador en el que el conductor que habita nuestro vehículo corporal ha estado de viaje, vibrando en otras frecuencias.

Vocalizar en voz alta nuestros pensamientos y deseos es una forma de realizarlos. Los sonidos son muy importantes, pueden cambiar las vibraciones de nuestros cuerpos y de nuestras mentes, como veremos al hacer algún mantra antes de la relajación.

Ahora vamos a realizar otro ejercicio. Con los pies juntos y los puños apretados extendemos los brazos, formando una cruz, al tiempo que decimos SOY POSITIVO. Estamos dando una orden a nuestra mente para que descarte los pensamientos, las emociones y los deseos negativos. No podemos recargarnos de energía al tiempo que la vamos derrochando con pensamientos y emociones negativas.

Traemos los puños a la altura del corazón (recordemos que ahí está el chakra corazón, tan importante) y extendemos los brazos al frente diciendo ENERGÉTICO.

Traemos los puños a la altura del corazón y los extendemos por encima de la cabeza, poniéndonos de puntillas y decimos con energía Y ENTUSIASTA.

Repetimos tres veces. El número tres no está elegido al azar. Tiene un significado Cabalístico. El uno es la energía masculina, el dos la femenina y el tres es el equilibrio de ambas fuerzas. El triángulo, la Trinidad, son la base del universo. En la unidad, el Todo están todas las fuerzas que luego se desgajaron con la creación. Al tiempo que hacemos este ejercicio damos tres órdenes a nuestro subconsciente: SOY POSITIVO, SOY ENERGÉTICO Y SOY ENTUSIASTA. Son actitudes que deben tener una gran importancia en nuestras vidas.

Ahora vamos a golpear con los nudillos nuestros antebrazos y brazos al tiempo que repetimos otra frase: ¡SOY EL DUEÑO DE MI CUERPO! ¡SOY EL DUEÑO DE MI SER! Estamos mentalizados de que no gobernamos nuestras vidas, de que el destino, las fuerzas de la naturaleza, los otros, fuerzas invisibles y desconocidas gobiernan nuestras vidas. No es cierto, somos nuestros propios jefes. La chispa divina que hay en nosotros, el alma, el espíritu, el ser de luz no admite órdenes ni subordinaciones, Dios no está por debajo de nada ni es gobernado por nada, por lo tanto la chispa divina que hay en nosotros tampoco está subordinada a nada. Esto es muy importante a la hora de tratar cualquier enfermedad y concretamente las enfermedades mentales. El enfermo mental acostumbra a darse por vencido a las primeras de cambio, puesto que no controlo mi mente ni mis emociones, puesto que soy un enfermo… no puedo hacer nada. Craso error. Mientras no cambiemos esa mentalidad no podremos curarnos. Somos dueños de nuestro cuerpo y de nuestro ser, nada entra en nosotros sin nuestro permiso, ni tampoco pensamientos o emociones, nada. Tenemos la llave de la puerta de nuestra casa y ningún ladrón puede acceder a ella sin nuestro permiso. La enfermedad no es algo que se nos impone desde fuera y contra lo que no podemos hacer nada. La enfermedad es nuestra decisión, tal vez para salir del bucle en el que nos hemos metido al dar a nuestro subconsciente órdenes contradictorias. Nuestra mente funciona como un ordenador, si le damos órdenes contradictorias o demasiadas órdenes que agoten su memoria RAM, entra en un bucle, se bloquea, se paraliza, y solo queda reiniciarlo, rasetear y empezar desde cero. Nuestra mente funciona de una manera ligeramente diferente. El ordenador no es consciente, solo sigue las órdenes que se le han programado, en cambio nosotros somos conscientes, nos autoprogramamos a nosotros mismos, somos al mismo tiempo ordenador y programador, eso cambia mucho las cosas.

La enfermedad sería un toque de atención del programador, de nuestro yo interno, para que mediante el dolor le hagamos caso y le permitamos salir de su bucle. El subconsciente no puede funcionar si recibe órdenes contradictorias o tantas órdenes prioritarias que no tiene capacidad para atenderlas a todas. Entonces entra en un bucle, y como para salir de él debe recibir nuestro permiso, nos llama la atención con una enfermedad, con la patología, con el dolor, con la angustia, con el sufrimiento. La solución está en dar una orden clara y no contradictoria con otras, en dejar las órdenes no prioritarias para más tarde, en establecer una pirámide de valores, primero esto, luego lo otro y así sucesivamente hasta dejar bien claro qué órdenes son prioritarias, cuáles no y qué ordenes deben subordinarse a órdenes superiores.

Con estas expresiones en voz alta estamos programando a nuestra mente. Son importantes aunque nos parezcan tonterías. Ahora seguimos con el siguiente ejercicio.

Frotamos con la palma de la mano los brazos, las piernas, la espalda… al tiempo que decimos en voz alta: ¡DESPERTAD, ALEGRAOS, CÉLULAS DE MI CUERPO! Esto tiene un claro sentido. Al despertarnos todas las mañanas tras un largo viaje de nuestro conductor que ha dejado momentáneamente el contacto con su vehículo, con nuestro cuerpo, tiene que volver a conectarse y al hacerlo hay partes del cuerpo que permanecen como adormecidas. Con esta orden le estamos diciendo a cada una de las células de nuestro cuerpo que despierta y se prepare para estar atenta a lo que sucede aquí y ahora, que deje de recordar y elucubrar sobre su vida en sueños.

Ahora golpeamos el cráneo con los nudillos mientras decimos: ¡ALÉGRATE CEREBRO! ¡SÉ SABIO Y FUERTE! Con ello nos mentalizamos de que debemos estar alegres al despertar, al vivir la vida de todos los días, porque es una experiencia única y aleccionadora, porque lo que hemos vivido en sueños o en otras dimensiones puede ser maravilloso, pero ahora estamos aquí y por razones poderosas. No debemos permitir que nuestra mente se vaya a otros lugares y dimensiones donde cree ser más feliz. Somos felices haciendo lo que tenemos que hacer en cada momento y aprendiendo las lecciones correspondientes.

Ahora nos damos un masaje por todo el cuero cabelludo con la yema de los dedos, mientras decimos: ¡DESPERTAD MIS NIÑOS DORMIDOS! Estamos tratando a nuestras neuronas como niños caprichosos y les decimos que basta de jugar, ha llegado la hora de actuar, basta de seguir dormidos, actuando en otra dimensión, hay que despertar y actuar en esta.

Y con ello terminamos los ejercicios por hoy. En la siguiente clase aprenderemos otros nuevos. Cuando los sepamos todos podremos hacerlos de corrido en unos quince o veinte minutos. Si algún día andamos escasos de tiempo podremos suprimir algunos, pero nunca deberíamos bajar de los 10 minutos.

RELAJACIÓN

No me extenderé con los detalles puesto que en la charla sobre yoga mental y enfermedad mental dada en la casa de cultura de Campo de Criptana podéis ver cómo se hace una relajación básica. Consultad el texto en el blog de la asociación o en mi blog, el Guerrero impecable, donde además podréis bajar un archivo de sonido para hacer una relajación con mi voz.

Solo dejar bien claras algunas cuestiones fundamentales:

-Relajarse no es perder el tiempo. Necesitamos recargarnos como recargamos la batería de nuestros móviles u ordenadores cuando no están enchufados a la corriente. Un enfermo mental necesita más energía que una persona normal puesto que la derrocha más que el resto. Los pensamientos obsesivos, compulsivos, las emociones sin control, la conducta errática de un enfermo mental son como una terrible hemorragia de energía, perdemos tanta que necesitamos recargarnos todos los días y a veces deberemos enchufarnos a la fuente de energía varias veces al día, de otra forma nos quedamos sin batería y la mente, la cabra loca, se tira al monte y nos lleva cerca de los abismos más terribles, quiere echar un vistazo, quiere echar un vistazo a todo, pero a nosotros nos hace polvo con sus correrías. Necesitamos controlarla y para ello hay que estar cargado de energía o ella toma el mando.

-No pagamos por la energía, es gratis, siempre encontraremos tiempo para recargarnos porque nada es tan importante y siempre podemos encontrar unos minutos, estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos, para relajarnos. En otra clase aprenderemos también la relajación dinámica.

-Estoy convencido de que sin dominar una técnica de relajación básica, un enfermo mental no puede curarse. Una vez puestos los cimientos podremos construir la casa utilizando otras técnicas de yoga mental como la visualización, la concentración y sobre todo la meditación, la joya de la corona. Quien domine la meditación puede conseguirlo todo.

Estamos saliendo de la relajación. Movemos dedos de pies y de manos, movemos brazos y piernas, abrimos los ojos… Ya estamos otra vez aquí.

EJERCICIOS PARA EQUILIBRAR LA ENERGÍA, DE FORMA ESTÁTICA Y DINÁMICA

Ahora vamos a aprender algunos ejercicios básicos para equilibrar la energía. Antes de la relajación lo hemos hecho tumbados, es excelente para combatir el insomnio y poder dormir bien. Recordemos lo que hemos hecho:

-Boca arriba, piernas separadas, manos a los costados, ligeramente separadas. Contamos mentalmente hasta diez. Doblamos la rodilla izquierda en la misma postura. Contamos hasta 10. Cambiamos a la rodilla derecha. Contamos hasta 10. Mano izquierda en la nuca, mano derecha extendida. Pierna izquierda extendida pierna derecha doblada. Como siempre hay que contar mentalmente hasta 10

-Cambio de postura, nos apoyamos sobre el costado izquierdo. Pierna izquierda doblada, derecha extendida. Mano izquierda extendida con la palma mirando al abdomen, brazo derecho a la espalda con la palma mirando hacia afuera. 10 segundos.

-Cambio de postura. Sobre el costado derecho y todo lo que hicimos sobre el costado izquierdo, solo que al revés. Contamos hasta 10.

-Cambio de postura. Ahora boca abajo. Cabeza mirando hacia la izquierda. Ahora hacia la derecha.

Recobramos la postura en la que vamos a dormir. Respiramos con ritmo, de forma natural. Cerramos los ojos, intentamos dormir. Antes de irnos a la cama podemos tomarnos una infusión tranquilizante o podemos beber un vaso de agua fresca. Podemos llevar un recipiente de cristal lleno de agua y ponerlo bajo la cama para que el agua, buena conductora, retenga las energías negativas que vamos desprendiendo. OJO, MUY IMPORTANTE. Esa agua no se debe beber nunca, haya que tirarla por el retrete al levantarse. Es tóxica. Puede que si la bebemos no notemos nada de momento, pero nuestra energía se desequilibrará y nuestro cuerpo responderá mal, con diarreas o de cualquier otra forma.

EJERCICIOS DE EQUILIBRIO DE LA ENERGÍA EN MOVIMIENTO

Ahora vamos a realizar ejercicios parecidos, solo que de pie, en movimiento.

Pies separados, manos a los costados. Movemos la pierna izquierda hacia adelante, como si fuéramos a caminar. Movemos la pierna derecha hacia delante y caminamos unos pasos. Ahora retrocedemos caminando hacia atrás. Caminar es un maravilloso ejercicio para equilibrar la energía. Mucha gente lo hace, sin saberlo, solo porque le viene bien al cuerpo o quiere adelgazar.

Ahora, desde la posición inicial extendemos el brazo izquierdo con la palma hacia abajo. Ahora del derecho con la palma hacia arriba. En todos estos ejercicios en movimiento tendremos que contar hasta 10 lo mismo que en los ejercicios estáticos.

Pierna izquierda hacia delante al tiempo que alzamos el brazo derecho por encima de nuestra cabeza. Al revés. Siempre contando hasta 10. Caminamos así unos pasos. Hacia atrás.

Ahora lo mismo solo que el brazo izquierdo permanece bajado por delante con la palma mirando hacia el pubis. El brazo derecho a la espalda con la palma hacia afuera.

Ojos mirando al frente. Movemos la cabeza hacia la izquierda y miramos en diagonal. Al revés. Apoyamos el mentón en el pecho. Subimos la cabeza al máximo, apoyando la nuca en la espalda. Giramos la cabeza como las agujas del reloj. Al revés. Siempre contando 10 segundos.

OJO IMPORTANTE. Los que tengan problemas de cervicales pueden no hacerlo o subir los hombros para apoyar los movimientos de la cabeza. Ante cualquier molestia les aconsejo dejarlo.

En los ejercicios de energetización haremos otros que sirven también para equilibrar la energía. La base consiste siempre en dividir nuestro cuerpo por la mitad, trazando una línea imaginaria y lo que hace la parte izquierda debe hacerlo la derecha, solo que al revés. También haremos un ejercicio para que la parte inferior se mueva en una dirección y la parte superior, por encima del ombligo haga lo contrario. Vosotros podéis inventaros toda clase de ejercicios con esta base. Os vendrán muy bien cuando estéis deprimidos, estresados, angustiados, nerviosos. Equilibrar la energía ayuda mucho a superar estos problemas.

http://yogananda-srfmadrid.es/

Y con esto damos por finalizada esta primera clase. En la segunda seguiremos avanzando en la misma dirección.

QUE LA PAZ PROFUNDA SEA CON VOSOTROS

SALUDO BUDISTA





DEBERES CURSILLO DE YOGA I

13 04 2014

DEBERES DEL CURSILLO DE YOGA MENTAL

Aunque los deberes están en cada uno de los resúmenes del cursillo, en la sección de yoga, creo que para los lectores del blog e incluso para los participantes en el cursillo será muy bueno disponer en archivos aparte los deberes que he mandado para hacer durante la semana. Se pueden imprimir y hacer con ellos una especie de agenda o calendario anual que iremos cumpliendo semana a semana. Lo mismo que en los estudios los profesores nos mandan deberes o trabajos para hacer en casa, también existen deberes espirituales que ayudarán en nuestra evolución y nos permitirán señalizar nuestro propio camino de guerreros impecables. Los deberes específicos como guerreros irán también en un apartado dentro de la sección del guerrero impecable.

I-CUADERNO DE AUTOESTIMA

Hace algunos años, en plena etapa de fobia social y cuando aún no había superado del todo mis fases depresivas, decidí hacerme un cuaderno de autoestima propio. Aunque estemos convencidos de que no necesitamos halagarnos y piropearnos puesto que nuestro concepto de nosotros mismos es muy elevado, y que en cambio necesitamos mirar a los otros con ojos nuevos, viendo sus cualidades y no solo sus defectos, lo cierto es que no apreciamos las cualidades de los demás porque no apreciamos primeros las nuestras. Lo mismo que no podemos amar a los demás si no somos capaces de amarnos a nosotros mismos, antes de intentar apreciar cualidades ajenas deberemos intentar apreciar las nuestras. Aunque nos parezca sencillo, porque nada más fácil que creernos más listos y más guapos que los demás, esta es una de nuestras tareas pendientes más complicadas de llevar a cabo.

En cuaderno puede ser un cuaderno en papel o una agenda o un cuaderno de dibujo ( si nos gusta dibujar) donde vamos dibujando lo mejor de nosotros mismos y lo completamos con textos. En cuanto comencemos nos daremos cuenta de lo difícil que resulta hablar bien de nosotros mismos y recordar lo mejor de nuestra vida, lo que hicimos por los demás, cómo hemos puesto en funcionamiento nuestras cualidades. A mí me costó tanto que tengo el cuaderno empezado pero bloqueado.

Se puede hacer en un archivo del ordenador. Ponemos el título, ponemos una foto nuestra, donde estemos más guapos, y comenzamos a mirarnos con buenos ojos, bien en orden cronológico, desde la infancia o bien comenzando desde el presente hacia atrás. Se puede adornar de mil maneras, según la creatividad del autor, y sobre todo hay que utilizar el humor, desarrollar nuestro sentido del humor también será un deber específico, pero vamos a comenzar a utilizarlo en este cuaderno.

Voy a poner un pequeño ejemplo de mi propio cuaderno de autoestima. Este podría ser el primer deber del cursillo de yoga mental que pondré en la siguiente clase.

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA AUTOESTIMA DE UN HOMBRE LLAMADO CÉSAR

Esta bitácora debería ser plenamente luminosa, puesto que está dirigida exclusivamente a subir mi autoestima hasta donde se pueda, si logro alzarla hasta la cima de los Himalayas habré conseguido mucho más de lo que podría esperar de mis escasas fuerzas.

Con una lupa especial, regalo de mi amigo el profesor Cabezaprivilegiada, intentaré descubrir las partes más luminosas de mi contorno. Meteré el zoom y trataré de que resalte solo lo bueno y se oculte en las sombras lo malo. Para lo malo ya habrá lugar en el Pozo de la memoria.
Enfrentarse a uno mismo y tratar de encontrar lo mejor, por muy oculto que se encuentre, es algo mucho más difícil de lo que la gente podría creer. Somos mejores para hablar de lo malo que hay en nosotros que de lo bueno.

Un día como hoy, 9 de enero del 2008, comienza esta bitácora.

EN EL VIENTRE DE MI MADRE

No tengo ninguna foto de cuando estaba en el vientre de mi madre. Ustedes me disculparán, pero en aquellos remotos tiempos no existían los artilugios modernos con los que ahora se puede ver al feto dormitando tranquilamente en la cuna de carne de su mamá. Por lo tanto espero que acepten de buen grado que utilice la foto del bebé de 2001, odisea del espacio, para ilustrar este momento clave en mi vida.

Cada cual puede creer lo que quiera, por mi parte creo que esta no es mi primera vida, que antes tuve otras y después tendré otras. Ustedes pueden creer lo que quieran, que de la unión de dos células puede brotar todo un universo, lo que algunos llaman individuo, otros animal racional, otros persona, otros ser humano… No importa lo que se le llame, sino lo que es: un universo consciente formado por millones y millones y trillones y trillones de células, todas obedeciendo a una sola voluntad, que nace de un pensamiento consciente, que se considera libre e independiente, que siente dolor cuando alguna parte de su universo es atacada y que siente placer cuando alguna parte de su universo es feliz.

Para ilustrar mi etapa de feto voy a poner la fotografía de 2001, odisea del espacio.





Cursillo de yoga mental XIII

3 07 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL

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CLASE XIII

Saludo budista.

Hoy iniciamos esta última clase hasta después del verano, que reiniciaremos el cursillo estudiando, entre otras cosas, el libro de Carlos Castaneda, Pases mágicos, unos movimientos de energetización muy peculiares que aplicaremos entre otras cosas a la recapitulación. Veré la forma de mandaros por correo los ejercicios para que los vayáis estudiando este verano.

Me gustaría que hoy hicierais una recapitulación más amplia, analizando cómo os sentíais al empezar el cursillo y cómo os sentís ahora, qué es lo que ha cambiado, cómo creéis que estas técnicas os están sirviendo en vuestra vida cotidiana.

Respecto a los deberes comenzaré yo, analizando cómo me habla el cuerpo y qué enfermedades he tenido a lo largo de mi vida y cómo han influido en mi situación actual. Para ello pongo la palma de la mano sobre las partes del cuerpo y los órganos afectados, escucho lo que me dicen, noto cómo la energía que me comunican a través de la palma de mi mano tiene peculiaridades diferentes a las partes sanas de mi cuerpo. También transmito energía a esas partes a través de la palma de mi mano.

El mal funcionamiento de algunos órganos y la enfermedad de ciertas partes del cuerpo tienen mucho que ver con el mal funcionamiento de ciertos chakras. Así, por ejemplo, problemas de estómago, de riñón, de hígado, problemas intestinales, anomalías de la regla en las mujeres, etc son producto de un mal funcionamiento del chakra del plexo solar, en el ombligo, y también del chakra raíz, en el perineo, entre los órganos sexuales y el ano. Estos dos chakras, al no funcionar bien, pueden producir enfermedades en ciertos órganos y una serie compleja de síntomas que deberemos escuchar y analizar. También se producen determinados desequilibrios psicológicos o mentales, determinadas patologías, así quien sufre determinada fobia o enfermedad mental producida por el miedo, con seguridad tiene problemas con el funcionamiento del chakra del plexo solar, el chakra de la voluntad.

También se pueden producir determinados fenómenos que mucha gente, incluso terapeutas, psiquiatras, psicólogos, pueden achacar, erróneamente, a efectos de patologías concretas, tales como esquizofrenia, paranoia, psicosis, cuando en realidad son generados por un funcionamiento excesivo o desmesurado del chakra corona. Este chakra tiene mucho que ver con la glándula pineal, que está en el centro de la cabeza, y cuando la kundalini sube desde el chakra raíz hasta el chakra corona, de forma poco equilibrada y a trompicones, podríamos decir, cuando existen graves desequilibrios en otros chakras, los efectos pueden ser realmente impresionantes.

Muchos enfermos mentales comentan que escuchan voces, por ejemplo, yo puedo hablar de ello en primera persona porque tengo experiencia de estos fenómenos. Los psiquiatras lo achacan a delirios generados por enfermedades tales como la esquizofrenia, la paranoia o la psicosis, por ejemplo, y como tales efectos malsanos tratan de corregirlos a anularlos con fuertes medicaciones antipsicóticas. El problema, el grave problema en estos casos es que se intenta ocultar o distorsionar una realidad con actuaciones desmesuradas y en algunos casos irresponsables. No se puede curar a una persona que dice ver objetos distorsionados privándole de la vista y obligándole a vivir el resto de sus días como si fuera invidente.

Las voces, por ejemplo, se pueden escuchar porque al subir la energía kundalini e ir despertando ciertos chakras, se activan determinadas cualidades mentales que todo ser humano posee pero que están atrofiadas o anuladas por una falta de uso y un bloqueo consciente debido a determinadas ideologías o formas de pensar que han gozado del poder de imponer sus ideas a los demás a lo largo de la historia. La mente puede proyectarse a distancia, salvando el espacio y el tiempo, que son dimensiones del mundo físico, del mundo material, pero que no lo son en el mundo mental, onírico o espiritual. La mente puede escuchar voces de personas que están hablando en otro lugar e incluso en otro tiempo y no por ello tiene que ser algo patológico, producido por una enfermedad. El desarrollo del tercer ojo y de todas las cualidades que posee nuestro “yo interno” o nuestro ser espiritual puede ampliar nuestra consciencia hasta extremos realmente milagrosos. Esto es algo que no comprende ningún psiquiatra o terapeuta que no posea una mente suficientemente amplia y flexible para aceptar que “hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que sospecha tu entendimiento” que le hizo decir Shakespeare a Hamlet.

Si una persona ha desarrollado estas cualidades mentales y es capaz de escuchar voces o de ver cosas que no se podrían ver con los ojos de la carne, no por ello tiene que ser un enfermo mental, un esquizofrénico paranoico o un psicótico, simplemente le están sucediendo cosas que no comprende y que deberían serle explicadas, dándole herramientas para controlarlas y no atiborrarle a antipsicóticos para que no vea lo que está realmente viendo o no escuche lo que realmente está escuchando. Con ello no quiero decir que debería suprimirse la medicación a estos enfermos, habría que tratar cada caso y cada terapeuta tiene derecho a decidir sobre sus pacientes, pero no podemos seguir negando determinadas evidencias y tratando de que determinadas personas sean consideradas enfermos mentales por el simple hecho de que tienen desarrolladas determinadas facultades mentales y son videntes, pongamos por caso. Por suerte yo decidí ocultar lo de las voces a mis psiquiatras, de otra manera me habrían inflado a antipsicóticos mucho más de lo que ya hicieron de por sí.

MANTRAS

Hay muchos mantras, muchos sonidos vocales que se pueden usar para fines muy concretos. En estas clases hemos trabajado con los más básicos, sobre todo con el OM, el mantra por excelencia de la totalidad. Os sugiero que sigáis trabajando en vuestras casas con ellos, lo mismo que con los ejercicios de energetización y con la relajación y la meditación. No siempre dispondremos de un guía o podremos seguir clases de yoga mental o cursillos, un guerrero impecable está siempre solo al librar sus batallas, puede estar acompañado antes o después, pero en las batallas siempre estamos solos. Por ello debemos acostumbrarnos a trabajar solos, en nuestras casas, con estas técnicas que estamos aprendiendo en este cursillo, tenemos que hacer de ellas una rutina en nuestras vidas, lo mismo que comemos varias veces al día, dormimos a determinadas horas, nos lavamos los dientes, etc, el yoga mental debe transformarse en una rutina lo mismo que hemos hecho con esas conductas. De otra forma el aprovechamiento del yoga mental y de este cursillo sería muy pobre.

MEDITACIÓN/ LA MEMORIA MÁS PROFUNDA/LOS ARCHIVOS AKÁSICOS

Hoy tenemos poco tiempo por lo que vamos a hacer una relajación rápida, centrándonos sobre todo en la respiración. Inhalamos y exhalamos con la atención puesta en la respiración, vamos consiguiendo que el ritmo sea automático y la respiración natural. Subimos desde la planta de los pies hasta la cabeza, como hemos hecho otras veces y nos centramos en la glándula pineal. Esta es la puerta luminosa que atravesamos todos los días. Al pasarla nos encontramos en la llanura oscura donde no existe tiempo ni espacio. Es así como se producen toda esa serie de fenómenos que tanto miedo nos dan y que muchas personas achacan a efectos de una enfermedad mental. En realidad son leyes espirituales básicas y perfectamente naturales, una vez que el yo interno se desprende del físico nada nos impide viajar con la mente a lugar y ver personas o escuchar lo que están hablando o…simplemente debemos ser conscientes de que estos fenómenos suceden, de que no deberían darnos miedo, de que podemos bloquearlos con técnicas muy simples de yoga mental.

Hoy nos volvemos a encontrar otra vez con Milarepa en la gran llanura oscura. Nos saluda con el saludo budista, nos sonríe y nos dice que como grupo neófito en la ayuda espiritual es preciso que aprendamos ciertas cosas, para eso está él aquí.

Nos pide que formemos una rueda de energía, como siempre, la palma de la mano izquierda en la palma de la mano derecha de quien tenemos a la izquierda y la palma de la mano derecha en la palma de la mano derecha de quien tenemos a nuestra derecha. Todo esto se puede realizar físicamente y así sabemos quién está a nuestra derecha o a nuestra izquierda, una vez en meditación todo se realiza por nuestros “yoes internos” de forma natural y sin que nosotros tengamos que ser necesariamente conscientes de lo que está pasando. La razón de ello es muy sencilla: en el mundo físico un determinado grupo de personas se pueden reunir en un local para hacer algo y no es necesario que se esposen entre sí o se encadenen o se aten con cuerdas, está claro que nadie se va a volatilizar de repente y desaparecer. Cuando alguien quiere marcharse lo dice y los demás le despiden. Hay un tiempo claro entre una toma de decisión y su realización. En el mundo espiritual no sucede así. Un grupo está compuesto de muchas personalidades y otras tantas mentes. Cada una de ellas piensa en “sus cosas” tienen en mente a determinadas personas, acontecimientos o lugares. Si no hubiera un guía o un aglutinante del grupo cada uno acabaría desapareciendo del grupo, volatilizándose, y apareciendo en determinado lugar, en determinado tiempo y con determinadas personas. Para aglutinar al grupo está el guía que nos habla y va marcando los pasos a seguir. Para que esta ligazón en el grupo sea más sólida se pueden utilizar técnicas muy sencillas, como la de la rueda de energía. Nos vinculamos energéticamente unos a otros, puesto que como ya vimos en la meditación de la vinculación, todos estamos unidos por hilos de luz, de energía, que son cada vez más fuertes conforme se intensifica el vínculo afectivo y la convivencia hace que esto se convierta en algo natural. Por ello los miembros de una pareja pueden meditar juntos con gran facilidad o soñar juntos o percibir lo que uno está pensando o sintiendo en determinado momento. Los vínculos familiares son muy intensos, lo mismo que los vínculos amistosos entre personas que han establecido con el tiempo un fuerte vínculo afectivo. Nosotros como grupo llevamos un tiempo conviviendo, meditando juntos, hay entre nosotros vínculos que nos ayudan a no desaparecer de la meditación repentinamente e irnos a donde nos apetezca. Pero para ayudarnos aún más, podemos centrar nuestra atención en unirnos a los demás con las palmas de las manos. Ya hemos visto que la energía va allí donde está nuestra atención, si pensamos en un pie nuestra energía se traslada al pie, si pensamos en nuestra cabeza, la energía de nuestro cuerpo se traslada a la cabeza. Ahora pensamos en la palma de nuestras manos y establecemos un vínculo energético, una especie de cadena, con todos los demás miembros del grupo, que son eslabones de esta cadena.

Milarepa nos guía. Nos dice que hoy vamos a elevarnos a dimensiones espirituales más altas. Nos dice que debemos convencernos de que el mundo espiritual no es solo producto de nuestra imaginación, lo mismo que un novelista crea en una novela mundos y personas que en realidad son ficticios. No, en el mundo espiritual todo es real, absolutamente real. Como en el mito de la caverna de Platón, nosotros estamos viendo nuestras sombras y creemos que son absolutamente reales, más incluso que la luz que se proyecta hacia nuestros cuerpos y que luego crea la sombra en las paredes. Estamos convencidos de que las sombras son más reales que los cuerpos y la luz, y todo ello porque las tenemos delante de los ojos. Craso error, sin luz y sin cuerpos sólidos la sombra no se proyectaría en la pared. Algo muy parecido ocurre en el mundo espiritual. Lo real, lo auténticamente real es la luz espiritual que se convierte en energía, que crea nuestros “yoes internos” nuestros espíritus y luego estos crean las “sombras” es decir los cuerpos físicos. La jerarquía es clara y nuestros cuerpos físicos son el último y más bajo escalón de la cadena, es decir las sombras. Hemos llegado a tal confusión que ahora somos capaces de pensar y creer a pies juntillas que lo único existente es el cuerpo físico y negamos la existencia de lo demás porque “no lo vemos”.

El hecho de que no lo veamos con los ojos de la carne no significa que no exista. No es solo cuestión de confianza, lo mismo que creemos en los agujeros negros, cuando nos lo dicen los científicos, aunque nunca los hayamos visto, es algo más, con los ojos del espíritu, en estado de meditación profunda o de sueño profundo, podemos ver todo lo que existe en el mundo espiritual y que es tan enorme como el universo físico, donde existen galaxias, planetas, soles, etc. En el mundo espiritual existen universos energéticos, galaxias de energías, planetas energéticos, y en esos mundos existen también seres que los habitan y edificios donde ellos residen. Es un poco como la teoría de las cuerdas, que está ahora tan de moda entre los astrónomos. Ellos comienzan a pensar que existen dimensiones paralelas, el budismo lleva creyendo en ello miles y miles de años.

Milarepa nos dice que hoy vamos a visitar uno de esos maravillosos edificios de energía existentes en el mundo espiritual. Se trata de los archivos akásicos http://es.wikipedia.org/wiki/Registro_ak%C3%A1sico Serían como una especie de biblioteca de Alejandría en el mundo espiritual. Como sabéis esta biblioteca que existió en el mundo antiguo y que llegó a tener, al parecer, más de un millón de manuscritos y papiros, fue el compendio de toda la sabiduría del mundo antiguo. Como siempre los bárbaros, los seguidores de la violencia, acabaron destruyendo el conocimiento, quemando la biblioteca. Fue una pena, porque seguramente eso retrasó la evolución humana. En el mundo espiritual existe también una especie de biblioteca espiritual que no podrá ser destruida.

Milarepa nos hace subir unos escalones en un enorme edificio. Todo es muy raro porque los escalones están hechos de energía y aunque sólidos parecen más propios del mundo onírico, lo mismo que todo el edificio. Abre la puerta y nos invita a entrar. Estamos en el interior de un gran edificio, es como una especie de catedral, los techos muy altos y vidrieras que dejan pasar una luz muy brillante aunque no es exactamente la del sol. La luz en el mundo espiritual es mucho más viva que la luz en el mundo material, lo mismo que un cuerpo es mucho más sólido que su sombra. Nos invita a seguirle por el hall.

Milarepa nos dice que para llegar a esta biblioteca es preciso lograr que nuestras vibraciones se eleven mucho, solo en estado de meditación profunda o de sueño profundo, solo con pensamientos muy espirituales se puede llegar hasta allí. La biblioteca es enorme, hay millones y millones de estanterías y en ellas millones y millones de libros. Son los libros de la vida. Este término también aparece en la Biblia, el libro de la vida, cuando se habla de los que son “borrados” del libro de la vida o los que son inscritos en el libro de la vida.

Por el hall viene hacia nosotros una figura majestuosa. Se trata de un anciano con larga barba blanca y una luminosa túnica blanca. Milarepa le hace el saludo budista y el anciano sonríe y nos saluda a todos. Se presenta como el archivero mayor de la biblioteca, como el encargado. Nos da la bienvenida a todos y nos autoriza a que cada uno busco el libro de su vida. Nos movemos y cada uno encuentra en un lugar de la estantería su propio libro. Eso nos asombra porque en teoría es la primera vez que estamos allí. El libro es grande y voluminoso, muy bien encuadernado. El anciano nos dice que podemos utilizar una de las grandes mesas que se extienden entre las estanterías y el hall. Parecen de madera, pero no lo son, hay algo en ellas que nos recuerda el material de que se hacen los sueños. Hay cómodas sillas que utilizamos para sentarnos y hojear con tranquilidad nuestros respectivos libros.

Con grandes letras góticas aparece en portada el título: El libro de la vida de… Y ahí aparecen nuestros nombres. Lo abrimos y en el capítulo primero se habla de nuestro nacimiento, las frases son cortas y las letras perfectamente legibles y muy bonitas. Ojeamos el libro con curiosidad. Cada página tiene un breve párrafo y también una extraña fotografía. Muy extraña, porque en cuanto posamos en ella la mirada parece revivir, se convierte en una extraña película que se desarrolla ante nuestros ojos y en ella nosotros somos los protagonistas. Es asombroso, como si alguien hubiera grabado nuestra vida, paso a paso, con una cámara que no solo hubiera captado el exterior de cada escena sino nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos. La curiosidad nos puede y tras llegar a la última hoja de nuestro presente, pretendemos mirar el primer día de nuestro futuro, pero algo nos detiene. El anciano se acerca a nosotros y con una sonrisa nos dice:

-Aún no estáis autorizados a ver vuestro futuro como aún no tenéis autorización para conocer muchas cosas. Esa autorización os la ganaréis haciendo méritos espirituales. Las lecciones para las que aún no estáis preparados solo pueden haceros daño. Como grupo de ayuda espiritual podréis utilizar esta biblioteca para documentaros sobre vuestras misiones, pero recordad las normas que rigen en los archivos akásicos:
-Aquí solo se entra con autorización y tras haber sido examinados vuestros méritos.
-Podéis ver cada hoja del libro de vuestra vida hasta el presente, pero para ver el futuro se requiere una autorización específica.
-Solo estáis autorizados para ver el libro de vuestra vida, para ver cualquier otro libro sobre la vida de otra persona se requiere autorización.
-Para ver los libros en que se ha escrito la historia del universo se requiere una autorización muy especial.
-Aunque esta biblioteca es frecuentada por todos los seres inteligentes y espirituales que habitan el universo, nunca os encontraréis con ellos a no ser que así se haya acordado, previa petición razonada y la autorización correspondiente.
-Los archivos akásicos no solo documentan las partes de vuestras vidas que se consideran más espirituales, también en ella aparecen vuestros rincones más oscuros, la maldad que ha guiado vuestros pasos en algún momento. En los libros de todas las personas ocurre lo mismo y en los libros que documentan la historia del universo no se ha omitido una sola coma de la maldad que se ha causado a cada hermano, a cada criatura de Dios. No son libros expurgados, digeribles, para niños espirituales que empiezan su camino, son libros totales, profundos, donde nada se atenúa y nada queda en la sombra. Su lectura no siempre confortará vuestros espíritus, habrá momentos en los que el terrible peso del mal hundirá vuestras almas en el abismo de la desesperación. Por eso se os recomienda el acceso con guías y la prudencia de saber elegir cuándo estáis preparados para ver qué tipo de episodios.
Este es uno de los números edificios que pueblan los mundos espirituales. Con el tiempo iréis conociendo todo aquello que pueda servir a vuestra evolución espiritual, a vuestro viaje en el tiempo hacia la eternidad. Pero por hoy ya es suficiente. Ahora daremos un breve paseo por lo más destacado de la biblioteca y luego regresaréis a vuestros cuerpos físicos para que podáis continuar vuestro viaje en el tiempo.

El anciano nos enseña las diferentes secciones de la biblioteca, nos lleva por pasillos recogidos, como de monasterios. Nos enseña las puertas de las celdas en las que los maestros espirituales se documentan y se aíslan en silencio espiritual. La gran biblioteca de los archivos akásicos es enorme y está llena de maravillas. Extenuados por el largo recorrido nos encontramos de pronto en el hall. El anciano se despide. Milarepa lo saluda con el típico saludo budista y con una sonrisa el anciano desaparece mientras camina por el hall.

Por hoy ya hemos tenido bastante. Hay muchos misterios en el universo y muchos misterios en nuestras vidas. Hoy hemos tenido acceso a la gran biblioteca que reúne todo el conocimiento del universo. Será una gran herramienta espiritual para nuestro trabajo como grupo de ayuda espiritual. Milarepa nos invita a regresar. Salimos, bajamos los escalones y casi sin darnos cuenta nos encontramos de nuevo en la gran llanura oscura. Nos sentimos abrumados, no solo nos espera la tarea de poner orden en nuestras vidas, de evolucionar espiritualmente en un largo viaje, también nos aguarda una gran tarea, cumplir misiones de ayuda espiritual, y por si eso fuera poco, ante nosotros se ha abierto la biblioteca que contiene todos los secretos. Cada secreto es una verdad regocijante, al tiempo que una verdad terrible que puede hundir nuestros corazones en la oscuridad. Tal vez sea una tarea imposible, pero Milarepa nos sonríe y nos pide que tengamos confianza, el tiempo se ha hecho para ir paso a paso, aprendiendo lección tras lección, si las tuviéramos que aprender todas juntas, a la entrada de la Eternidad, desearíamos la aniquilación, porque el peso de la Gran Verdad haría explotar nuestros pequeños cántaros donde trata de encontrarse a sí mismo cada ser espiritual.

Milarepa nos dice que regresemos. Ya habrá tiempo para nuevas aventuras espirituales, para nuevas lecciones, para profundizar en nuestras vidas y en los misterios del universo. Atravesamos la puerta de luz. Estamos en nuestros cuerpos físicos, sentimos su peso, percibimos el tiempo, el aquí y el ahora. Puede que la vida en la carne sea dura, pero nos consuela la gran verdad de que nada puede destruirnos para siempre, de que el camino nunca termina, de que nuestros corazones algún día se henchirán del gozo sublime de nuestra propia elevación espiritual y la de nuestros hermanos.

Movemos los dedos de los pies, de las manos, las piernas, los brazos, la cabeza a un lado y otro. Cuando nos sentimos preparados nos sentamos y nos ponemos en pie.

Haremos un descanso durante el verano. Regresaremos hacia finales de septiembre o primeros de octubre. Nunca se terminará el aprendizaje espiritual. Gracias por vuestro regalo, por todo, por haber aceptado vivir en grupo esta gran aventura.

Pronto nos volveremos a ver. Recordad que deberéis trabajar solos, en vuestras casas, recordando lo que hemos hecho aquí y meditando sin guía. No siempre podremos hacer el camino en compañía, un guerrero impecable sabe que siempre estará solo en las grandes batallas de su vida, y lo acepta y lo asume porque para ello se ha estado preparando durante largo tiempo.
Que paséis un buen verano.
Saludo budista
QUE LA PAZ PROFUNDA ESTÉ CON TODOS VOSOTROS.





CURSILLO DE YOGA MENTAL XII

26 06 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL
CLASE XII


Saludo budista.

Desde que iniciamos el cursillo, al comienzo de cada clase hacemos una recapitulación de cómo ha sido la semana. Esto puede resultar a veces un tanto agobiante y podemos plantearnos si tanta auto-observación no acabará siendo negativa, al centrarnos tan solo en lo malo que nos sucede. De lo que se trata es de automatizar un mecanismo que acabe funcionando por sí mismo y del que nos podamos olvidar habitualmente, tal como lavarnos los dientes antes de acostarnos. Una vez adquirido el hábito solo será preciso centrar la atención con intensidad cuando atravesemos momentos especialmente difíciles.

Como siempre procedo yo a la recapitulación y me voy a centrar en los resultados de la estrategia de guerrero. No siempre funcionan. Un guerrero no es un sabio que lo sabe todo y que diseña estrategias que dan resultado siempre, suceda lo que suceda. Las estrategias de un guerrero a veces fallan, bien porque su diseño no ha sido bueno, debido al desconocimiento del carácter de la persona contra la que se diseña, bien porque ha cometido un error al llevarlas a cabo, bien porque, hablando coloquialmente, “los demás no son tontos y hasta el más tonto hace relojes”. Puede que nos hayan calado y su contra-estrategia sea mucho mejor que la nuestra y nos pille “al vuelo”. También puede ocurrir que “las fuerzas poderosas que controlan el universo” tengan su propia estrategia, distinta a la nuestra y más poderosa.

Las estrategias fallan, lo que un guerrero debe hacer siempre es aceptar con humildad las consecuencias de sus estrategias, aprender la lección y pasar página. La decisión tomada ya ha quedado atrás, ahora estamos en otro momento que exige una nueva decisión y una nueva estrategia. Lo importante no es perder una batalla, podemos perder mucha, lo importante es no perder la guerra y un guerrero nunca la pierde si conserva su “impecabilidad”. A veces, tras sonadas derrotas, tras fracasos estrepitosos de sus estrategias, lo único que le queda es esta impecabilidad. Somos frágiles, la vida es frágil, las fuerzas que nos controlan son poderosas, pocas cosas están en nuestras manos, nos conformaremos con mantener nuestra impecabilidad y seguir haciendo lo que creemos que tenemos que hacer en cada momento. Es lo único que nos queda, es la fuerza del guerrero, no hay otra.

En cuanto a los deberes, romper la rutina personal, debo decir que a mí me cuesta especialmente. El objetivo de este experimento era doble: por un lado es una especie de test para saber qué clase de guerreros somos, los hay de dos clases básicamente, los enseñadores y los acechadores. Los primeros tienen especial facilidad para ensoñar, para meditar, para fantasear e imaginar, son creativos, se dejan llevar por la intuición, son poco prácticos y las “asechanzas” de la vida cotidiana pueden con ellos. Un enseñador no es práctico y las cosas de la vida cotidiana le superan habitualmente. Necesita una rutina para automatizar su comportamiento y que le permita “ensoñar” o estar con la mente en otra parte, “estar en Babia”. Los guerreros ensoñadores suelen tener fama de despistados, incluso de vagos, de gente poco práctica. En realidad lo que están haciendo es utilizar sus mejores cualidades, sus mejores armas, aunque los demás no lo comprendan. Un ensoñador necesita una rutina mínima, automatizar alguna de sus conductas, y al mismo tiempo exige romper con las rutinas, pasar de ellas, estar a otras cosas.

Un guerrero acechador es práctico, está con los pies en el suelo, se maneja a las mil maravillas en los laberintos y acechanzas de la vida cotidiana. Utiliza esta “astucia” como su mejor arma. Suelen ser personas extremadamente ordenadas, pulcras, toda su vida es un perpetuo orden y cuando algo les saca de ello suelen reaccionar con agresividad, se sienten muy molestas, como heridas en su centro de gravedad. Sin embargo, y es curioso, también necesitan a veces romper drásticamente sus rutinas, cambiando, por ejemplo, la decoración de las casas o sus rutinas más arraigadas. De la noche a la mañana entras en casa y ya no encuentras nada, la guerrera acechadora lo ha cambiado todo, nada está donde estaba antes. Estas conductas suelen ser cíclicas, cada cierto tiempo un guerrero acechador cambia todo para que su atención no se automatice demasiado, si sucede tiene demasiado tiempo “para pensar” como suelen decir y esto no les gusta, ensoñar no es lo suyo. Un acechador tiene serios problemas de convivencia con ensoñadores, no soporta el caos en el que viven estos últimos, no soporta que entren como elefantes en una cacharrería, destrozando todo su esfuerzo y descolocando todo su orden. Por eso la convivencia es tan difícil. Cada uno de ellos defenderá lo suyo con garras y dientes. Un ensoñador no permitirá que le obliguen a estar todo el día pendiente de pequeños detalles que él considera sin importancia y que para un acechador son fundamentales. Ensoñadores y acechadores deben llegar a un acuerdo, a un pacto, o su convivencia se hará imposible y sus estrategias cada vez más duras. Suele ser el caso de la convivencia de las parejas.

A través de este experimento vamos a intentar clasificar a cada participante de la clase como guerrero acechador o ensoñador, eso es importante, pero la meta más importante del experimento era “cambiar el punto de encaje”. Este es un concepto chamánico muy típico en los libros de Castaneda. Para definirlo de forma básica y rápida, podríamos decir que el punto de encaje sería el lugar donde se sitúa el punto de unión entre el yo interno y el cuerpo físico. Don Juan habla de un capullo de luz, que es lo que somos los seres humanos, y que en su centro, más o menos, habría un punto de luz poderoso, que sería el punto de encaje. Yo prefiero verlo de esta manera, como el lugar donde el cuerpo físico sentiría que la consciencia de su yo interno se manifiesta con mayor intensidad. Pongamos que estaría en el plexo solar, en ese chakra, a la altura del ombligo.

Con el experimento de romper la rutina personal intentamos mover ese punto de encaje. ¿Cómo se mueve? Digamos que en horizontal y en vertical. En horizontal hacia la izquierda, el lado izquierdo del cuerpo lo llama don Juan. Es el lado de la intuición y del conocimiento más instintivo. Si se mueve hacia el lado derecho entraríamos en la lógica y la razón, que es donde estamos habitualmente, por eso la mayoría de las personas somos diestras. Los “zurdos” tendrían la energía cambiada, lo que les haría muy especiales a nivel energético, unos guerreros muy peculiares, digámoslo así.

También se puede mover el punto de encaje hacia abajo, entraríamos en vibraciones bajas, cercanas al chakra raíz, la parte más animal de la persona. Don Juan habla de mundos dimensionales verdaderamente terroríficos, especialmente en las guerreras, las mujeres. Podemos entrar en depresiones, desesperación, sentimientos negativos, de agresividad, de cólera, de odio. Una zona muy complicada para vivir en ella. Quienes mueven ese punto de encaje hacia abajo pueden entrar en depresiones profundas y largas. Moverlo otra vez hacia arriba es complicado y requiere mucha energía y esfuerzo, por eso es tan difícil salir de la depresión.

Mover el punto de encaje hacia arriba sería ideal, entraríamos en dimensiones espirituales, de vibración alta, lo que don Juan llama segunda y tercera atención. Es lo ideal pero requiere tal desgaste de energía, solo para subirlo, no digamos para mantenerlo allí, que solo está al alcance de maestros espirituales muy evolucionados o de guerreros impecables de alta categoría.

Romper la rutina mueve el punto de encaje, es por ello que odiamos tanto que nos rompan la rutina, porque entramos en mundos diferentes, en perspectivas nuevas sobre lo que nos está pasando. Pero para todos, guerreros ensoñadores, pero especialmente acechadores, romper la rutina de vez en cuando en pequeñas cosas e ir subiendo, puede ser casi esencial. Especialmente las acechadoras necesitan estos cambios, si no se acostumbran a romper la rutina y a que otros se la rompan se encontrarán con una debilidad muy peligrosa, cualquiera podría sacarlas fuera de sí tan solo con mover un cuadro. Esta es una debilidad que no se puede permitir un guerrero. A su vez el ensoñador necesita adquirir destreza en el manejo de los asuntos mundanos, si no lo hace otros, los acechadores le tendrán siempre contra las cuerdas, usándole para el cumplimiento de sus estrategias.

DEBERES PARA LA SEMANA PRÓXIMA

Vamos a utilizar otra técnica chamánica sencilla. Se trata de “escuchar al propio cuerpo”. Don Juan le dice a Castaneda que un guerrero “conoce con el cuerpo” que sabe con el cuerpo, que actúa con el cuerpo. Es como si la memoria estuviera en cada célula de nuestro cuerpo y despertara al entrar en la segunda atención. De esta manera dejamos de utilizar la lógica y entramos en otro conocimiento, podríamos decir que el conocimiento del lado izquierdo.

A lo largo de la semana vamos a encontrar un momento para sentarnos, en solitario, para relajarnos, piernas separadas, manos sobre los muslos, cerramos los ojos y escuchamos el cuerpo. Cada célula nos habla, tiene un mensaje para nosotros. Un dolor, una molestia, un picor, un malestar indefinido, cualquier cosa puede ser un mensaje, una señal de nuestro cuerpo.

Vamos a utilizar la palma de la mano, que hasta ahora empleamos para dar energía, como una especie de fonendoscopio médico, es decir como si fuéramos médicos y pusiéramos la plaquita metálica sobre el corazón o los pulmones, escuchando por los auriculares de las orejas el sonido del corazón o de la respiración. Eso lo vamos a hacer a través de la palma de la mano, colocándola en los lugares donde sentimos dolor, molestias, donde algo no anda bien. La vamos a dejar ahí durante un largo rato y nos vamos a identificar con el dolor. Tenemos tendencia a distanciarnos del dolor, a alejar nuestra mente, porque pensamos que así el dolor se atenúa. Es como si alguien nos pidiera auxilio y nosotros nos alejáramos más y más para no escucharlo. Hay que estar cerca de quien nos pide ayuda, escucharle, interpretar su mensaje y poner remedio. Eso es escuchar el propio cuerpo.

La semana que viene será la última clase de yoga mental hasta septiembre u octubre, según el tiempo que haga. Os he preparado unos deberes para trabajar con ellos durante el verano. Ya veremos la forma de hacer las fotocopias. Me gustaría también que repasarais las clases en el blog y meditarais e hicierais todos los ejercicios en vuestras casas, por vosotros mismos, sin guía. Esa será una piedra de toque de cómo el cursillo os ha aprovechado, la meta es que vosotros mismos hagáis, sin ayuda, todo lo que estamos haciendo aquí.

Como siempre utilizamos mantras, escuchamos el archivo de sonido y luego vamos a hacer nosotros el sonido KEEEEIIIII que es muy bueno para curar enfermedades y revitalizar el cuerpo. Podéis buscar estos mantras y sonidos en Internet y descargarlos en vuestros ordenadores para utilizarlos en casa.

Os he hablado, antes de empezar la clase del kefir de agua que he traído. Mandaré por correo algún archivo a los interesados. Siempre podéis buscarlo en Internet. El kefir de agua o de leche es muy bueno, tanto para entonar estómago e intestinos como para revitalizar el cuerpo, a mí me ha dado un gran resultado con mis problema de úlcera.

Hoy apenas tenemos tiempo para los ejercicios de energetización, respiración o equilibrio de energía. Vamos a proceder a la relajación y meditación. Después del verano comenzaremos a trabajar con algunos ejercicios de Castaneda, os remito al libro Pases mágicos. Son ejercicios diseñados para mujeres y hombres, guerreras y guerreros, pero que nosotros haremos indistintamente, unos y otros, porque considero que mujeres y hombres tenemos energías masculinas y femeninas, mezcladas, el hecho de ser mujer u hombre solo indica que una energía predomina sobre la otra. Según los resultados veremos si algún ejercicio es aconsejable tan solo para mujeres u hombres.

Hoy utilizaremos la música de Bach. Es un músico muy espiritual y adecuado para la meditación que haremos hoy. Yo he elegido algunas suites y alguna pieza breve para completar el tiempo de meditación.

MEDITACIÓN/ MISIONES ESPIRITUALES/EL ARTE DE LA AYUDA ESPIRITUAL

Os tumbáis sobre la esterilla, postura de relajación, piernas abiertas, manos a los costados, sin tocar el cuerpo, nuca cómoda sobre la almohadilla. Respiración rítmica, centrada la atención en ella, cerramos los ojos. Nos pesa el cuerpo, nos pesan los ojos. Comenzamos una relajación rápida, desde la planta de los pies a la cabeza, subimos por la columna vertebral, pasando por los chakras, subiendo la energía kundalini. Llegamos a la cabeza, abrimos la boca en una sonrisa, entramos por los orificios nasales, salimos, orificios auditivos. Sentimos peso en los párpados. Estamos de nuevo en el centro de la cabeza, la glándula pineal. Abrimos la puerta luminosa, la atravesamos, hemos llegado de nuevo a la llanura oscura.

Vemos acercarse a nosotros a Milarepa, es la primera vez que nos espera aquí, algo raro nos va a proponer. Nos hace un saludo budista, nos sonríe y nos pide que hagamos un círculo de energía, nos tomamos de las manos y visualizamos cómo la energía sale de la palma izquierda rotando en esa dirección. Luego paramos el flujo y lo hacemos en sentido contrario. Milarepa se sitúa en el centro y rotando para vernos a todos, nos va hablando.

EL ARTE DE LA AYUDA ESPIRITUAL

La ayuda espiritual es un arte y como tal requiere una técnica y unos requisitos.

¿Por qué debemos ayudar? Buena pregunta. Si el universo se hubiera diseñado para la individualidad, todos viviríamos en compartimentos estancos. Evolucionaríamos siguiendo el hilo que nos une a Dios, purificando ese hilo, y no necesitaríamos conocernos ni convivir. ¿Por qué no sucede así? Es un misterio, lo mismo que otros misterios, tales como para qué necesitamos evolucionar si bien podríamos estar en el paraíso, a presencia divina, sin sufrir. No podemos desvelar el misterio, pero sí acercarnos a algunas razones que hacen que el diseño universal sea el que es y no otro. Lo mismo que sucede en nuestro organismo, donde cada célula forma parte de nuestro cuerpo y no se siente individual, ni actúa por su cuenta. Si estuviéramos a presencia divina la poderosísima influencia de su consciencia y personalidad nos impediría tomar decisiones libres. Diríamos que a nuestra célula la han colocado en nuestro cuerpo y ha perdido la libertad. Ahora bien, si Dios ha decidido hacernos libres y elegir por propia voluntad, tiene que atenuar de alguna manera su influencia sobre nosotros o perderíamos la libertad. De ahí que nos sintamos individuos, egos, limitados y que busquemos la plenitud a través de un largo camino. Que ese camino pudiera ser individual… parece que nada se opondría a ello. ¿Por qué somos viajeros del tiempo hacia la eternidad que caminamos en grupo? Lo cierto es que el universo ha sido diseñado para la convivencia, para el viaje en grupo, el amor, la maravillosa herramienta que nos permite evolucionar espiritualmente ha sido diseñada para el viaje en grupo y la convivencia. La individualidad no tiene meta digna de ser alcanzada. Por mucho que avancemos como individuos, solo alcanzaríamos la plenitud en Dios y Dios es la Totalidad, la individualidad solo es una etapa del camino.

CONDICIONES BÁSICAS DE LA AYUDA ESPIRITUAL

-Respeto absoluto a la libertad de las personas que van a ser ayudadas. Si no desean serlo no podemos forzarlas. Si nos rechazan deberemos aceptarlo con humildad e irnos. Dios no nos ayuda obligándonos a hacer lo mejor para nosotros. Si queremos su ayuda tenemos que pedirla y si nos la concede es siempre respetando nuestra libertad y dándonos aquello que necesitamos y no lo que queremos.
-Deberemos tener muy claro que la mejor forma de ayuda espiritual es el amor en sus diversas formas, cariño, amistad, entrega, solidaridad, empatía… No se trata de dar poder, no se trata de dar cosas, no se trata de servirnos de las personas a las que vamos a ayudar para nuestros intereses, como una especie de chantaje. Damos amor y no esperamos ni buscamos nada. Damos amor porque les ayudará espiritualmente y también ese amor encontrará la forma de dar materialmente.
-Podemos dar de forma absoluta, porque lo que damos lo recibiremos centuplicado. No importa que demos mucha energía, recibiremos más, no importa que nos vaciemos, seremos llenados. La mejor forma de recibir es dar, por eso no hay mejor forma de ayudarnos a nosotros mismos que ayudando a los demás.
-No ayudamos porque seamos mejores, para que todo el mundo nos mire y nos diga lo bueno que somos. El anonimato es una condición muy importante en la ayuda. Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, dijo el maestro Jesús. En la ayuda espiritual es muy sencillo conservar el anonimato, basta con que no salgamos a la calle gritando que estamos intentando ayudar espiritualmente a la humanidad.
-¿Cómo elegir a quién ayudar y cómo? En el mundo material sería más complicado. Irnos a las antípodas, a Australia, para encontrar una persona a la que ayudar, teniendo al lado tantas personas que necesitan nuestra ayuda es una tontería y una forma de enredad las cosas. En el mundo espiritual la lejanía o proximidad no existen. Ayudar al prójimo, al próximo, tiene sentido en el mundo material, pero en una dimensión donde basta con pensar para estar al lado de alguien, donde no existe ni espacio ni tiempo, la ayuda espiritual requiere otros requisitos. Digamos que podemos ayudar a cualquiera en cualquier tiempo. No elegiremos nosotros, seremos elegidos. Nuestros “yoes” internos eligen de acuerdo a sus metas espirituales o de acuerdo a las misiones que se les encomienden por otras entidades espirituales mas elevadas. Nos basta con dejar que el yo interno haga su trabajo sin interponernos. ¿Cómo? La ayuda espiritual es siempre amor, consuelo, energía, presencia. Cuando abrazamos a un ser querido que sufre no nos preguntamos cómo ayudarlo, le damos amor y es más que suficiente.
-La ayuda espiritual funciona en grupos. En el evangelio el maestro Jesús eligió a doce discípulos. Ese sería un número cabalístico interesante. 1-2=3 La trinidad, el triángulo, un número cabalístico de una fuerza impresionante. Pero esto no es siempre así, pueden existir menos miembros o más en el grupo, según las características o misiones a las que tendrán que atender. Cada grupo está compuesto de personas con unas características muy concretas. Está la persona alegre y vital que eleva la moral del grupo, el erudito que aporta sus conocimientos, la persona que tiene facilidad para las relaciones públicas… Digamos que sería como un gobierno, donde cada ministro tiene una capacidad y una tarea y luego está el presidente del gobierno que se encarga de coordinar y dirigir.
Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba, es uno de los principios del Kybalión. Si aquí funcionan así las cosas, arriba funcionarán de forma parecida. Cada grupo de ayuda espiritual tiene una misión que cumplir. Lo mismo que en la sociedad unos profesionales hacen unas cosas para que se aprovechen otros y otros hacen otras cosas para que se aprovechen unos, donde todo el mundo colabora de alguna manera, y cuando alguien no colabora y solo se aprovecha, ya tenemos un cáncer social, en el mundo espiritual todo es muy parecido. Viajamos juntos, convivimos espiritualmente, colaboramos, nos ayudamos. Los grupos de ayuda surgen, encajan y se armonizan dentro de una jerarquía.

Si en el mundo material hay jerarquías y grados en el mundo espiritual es lógico que también las haya. Cada grupo tiene una misión, cada grupo está armonizado con otros, está subordinado a otros. Cuanto más nos elevamos en la jerarquía espiritual más decrece el número de miembros del grupo. Un maestro espiritual puede actuar solo, aunque siempre puede recabar la ayuda de grupos espirituales que están por debajo, para apoyarle. Salvo estos supuestos un grupo estará formado al menos por dos personas, normalmente una tendrá energía positiva y otra negativa, digámoslo así.

El universo es un conglomerado complejo y asombroso de este tipo de grupos de ayuda espiritual. En el planeta Tierra también se funciona así, hay grupos de ayuda espiritual y de hecho todos conocemos páginas de Internet para grupos de meditación. Si en el mundo material hay gran cantidad de grupos, de ONGes, que ayudan materialmente, en el mundo espiritual basta con desear ayudar para que acabemos formando parte de un grupo de ayuda espiritual, incluso a veces de forma no consciente. Rara vez seremos conscientes de la labor que estamos realizando, a veces recordaremos un sueño, a veces se producirán extrañas sincronías en nuestras vidas cotidianas.

Milarepa nos dice que estamos aquí para formar nuestro grupo de ayuda espiritual, así lo hemos decidido. Ya es hora de que dejemos de mirarnos el ombligo para ayudar, cuanto más ayudemos a otros más nos ayudaremos a nosotros mismos. Como tal grupo hoy iniciaremos nuestra primera misión espiritual. Esta misión la ha elegido el propio Milarepa. Cuando él nos deje el grupo funcionará armonizando los “yoes internos” de todos los miembros. Ellos se pondrán de acuerdo de una forma que a nosotros, en el mundo material, nos parecería milagrosa.

Milarepa abre una pantalla luminosa en el aire y nos hace pasar. Estamos en el aire, volando como pájaros, estamos sobre territorio Sirio. Allí hay una guerra espantosa. Volamos y observamos lo que está pasando, sentimos el ruido de las armas, escuchamos el gemido de las víctimas, estamos siendo espectadores de una guerra terrible. Milarepa nos pide que descendamos, lo hacemos, atravesamos un tejado. Estamos en unas dependencias.

Es un hospital, deteriorado por la guerra, es una sala donde están niños. Están en sus camas, algunas muy graves. Hemos venido aquí para ayudar espiritualmente. Somos invisibles, nadie nos ve, el personal que actúa con ellos en el mundo material sigue sus tareas. Milarepa nos pide que deshagamos el círculo de energía y nos acerquemos cada uno a un niño. Nos dejaremos llevar, nuestras energías armonizarán con el niño adecuado. Nos acercamos a su cama. Miramos su rostro y lo visualizamos y memorizamos. De alguna manera hemos adoptado a este niño espiritualmente, lo ayudaremos en sueños, en meditación, sin ser conscientes de ello.

Milarepa nos pide que pongamos la palma de la mano sobre su frente. Le estamos dando energía, le estamos dando amor. Está recibiendo ayuda espiritual sin saberlo. Si el universo fuera pura materia podríamos ver el amor de mil formas materiales, pero como es energía es invisible. Cuando amamos tampoco vemos con los ojos de la carne salir un hilo de luz de nuestros cuerpos físicos y entrelazarse con otro hilo de luz del cuerpo físico de la otra persona, y sin embargo todos somos conscientes de cuándo nos aman o cuándo nos odian. Dejamos que todo el dolor del niño nos llegue, lo asumimos, dejamos que nuestro amor vaya hacia él. Permanecemos así un tiempo, la ayuda espiritual no necesita nada más.

Milarepa nos dice que tenemos que regresar. Nos pide que formemos un círculo de energía. Expandimos esa energía por el recinto del hospital. Vamos a regresar. Hemos cumplido nuestra primera misión. No ha sido difícil. Nos hemos bautizado como grupo espiritual de ayuda. A partir de este momento funcionaremos como tal, aunque no seamos conscientes de ello. Alguna vez podremos sentir una intensa tristeza, sin saber por qué, puede que nos lleguen el dolor de los hermanos a los que estamos ayudando, alguna vez sentiremos felicidad y plenitud al recibir la respuesta de las personas a las que ayudamos. Es una tarea anónima, invisible, tan invisible como la ayuda que nosotros recibimos de grupos espirituales más elevados, de maestros espirituales. El universo es un laberinto de ayuda espiritual y quien no forma parte de él permanece en cuarentena espiritual. El libro de Urantia nos dice que la Tierra está en cuarentena desde la rebelión de Lucifer. Lo cierto es que quien no colabora en la ayuda espiritual está al margen de la evolución espiritual de una sociedad, de un planeta, de un universo. La unión espiritual es avance, la ruptura y la cuarentena espiritual es retroceso.

Milarepa nos hace pasar por la pantalla de luz y estamos de nuevo en la llanura oscura. Nos despide con el saludo budista, nos sonríe. Ya sabemos cómo actuar espiritualmente, ya sabemos que desde ahora cumpliremos misiones de las que no seremos conscientes.
Como enfermos mentales estamos recibiendo ayuda espiritual de otros grupos invisibles. Ha llegado el momento de participar también nosotros. La mejor forma de ayudarnos es ayudar.

Atravesamos la puerta luminosa. Estamos en nuestros cuerpos, Vamos despertando. Hoy ha sido una meditación intensa y larga. Nos espera un largo camino. Regresaremos la semana que viene para hacer una última meditación y recibir los deberes del verano. En septiembre u octubre regresaremos. Este es un largo camino. Un enfermo mental no puede tirar nunca la toalla, lo mismo que el camino espiritual, el camino de nuestra curaciónnunca tiene fin. En realidad aunque nos llamen enfermos mentales somos tan normales como los demás, tal vez más sensibles, tal vez los demás escondan mejor sus patologías, en realidad todos somos enfermos espirituales y estamos en el camino de la curación.

Saludo budista

QUE LA PAZ PROFUNDA ESTÉ CON TODOS VOSOTROS.





CURSILLO DE YOGA MENTAL XI

19 06 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL

CLASE XI

Saludo budista.

Como al comienzo de todas las clases hacemos la recapitulación de lo que ha sido nuestra semana. Esto deberéis automatizarlo, puesto que cuando se acabe el cursillo tendréis que seguir haciéndolo solos. Los enfermos mentales no podemos permitirnos el lujo de no preocuparnos de auto-observarnos al menos una vez a la semana, ya que nuestra enfermedad es muy sutil e insidiosa y no siempre se nos muestra con claridad, salvo cuando ya estamos de lleno en una crisis.

Continuando con el desarrollo de la estrategia del guerrero impecable que vimos la semana pasada, comienzo yo, analizando de dónde han procedido mis problemas durante esta semana. En primer lugar muchos han sido en su mayor parte fallos míos. Cuando uno está bajo de energía no puede atender, poner su atención en numerosos problemas y menos si requieren una atención conjunta en un momento determinado. Mi estrategia ha sido recargarme de energía y ayudarme escribiendo en un papel las tareas a realizar y tachando las que he ido haciendo. Algo tan sencillo puede llegar a ser muy efectivo.
En cuanto a la conducta de los demás no he observado que nadie haya intentado hacerme un daño grave de forma consciente y reiterada, por lo tanto descarto tener un enemigo y no diseño estrategia alguna al respecto. Pero sí han existido conductas de otras personas, que de forma inconsciente, me han creado problemas con su conducta egoísta y de apego a sus intereses materiales. A estas personas no se les puede tratar como enemigos, porque no lo son, pero tampoco se les puede tratar como amigos y darles palmaditas en la espalda, porque lo queramos admitir o no, están haciendo daño a nuestra mente, a nuestro psiquismo y a nuestras emociones, lo que para un enfermo mental es un daño directo siempre a tener en cuenta.

La estrategia en estos casos debe seguir las siguientes etapas:

-Hablar con esas personas de forma respetuosa, amable y directa. El respeto y la amabilidad le evitan al guerrero impecable muchos problemas. No tenemos por qué enfadarnos con esas personas y mucho menos gritarles o insultarles. Cuanto más nos levanten la voz, más la bajaremos nosotros. Ellos están perdiendo energía y nosotros la estamos tomando en una forma que podría calificarse como “vampiresca”. Este es un tema muy interesante que trataremos en otra ocasión.

-Si nuestra charla les abre los ojos sobre cómo su conducta nos está afectando y son sensibles a nuestras demandas y la cambian… problema solucionado. Si a pesar de ello continúan con esa conducta que nos crea problemas y nos hace daño… entonces hay que diseñar una estrategia de respuesta, un “contraataque”, digámoslo así.

-Como muchas veces esas personas son familiares o amigos, está descartada cualquier estrategia de “venganza” o que pretenda hacerles daño, sin más. De lo que se trata es de “obligarles” a pactar. Si saben que nos hacen daño y no se inmutan, nosotros contraatacamos observando sus debilidades de carácter, aquello que más les molesta y diseñamos una estrategia para que admitan también que nosotros les estamos haciendo daño, creando problemas, y de esta forma obligarles a un diálogo y a un pacto. Si tú no haces eso, yo no hago lo otro. Si tu renuncias a esto, yo renuncio a lo otro. La convivencia es eso, no nos engañemos, cualquier otra conducta es propia de un dictador que se impone a una persona sobre la que tiene poder o la de un amo que obliga a un “esclavo” a hacer lo que él quiere.
Aquí entramos en un tema muy complejo e interesante que iremos tratando en otros momentos. Don Juan le dice a Carlos Castaneda que un guerrero debe ser experto en el “arte de ensoñar” (que ya hemos visto en la meditación sobre los sueños) y en el “arte de acechar”. Este último lo trataremos con más calma en otro momento. Hoy solo mencionaré algo sobre lo que tendremos que trabajar en profundidad, más adelante. El arte de acechar es una terminología muy llamativa y que a mí me gusta mucho, pero también hay otras.
En un libro de autoayuda que leí hace años, de un tal James Redfield, a quien la Wikipedia, de la que pongo aquí el enlace, dice que es novelista y psicólogo, titulado “La novena revelación”, se habla de “las farsas de control” una terminología que también me encanta.

http://es.wikipedia.org/wiki/James_Redfield

Podríamos resumir estas “farsas de control” como chantajes psicológicos. Los empleamos “todos” y todos los días. Es algo de lo que debemos ser conscientes, porque forman parte esencial del arte de acechar y de la estrategia del guerrero impecable. Para poneros un ejemplo, los niños son maestros en este arte. Un niño puede lograr que sus padres le regalen algo que quiere, o simplemente unas gominolas, llorando y pataleando. Sus padres acaban cediendo, desesperados. Esta es una farsa de control muy elemental, la farsa del llanto y la pataleta. Pero que es efectiva está muy claro.

Todos somos objeto de esta clase de farsas de control y asimismo hacemos objeto a los demás de estas farsas. Un guerrero impecable debe utilizarlas como estrategia cuando los demás le crean problema con su conducta y a pesar de abrirles los ojos, persisten en este tipo de comportamientos que nos hacen tanto daño. No obstante hay que tener en cuenta estas normas básicas:
-Si una estrategia nos crea más problemas de los que podría resolver, no es buena estrategia y hay que olvidarse de ella.

-La estrategia con los seres queridos no puede ser la misma que con desconocidos o personas con las que no nos sentimos vinculados afectivamente. No podemos tratar igual a nuestra pareja, a nuestros hijos o familiares que a un desconocido.

Pongamos algún ejemplo, plástico y divertido, de cómo funciona todo esto.
Imaginemos que “una guerrera impecable” tiene un marido (los guerreros impecables suelen estar muy solos en su entorno salvo que formen un grupo, como en este caso los participantes en este cursillo de yoga) al que le gusta mucho mirar libidinosamente a otras mujeres. El considera que esta conducta es normal y no tiene por qué ofender a su esposa, al fin y al cabo eso no es serle infiel y él disfruta con esta conducta. La esposa, en este caso guerrera impecable, ya ha hablado con él en numerosas ocasiones, le ha abierto los ojos, pero su marido persiste una y otra vez en esta conducta de la que ella ya está hasta “el moño”, empleando una frase coloquial.

Su estrategia, entonces, podría ser la siguiente:
-Mi marido es celoso, pues voy a ponerme minifalda y enseñar las piernas, que no es por nada, son preciosas. Otros hombres me mirarán con deseo y así él sabrá cómo me siento yo cuando él mira a otras mujeres.

Bien, esta estrategia podría funcionar, pero también podría crear graves problemas de convivencia en la pareja, hasta el extremo de llegar a una separación, pongamos por caso. La convivencia es siempre difícil, si encima la complicamos más con este tipo de estrategias, puede pasar de todo.
Así pues, conscientes de que el problema que nos va a venir puede ser incluso mayor que el que intentamos solucionar, desechamos esta estrategia y utilizamos otra más sutil y más efectiva.
-Pongamos que nuestra “guerrera impecable” decide que cuando su marido mira libidinosamente a otras señoras, en su presencia, ella esa noche va a rechazar su acercamiento sexual. Tiene que ser esa noche, porque como les sucede a los perritos en el experimento de Paulov, si les premiamos o castigamos al cabo de un tiempo, no van a saber “conectar” el castigo con la conducta. El marido se enfadará, pero tendrá que “tragar”. Al cabo del tiempo tendrá que admitir que el tipo de conducta de su señora es una respuesta al suyo y no le quedará otra alternativa que “hablar” y “pactar”. Vale, yo dejo de mirar libidinosamente a las señoras, pero tú no alegas dolor de cabeza todas las noches.

Este ejemplo tan “chusco”, digamos, podría ampliarse a todo tipo de conductas, bien de la pareja, bien familiares, bien en un determinado entorno, como puede ser el laboral. Hay “ataques” y contraataques, un fumador se siente atacado porque su esposa le huele la ropa y contraataca forzando a su mujer a decidirse en las compras, por ejemplo, ya que duda más que Hamlet. La convivencia tiene estas “batallitas” que son inevitables. Un guerrero impecable sabe diseñar estas estrategias y ponerlas en práctica, tal como veremos en el arte de acechar.

Y ahora cada uno hablará de cómo ha sido su semana y cómo le ha ido con su estrategia de “guerrero impecable” cómo ha analizado sus problemas, si proceden de sus errores, de la conducta de los demás o de “las poderosas fuerzas que controlan el universo”.

Para la semana que viene vamos a romper esta línea de la estrategia y vamos a trabajar con una sencilla técnica chamánica que tal vez nos de unos resultados muy intrigantes. Se trata de “romper la rutina personal”. Como deberes os propongo que rompáis vuestra rutina de la forma que os guste más. Por ejemplo podéis cambiar de emisora radiofónica durante la semana. Si habitualmente escucháis una, pues cambiáis a otra y observáis vuestra reacción y cómo os sentís. Si alguien, pongamos por caso, es muy ordenado y le gusta que los cubiertos estén en su sitio, que las cucharas están con las cucharas, los cuchillos con los cuchillos, etc, esta semana, de forma consciente vais a mezclar los cubiertos y observar cómo os sentís. Podéis hacerlo de mil formas: cambiar el itinerario habitual del paseo, cambiar un objeto de la decoración de vuestro hogar en el que os fijáis mucho habitualmente. Lo que no os aconsejo es que cambiéis la rutina, de forma consciente, cuando hay posibles riesgos. Pongamos que vais en coche a trabajar siguiendo un determinado itinerario. Es mejor que no rompáis esa rutina, al menos de momento, porque podríais tener un pequeño accidente, podríais perderos y poneros de mal humor, montar en cólera, y acabar de mala manera. Mejor rutinas en las que no exista riesgo.

MEDITACIÓN/AFRONTAR EL MIEDO

Hoy nos hemos liado un poco y no tenemos mucho tiempo. Vamos a reducir los ejercicios de energetización a un nuevo ejercicio de taichí para equilibrar la energía.

-Los pies descalzos tocando el suelo, separados, manos con las palmas abiertas en circuito abierto de energía. Somos conscientes de la energía de la tierra que nos entra por el centro de la planta de los pies. Nos inclinamos, nos doblamos, con las manos hacemos como si recogiéramos algo del suelo, palmas hacia arriba. Subimos esa energía de la tierra hacia arriba, llegamos a la cabeza. Nos paramos, tomamos energía del “cielo” del aire, con las palmas de las manos hacia abajo y las bajamos con lentitud hasta llegar al plexo solar, a la zona del ombligo. Repetimos el ejercicio tres veces. Estamos equilibrando y armonizando la energía de la tierra y del cielo.

Como todos los días os voy a poner unos mantras tibetanos, hoy son unos mantras zen. Vosotros podéis buscarlos por Internet y utilizarlos en casa.
Como siempre enciendo la barrita de incienso y para la meditación pondremos una música especial, se trata de o`clock de Vangelis

Os tumbáis en el suelo, como siempre, en la esterilla o colchoneta, apoyáis la nuca en la almohadilla, piernas separadas, brazos separados a los costados, sin tocar el cuerpo. Rápidamente relajamos pies, tobillos, etc, hoy subiremos por la columna vertebral.

Estamos de nuevo en el centro de la cabeza, en la glándula pineal. Aquí está la puerta luminosa. Vamos a pasar al otro lado, a la llanura oscura. Pero antes vais a tener en cuenta que cuando estéis solos deberéis programar en este momento el tema de vuestra meditación y actuar en consecuencia. Hoy vamos a meditar sobre nuestros miedos más profundos, vamos a hacer una especie de “iniciación” en toda regla. La iniciación ha sido un ritual esotérico y místico desde tiempos inmemoriales. Los rituales cambian, pero la esencia es la misma, se trata de enfrentar al “neófito” con sus miedos en la más absoluta soledad y cuando los supere pasará a ser un “iniciado”.

Pasamos al otro lado de la puerta luminosa. Estamos en la llanura oscura. Siempre lo hemos hecho así y nunca ha pasado nada. Pero hoy estamos raros. Hoy nos hacemos preguntas. Por ejemplo, nos preguntamos si nuestro guía no nos estará engañando, si lo que nos ha dicho, que en esta dimensión no existe el tiempo y el espacio y se puede viajar con la mente es una chusca mentira. Hacemos un razonamiento muy lógico: ¿cómo puede saber él que esto es una llanura, si nos rodea la más absoluta oscuridad? ¿acaso él puede ver en la noche más oscura? Es una buena pregunta, muy razonable. La mente ha comenzado a minar nuestra confianza, hasta el punto de que ya no nos atrevemos a caminar por la llanura, como hacíamos antes, por miedo a que surja de pronto un socavón, un abismo, y nos hundamos, caigamos hasta el fondo.

Estamos aprendiendo algo muy importante: la desconfianza es la base de nuestros miedos, mientras que la confianza es lo que nos permite vivir y sobrevivir en un mundo de riesgos constantes. Nuestra mente no soporta el vacío, “horror vacui”, horror al vacío, decían los clásicos. Ni la naturaleza ni la mente soportan el vacío, por eso intentan llenarlo a cualquier precio, la mente con ideas, con estímulos, la naturaleza con la solidez material. No sabemos por qué sucede esto, es un misterio. La mente podría utilizar una facultad tan maravillosa como la fantasía, la imaginación para llenarse con fantasías placenteras o divertidas, sin embargo casi siempre escoge la oscuridad, la negrura, la peor de todas las opciones posibles. Tal vez se deba a nuestra condición mortal, por lo visto la mente se ha emperrado en que no despeguemos los pies de la tierra y nos recuerda, de mil formas diferentes, cómo podemos morir, cómo podemos sufrir. La mente es una cabra loca a la que le gusta trepar por las escabrosas laderas de la alta montaña y asomarse a los abismos, como si en su fondo pudiera encontrar la explicación al misterio. Este comportamiento de nuestra mente nos trae de cabeza, y nunca mejor dicho.

Estamos aquí, en esta llanura oscura, solos, sin la posibilidad de que los estímulos de la realidad nos entretengan, pasando frente a nosotros, uno detrás de otro, como vimos en la meditación de la estación de trenes. Este es un momento difícil para nuestra mente y trata de remediarlo presentándonos a consideración todo tipo de fantasías, curiosamente las peores entre todas las posibles.

Nos está convenciendo de que esto puede no ser una llanura, puede que unos pasos más allá se abra un abismo y si no andamos con cuidado podemos desplomarnos. Por eso ahora tanteamos con el pie, con mucha precaución. Ahora no se conforma solo con eso e intenta convencernos de que aquí, escondidos en la oscuridad pueden existir monstruos que se lanzarán sobre nosotros al menor descuido. Puede que existan vampiros y nos muerdan el cuello, puede que existan fantasmas y nos lleven a sus infiernos particulares. Al fin y al cabo si nuestro guía nos engañó y no puede saber que esto es una llanura porque en la oscuridad no se puede ver, también puede que nos haya engañado en otras cosas, por ejemplo en que no existan monstruos. La confianza en nuestro guía está por los suelos, ahora solo confiamos en nuestra mente y ella lo único que hace es presentarnos toda clase de peligros.

Frente a nosotros, en la oscuridad, se ha formado una especie de ectoplasma lechoso, con muy poca luz y muy pequeño, es apenas una esferita en el suelo. Pero va creciendo. Cada vez que por nuestra mente pasa una escena oscura, una posibilidad de riesgo, y lo aceptamos, este pequeño ectoplasma crece y se hace más luminoso.

El miedo se intensifica cada vez más y adquiere mil formas. Hemos perdido la confianza. Ahora miraremos una y otra vez al pasar una calle y aún miraremos una última vez, porque no nos fiamos que si pasa un coche y no lo advertimos, nos pueda atropellar. Nuestra mente nos presenta imágenes de atropellos que hemos presenciado o que hemos visto en la televisión. ¿Por qué debemos confiar en un conductor al que no conocemos?

Llegamos a nuestras casas y cerramos la puerta por dentro, con dos vueltas de llave. Nunca lo habíamos hecho mientras estábamos en casa. ¿Por qué ahora? Hemos perdido la confianza. Antes también sabíamos que se producían robos, pero pensábamos que no nos iba a tocar a nosotros. No somos matemáticos ni sabemos de estadísticas, pero de alguna manera estábamos convencidos de que la posibilidad de que entraran a robar en nuestros hogares era tan remota como la posibilidad de que nos tocara la lotería. Cierto que la lotería siempre toca a alguien, pero no a nosotros. Cierto que se producen robos, pero siempre roban a otros. Ahora esta posibilidad es algo tangible.

Y así podríamos seguir. Ahora somos conscientes, por primera vez, que la vida en nuestra sociedad no sería posible sin la confianza. Hacemos lo que hacemos porque confiamos en los demás. Es cierto que hay gente mala, pero son pocos, o dicho de otra manera, los buenos somos muchísimos más. Sería mala suerte que precisamente a mí, ahora, me tocara enfrentarme con una persona mala. Sabemos que existen asesinos, pero porqué nos van a matar a nosotros, no les hemos hecho nada. Sabemos que existen violadores, secuestradores, gentes sin escrúpulos que se pueden llevar nuestro dinero del banco y dejarnos a dos velas. Pero, ¿por qué a nosotros?

Lo peor que podemos hacer es combatir los argumentos de nuestra mente con los argumentos de nuestra segunda mente, llamémosla así. Si la mente primera nos dice que existen asesinos y que nos pueden matar, la segunda mente dice que estadísticamente eso es irrelevante, que la posibilidad de que nos suceda a nosotros es de una ¿entre un millón? ¿Entre un billón? Es inútil, la mente segunda no convence a la primera. Por pocas posibilidades que existan, existen. Si la mente primera nos dice que no van a entrar en nuestra casa a robar, por mucho que la mente segunda contraataque diciéndonos que estamos seguros, que llevamos años viviendo aquí y que nunca nos ha pasado nada, no lograremos convencer a la mente primera. Estamos en un constante toma y daca y la racionalidad acabará cayendo ante la fantasía, porque estamos solos, porque estamos en la oscuridad, porque la imaginación se despeña en los precipicios en lugar de bañarse en la playa. ¿Por qué sucede esto? No lo sabemos, pero es así.

Conforme han ido desfilando estas imágenes la esferita ectoplasmática que estaba en el suelo ha ido creciendo, más y más, y adoptando formas terribles. Ahora es un fantasma mal encarado, sin ojos, ahora un vampiro, ahora un monstruo sin cabeza. Estamos perdidos, esto no puede sino crecer. ¿Qué podemos hacer?

Somos guerreros impecables, deberemos diseñar una estrategia. Para ello buscamos una estrategia defensiva que nos proteja de nuestra mente, que ahora se ha convertido en nuestro enemigo, un enemigo mortal. Pensamos. ¿Cuál es la debilidad fundamental de nuestra mente? El vacío. La mente está indefensa ante el vacío. Hacemos un vacío en nuestra mente, nos aferramos a él. Formamos parte del vacío, somos vacío. Perdemos el miedo al vacío, a que si no pensamos constantemente, nuestra personalidad se difuminará y seremos nada, perderemos la existencia. Ahora sabemos que esa era otra farsa de control de nuestra mente, para controlarnos, para esclavizarnos, para tenernos a su servicio. En realidad hemos hecho el vacío y aún así seguimos existiendo.

Observamos cómo el monstruo ectoplasmático va disminuyendo de tamaña y perdiendo la forma. Al final es una bolita apenas visible en el suelo, la podríamos aplastar y no ocurriría nada. Hemos encontrado una defensa contra el miedo, una poderosa herramienta.

No obstante debemos usarla con prudencia. Sin el miedo no podríamos sobrevivir un solo instante. Sin miedo cruzaríamos las calles sin mirar, corriendo, y nos atropellarían. Sin miedo dejaríamos las puertas de nuestros hogares abiertas y cualquier podría entrar y robarnos, o secuestrarnos. Sin miedo iríamos a cualquier sitio con cualquiera, y en algún momento nos toparíamos con un asesino. Sin miedo conduciríamos como locos y moriríamos en estúpidos accidentes. El miedo tiene su lugar en la vida, en nuestras vidas. Todo es ying y yang, luz y oscuridad, cara y cruz. Nada es malo “per se”. Por eso hay que saber usar cada cosa, hasta el miedo.

Cuando el miedo nos paraliza, nos impide hacer lo que queremos hacer, es una prisión. Muchas veces no conseguimos lo que queremos porque nos dejamos atrapar por el miedo. Hasta sentimos miedo de ser ricos, porque no sabríamos qué hacer con el dinero, porque tal vez nos hiciéramos malas personas. Tenemos miedo de ser poderosos, porque creemos que todo poderoso es corrupto y malo. Y nuestros miedos nos retienen en nuestras prisiones de papel mientras otros, que no tienen miedo, consiguen ser ricos y poderosos… y muchas veces son los peores, los que menos se lo merecen… y todo porque nosotros nos dejamos llevar por el miedo.

El miedo nace de la pérdida de confianza. Dejamos de confiar en nosotros mismos y dudamos sobre las decisiones que debemos tomar. Dejamos de confiar en los demás y nos volvemos paranoicos. Desconfiamos por desconfiar. Incluso nos comienzan a asaltar dudas sobre nuestros seres queridos, sobre las personas que más nos quieren. Estamos en la llanura oscura, solos, angustiados, aterrorizados. ¿Qué podemos hacer?

Recobrar la confianza. En nosotros mismos. Somos seres de luz, somos una chispa divina, solo necesitamos recobrar la confianza. En los demás, ellos también son seres de luz y aunque no podemos ser tan ingenuos como para no ver las tinieblas que se reflejan en sus ojos, la posibilidad del mal acechante, sabemos que aunque nos cueste creerlo y bromeemos sobre ello, “la mayoría es buena”. Si no fuera así nuestro mundo sería imposible, un infierno. Recobramos la confianza en las “fuerzas poderosas que controlan el universo”. Si ellas no velaran por nosotros sería casi imposible que pudiéramos sobrevivir toda una vida. Somos frágiles, la vida es frágil. Es un milagro la simple existencia.

Recobramos nuestra confianza en Dios. En otra meditación vimos cómo estábamos vinculados con él. Ese haz luminoso que nos vincula es lo que nos mantiene en la existencia. Es cierto que si Él lo rompiera regresaríamos a la nada. Pero, ¿por qué desconfiar en alguien que nos sacó de la nada, sin verse obligado a ello, que nos mantiene con vida, que nos perdona, que ha establecido un plan cósmico para nosotros, que nos ama como un Padre? ¿Vamos a hacer caso a nuestra mente, incluso en esto? ¿Qué nos da ella? Zozobra, angustia, miedo, terror. ¿Por qué la alimentamos todos los días y a todas las horas? ¿Alimentaríamos a un monstruo que nos fuera a devorar?

Recobramos nuestra confianza y ahora somos capaces de nuevo de caminar por la llanura oscura, sin miedo a hundirnos en el abismo. Ahora recobramos la confianza en nuestro guía que no tiene ningún interés en mentirnos y en hacernos sufrir. Cuando él nos dice que le sigamos, lo hacemos. Nos conduce por la llanura oscura hacia una luz a lo lejos. Al acercarnos vemos que es una pirámide iluminada, la gran pirámide de Keops. Hacemos caso a nuestro guía que nos invita a una iniciación.

Nos dice que las iniciaciones han existido desde siempre. Han sido diseñadas para que cualquiera no pueda acceder al conocimiento y al poder. Para evitarlo se han diseñado rituales que solo tienen por objeto enfrentar al neófito a sus miedos más profundos, en soledad. Si no están preparados para recibir la luz, saldrán huyendo, como almas que lleva el diablo. Si están preparados, se enfrentarán a sus miedos y vencerán.

Ante la puerta de la gran pirámide hay un centinela, el guardián del umbral. Va vestido a la manera egipcia de los tiempos del faraón Akenatón. Lleva una lanza que interpone entre nosotros y la puerta. Sonreímos e insistimos en entrar. Esto es suficiente. Hemos demostrado valor y se nos concede el acceso. Caminamos por oscuros pasadizos y al final entramos en la cámara del rey. Allí nos esperan nuestros iniciadores, vestidos con túnicas. Nos invitan a tumbarnos en un sarcófago vacío. Lo hacemos. Cierran el sarcófago, lo sellan y nos dejan solos. Estamos aquí, solos, en la oscuridad, enterrados vivos. La mente intenta atraparnos, pero ahora tenemos herramientas para enfrentarnos a ella. Hacemos el vacío y nos situamos fuera del tiempo, fuera de las escenas que intenta mostrarnos nuestra mente. Permanecemos impasibles, somos guerreros impecables. Utilizamos la herramienta de la confianza. Si no confiáramos en nuestros iniciadores no habríamos entrado en el sarcófago porque nadie nos puede garantizar que lo vuelvan a abrir alguna vez.

Estamos aquí, tumbados en la oscuridad, como en la Eternidad. No buscamos nada, no esperamos nada, somos guerreros impecables que hacemos lo que tenemos que hacer y ahora nos toca estar aquí, en el vacío.
Y de pronto el sarcófago se abre. La confianza no era una locura, un delirio. Hay que confiar en alguien para sobrevivir. Los sacerdotes nos abrazan, nos felicitan. Nos colocan una medalla sobre el cuello. Tiene un dibujo, dos triángulos, uno con la punta hacia arriba y otro con la punta hacia abajo. Los sacerdotes se despiden de nosotros y salimos fuera de la pirámide. Ahora somos iniciados. Ahora sabemos. Afuera nos espera nuestro guía y nos invita a caminar por la llanura oscura. Llegamos a la puerta luminosa y antes de pasar la mente hace un último intento. ¿Y si al regresar lo hiciéramos a otro cuerpo que no es el nuestro? ¿Quién nos garantiza que al otro lado no está el infierno? Nos libramos de estas ideas con un manotazo, ahora conocemos muy bien los trucos de nuestra mente. Somos guerreros impecables y hemos sido iniciados, ahora que conocemos el verdadero rostro del miedo sabemos que la derrota solo es posible si la aceptamos sin lucha.

Regresamos a nuestros cuerpos. Son los nuestros porque los conocemos muy bien. Sentimos su peso contra el suelo. Movemos los dedos de los pies, los dedos de las manos, las piernas, la cabeza. Vamos despertando. Abrimos poco a poco los ojos y nos ponemos en pie. Movemos brazos y piernas, nuestros cuerpos recobran la energía.

Ha sido una clase larga, no hay tiempo para más. Recordad los deberes para la próxima semana, romper la rutina personal.

Saludo budista
QUE LA PAZ PROFUNDA ESTÉ CON VOSOTROS





Curso de yoga mental X

12 06 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL

CLASE NÚMERO X

SALUDO BUDISTA
Como en todas las clases vamos a comenzar haciendo una recopilación de lo que ha sido nuestra semana, cómo nos hemos sentido, los problemas que han surgido, las experiencias que nos han marcado…
En mi caso ha sido una semana complicada en extremo. A veces, no muy a menudo, gracias a Dios, parece como si todos los posibles problemas que se nos pudieran presentar durante un año, o una década, o incluso una vida, se amontonaran, unos sobre otros durante el transcurso de una semana o un mes. Esto es algo insólito y que merece un análisis.

Aprovecho la ocasión para proponeros, como deberes para la próxima semana, comenzar a trabajar con la estrategia del guerrero impecable. Es un tema complicado de entender y de asimilar, pero no tenemos prisa, podemos iniciarlo ahora e ir trabajando a lo largo del tiempo.

LA ESTRATEGIA DEL GUERRERO IMPECABLE
Ya hemos conocido la máxima fundamental de todo guerrero impecable: “Un guerrero impecable hace lo que tiene que hacer cuando tiene que hacerlo y confía en que las poderosas fuerzas que dirigen y controlan el universo le sean favorables”.

Esto no significa que un guerrero sea un veleta, un irreflexivo, que tome decisiones al buen tun-tún, sin reflexionar.

Un guerrero no es un tonto, ni va por la vida con una venda en los ojos para no ver la a veces cruda y dura realidad. Un guerrero reflexiona, medita y diseña una estrategia para enfrentarse a los problemas de su vida. ¿Cómo es esta estrategia?

Tiene varias etapas.
La primera: Observar lo que nos sucede, nuestro entorno, incluso todo lo que ocurre en el mundo en que vive.

Según le dice el chamán don Juan a Castaneda un guerrero impecable debe dominar ciertas técnicas o artes. Una de ellas es el arte de ensoñar, que ya hemos visto en otra clase anterior. Otra es el arte de acechar. Pero éste lo vamos a dejar para otra ocasión, aunque en el paso de la observación tiene mucha importancia.

La segunda: Analizar, reflexionar, meditar sobre lo que nos está sucediendo.
Por muchas vueltas que le demos, hay tres puntos o conclusiones básicas de esa observación.
-Lo que nos sucede se debe en parte a los errores cometidos.
-Se debe también en parte a la conducta de los otros.
-Se debe a un cúmulo de circunstancias, aparentemente fortuitas, que ni un guerrero ni una persona normal pueden controlar. No está en su mano hacerlo.

La tercera: diseñar una estrategia.
-Si los errores han sido nuestros deberemos evitarlos. En buena parte se deben a falta de atención, o lo que es lo mismo, a un escasez de energía que nos impide emplearla en lo que estamos haciendo o en las tareas que nos hemos impuesto. Cuanta menos energía poseemos menos tareas podremos hacer y aunque sea solo una, no podremos dedicarle mucha atención. Como nuestra vida moderna nos exige llevar a cabo un cúmulo de tareas a lo largo del día, una persona muy baja de energía está vendida y será inevitable que cometa errores, algunos muy graves.

La estrategia no puede ser otra que ahorrar energía y recargarse en cuanto sea posible.
También los errores se cometen por seguir una forma de pensar que puede estar equivocada. Insistir en esa forma de pensar, a pesar de las veces que nos hemos roto la cabeza contra la pared, es inútil y estúpido. La estrategia exige repasar nuestras ideas, nuestra filosofía de la vida y cambiar.

-Si es la conducta de los demás la que nos crea problemas, deberemos analizar si esta conducta es inconsciente, si los otros actúan por puro egoísmo, por puro apego a la materialidad de las cosas y nosotros sufrimos las consecuencias como “daños colaterales”, lo mismo que ocurre cuando un ejército dice tirar una bomba contra una instalación militar y mueren civiles.

Frente a esta conducta la estrategia más ética y humana es hacerles ver a esas personas el daño que están haciendo, abrirles los ojos.

Si esa conducta es consciente y alguien pretende hacernos daño a sabiendas, estamos ante un enemigo. Deberemos analizar las razones por las que el otro nos ve como su enemigo.

La estrategia más humana y espiritual es convertir a nuestro enemigo en amigo. Es una maravillosa victoria en esa batalla. Pero como eso solo lo consiguen las grandes almas, deberemos conformarnos con diseñar una estrategia defensiva, de pura supervivencia.

Las normas del guerrero impecable en estos casos son claras: Nunca librar una batalla cuando no deseamos hacerlo; si es preciso librarla y hemos decidido hacerla, atraer al enemigo a nuestro terreno. Nuestro terreno son aquellas circunstancias que nos son favorables. Por ejemplo si nos manejamos mal en público y nuestro enemigo bien, lo razonable es evitar un enfrentamiento público y llevarlo al terreno privado, personal. Elegimos enfrentarnos con él a solas. Si su terreno favorable es la mentira y el nuestro la verdad, elegimos la verdad.

Y una vez que libramos la batalla debemos actuar como un guerrero impecable, haciendo lo que tenemos que hacer cuando hay que hacerlo y confiando en que el resultado sea favorable. Sobran las dudas, sobran los miedos, sobran las fantasías sobre hipotéticos futuros. Está en juego nuestra supervivencia y hemos elegido sobrevivir haciendo el menor daño posible. Si durante el transcurso de la batalla llegara un momento en que es preciso elegir entre nuestra supervivencia y la del otro, el guerrero no tiene dudas, él no ha elegido ser enemigo de nadie ni batallar, elige su propia supervivencia. Estas circunstancias, gracias a Dios, son muy escasas en la vida, tan escasas que algunas personas no se enfrentarán nunca a ellas. Pero puede ocurrir… puede ocurrir que un delincuente nos secuestre o intente matarnos para robarnos. Un guerrero impecable no tiene dudas. Su actuación es sagaz, impecable y de una dureza diamantina.

-Los problemas son causados por un cúmulo de circunstancias fortuitas sobre las que no tenemos control. Si la circunstancia es única y fortuita deberemos aceptar que vivimos en un mundo imprevisible e intentar salir lo mejor librados que podamos. Si son un cúmulo de circunstancias, entonces hay que plantearse que las fuerzas poderosas que controlan el universo están actuando de esa forma por algún motivo. Un guerrero impecable no cree en la suerte ni en la casualidad. Si las fuerzas poderosas nos están haciendo eso es por un motivo. Puede ser que nos estén dando una lección. No somos impecables, estamos haciendo daño al seguir nuestro egoísmo a ultranza, tenemos una filosofía de la vida que choca frontalmente con las leyes espirituales más básicas.

La estrategia no puede ser otra que la aceptación humilde de nuestro error y el cambio, pidiendo perdón.
A veces nos sentimos tentados a pactar con ellas. Es factible, pero muy, muy arriesgado. Es una especie de voto, algo muy común en el entorno en que viví mi infancia. Si un familiar, un ser querido, tiene una grave enfermedad, pactamos que si esas fuerzas (algunos creían incluso que era el propio Dios) nosotros daremos a cambio algo muy importante, incluso nuestra propia vida. Cuidado con esos pactos, porque las fuerzas poderosas no se andan con chiquitas, si realmente estamos dispuestos al pacto, puede que esas fuerzas cumplan su parte pero exijan el cumplimiento de nuestra promesa. Salvo que no haya otra opción que la desesperación, un guerrero impecable nunca pacta. Hace lo que tiene que hacer.

Existe un pacto espiritual de altísimos vuelos, solo al alcance de maestros espirituales. Se podría llamar Expiación o Redención. Se puede decir que el maestro Jesús pactó su muerte física a cambio de la redención de los seres humanos. Nosotros no podemos ni plantearlo, no estamos a suficiente altura espiritual.
Avanzamos un paso más. Una vez diseñada la estrategia, actuamos. Es aquí cuando entra en juego la máxima del guerrero impecable. Creemos que nuestra estrategia es la mejor y no dudamos, actuamos, con impecabilidad, hacemos lo que tenemos que hacer y punto. La esperanza en que las fuerzas poderosas nos sean favorables no se desdeña por un guerrero, que no se engaña pero tampoco cae en la desesperación.
Es una estrategia un poco complicada, pero asequible si seguimos los pasos y trabajamos en ello de forma constante. Ese será nuestro trabajo durante la semana que viene y seguiremos a lo largo del tiempo.
En cuanto a los experimentos para desarrollar la intuición, es conveniente convertirlos en algo rutinario, con el tiempo la intuición se habrá desarrollado y podremos confiar en ella.

En cuanto al trabajo con los sueños, esta semana he tenido un sueño en el que he visto mi cuerpo. He tenido éxito con la programación. Me he visto en una playa, en bañador, me he visto de cuerpo entero. Esto es posible porque en sueños no existe el tiempo y el espacio y podemos encontrarnos con nuestros “yoes” que están actuando en diferentes puntos del tiempo. El sueño era extraño, tomé nota de los detalles y analicé posibles mensajes. Ha quedado archivado. No deberéis forzar, una vez programado el subconsciente, solo hay que esperar. El éxito llegará en su momento, sin duda el más adecuado.

Como en todas las clases haremos unos sonidos vocales para prepararnos para la meditación. Como veis utilizo incienso para elevar las vibraciones del entorno. Los mantras que os pongo, de auténticos monjes tibetanos, están sacados de Internet. Podéis buscarlos y utilizarlos al meditar en casa, algo que deberías comenzar a hacer de forma más o menos habitual, una vez a la semana, cada quince días, al menos una vez al mes.
Hoy trabajaremos con el mantra ZOOOO un sonido para recuperarnos rápidamente del agotamiento. También el mantra OOOOOMMMM para elevar nuestras vibraciones.

MEDITACIÓN/EL PROFUNDO SENTIDO DE LA EXISTENCIA

Como hemos automatizado la relajación nos basta con adaptar la postura de relajación, respirar centrándonos en la respiración que es sosegada. Subimos desde la planta de los pies a la cabeza. Llegamos a la glándula pineal, en el centro.

Ya estamos otra vez ante la puerta luminosa. La cruzamos. Estamos en la llanura oscura. Creamos una pantalla luminosa, de cine y en ella visualizamos el valle entre montañas que hemos utilizado en otras meditaciones. Vamos a iniciar una serie de meditaciones en grupo. Sin olvidarnos de la meditación individual, centrada en el encuentro con nuestro yo interno y en alcanzar mayor sabiduría personal, ha llegado el momento de trabajar en grupo.

En el valle es noche profunda. Es la primera vez que estamos en él de noche. No vemos el verde, ni el bosque, los pájaros están dormidos, hay un profundo silencio. Alzamos la cabeza y vemos un cielo estrellado, maravilloso, casi podemos tocar las estrellas con las manos, es hermoso. A lo lejos vemos una luz que avanza. Es Milarepa, avanza hacia nosotros con un candil en el que hay una vela encendida. Nos saluda y nos invita a seguirle a la cabaña, a su escuela espiritual. Entramos elegimos nuestro lugar, ese lugar que inconscientemente sabemos es el más adecuado a nuestra energía y nos sentamos.

Milarepa toma la palabra:
Estamos convencidos de que nunca podremos desentrañar el profundo sentido de la existencia. No está a nuestro alcance, por eso ni lo intentamos. Recordad que hay un hilo luminoso que nos comunica con Dios. Podemos limpiar ese hilo y Dios podrá revelarnos sus secretos, cuando estemos preparados.
Tal vez hasta ahora hemos sido incapaces de atisbar el profundo sentido de la vida porque nos hemos centrado en la individualidad. Somos individuos y todo gira a nuestro alrededor. De esa manera surge la infelicidad y los problemas que no tienen solución. La solución individual no es posible en un universo que está diseñado para la totalidad.

Os invito a visualizaros como una célula. Imaginaos que sois una célula del intestino grueso. Estáis en contacto con los excrementos. Es un trabajo repugnante. Pensáis que os merecéis más, que esa no es vuestra misión en la vida. Habéis nacido ahí y todas las circunstancias han complotado para que no seáis otra cosa. Surge la rebelión, no os merecéis eso, vais a ascender hasta la cabeza, las neuronas son las que toman las decisiones, las que viven mejor, según vosotros. Nada os importa salvo vuestro camino hacia arriba.

Os desvinculáis del resto de células del intestino grueso y comenzáis a ascender. Para ello tenéis que enfrentaros a vuestras compañeras en el intestino y cada paso que dais es una nueva batalla. De pronto llegan los escuadrones de anticuerpos, dispuestos a terminar con vosotros. Os han confundido con un extraño, puesto que os comportáis como tales. No seguís las instrucciones de la cabeza, habéis roto con vuestras hermanas y estáis sembrando el caos. Habéis intentado que el resto de células olviden su programación, su misión, y se comporten como individuos que no tienen que dar cuenta a nadie.
Ha surgido una célula cancerosa, pronto surgirán más. El organismo no tiene alternativa. O acaba con el cáncer o el cáncer acaba con él. Se establece una lucha a muerte. Os olvidasteis de que formabais parte de un organismo, os creísteis individuos con derecho a todo, puesto que todo estaba a vuestro servicio. Si la vida fuera así, si el universo hubiera sido diseñado para la individualidad, puede que estuvierais en posesión de la verdad y todo os rindiera pleitesía, porque todo estaría hecho para vosotros.

Pero no es así. Vosotros no creasteis el universo, el universo os creó a vosotros. No sois islas en un mar infinito, no sois una estrella en el centro de la oscuridad infinita. Formáis parte de un plan, formáis parte de un organismo. El organismo es el universo y la cabeza es la Mente universal. Dios está ahí, observando y actuando, es el creador, el único que puede decidir. Los demás formamos parte de un plan.
Milarepa abre el techo y podemos ver el cielo estrellado.

Imaginaos que estáis creciendo, sois gigantes, seguís creciendo, ocupáis una gran parte del universo, sois dioses. Imaginaos que vuestro problema de mortalidad se termina, ahora sois inmortales. Imaginaos que todo está a vuestro alcance. Tenéis toda la Eternidad para hacer lo que gustéis.

¿Creéis que esa es la felicidad, que eso es todo a lo que podéis aspirar? Toda la Eternidad. Tenéis tiempo para esto, para aquello, os aburrís. Os habéis librado del dolor, pero no del aburrimiento. Todo lo que hacéis es para llenaros, todo es egoísmo. Os atiborráis de comida hasta reventar y sin embargo no tenéis hambre, ya no encontráis placer en nada de lo que hacéis.

La individualidad es una meta vacía, sin sentido. Es como una célula del intestino grueso que se desvincula del cuerpo y salta al vacío. Si pudiera convertirse en un dios, puede que le encontrara sentido, al menos de momento, pero no es así. Ha quedado sola en el vacío y la oscuridad. ¿Y ahora qué?
Existe un profundo misterio en la existencia. No sabemos cómo es Dios, ni conocemos sus profundos planes. Algo atisbamos, pero poco. Sin embargo hay algo que sí sabemos ahora, que formamos parte de un organismo, que estamos junto al excremento por algo, que el cuerpo funciona a la perfección cuando todas las células están donde deben estar y cumpliendo su misión. El cuerpo está sano, es vital y feliz.

La historia de la humanidad es la historia del sufrimiento. Guerras, masacres, violencia, sangre, torturas, violaciones. Millones de personas mueren de hambre, todo es una lucha perpetua por el poder, por estar arriba, en la cabeza. Vemos la televisión y las noticias son terroríficas. La guerra en Siria es demencial. Hay otras guerras de las que ni oímos hablar. Millones de personas mueren de hambre. Niños esclavos. Niñas violadas. Mujeres violadas y asesinadas. Crisis económica galopante. Corruptos que se llevan el dinero de los demás y luego hay que recortar. Esto parece un infierno, y tal vez lo sea.
Todo ello porque las células han olvidado su misión. Cada una va a lo suyo, quieren ascender a la cabeza, pensando que estar arriba es mejor. Para conseguirlo todo les vale. El poder, la dictadura, la corrupción, la mentira… masacran todo lo que pillan.

Se ha generado un cáncer en el organismo. Llegan los anticuerpos. Catástrofes climáticas, crisis económicas que se repiten y se repiten y se… Guerra y violencia, hambre e injusticia. El cáncer sigue avanzando. Pero nos olvidamos de que esto no es un cuerpo físico, esto es el universo. El universo es infinito, sus poderosas fuerzas son inimaginables. Podrían aplastarnos como a sapos. Las leyes cósmicas son inquebrantables, las leyes espirituales no pueden ser doblegadas. Dios es omnipotente y ha diseñado el universo así y puede mantenerlo y puede destruirlo.

¿Por qué no nos obliga a cumplir nuestra misión? ¿Por qué no obliga a la célula del intestino grueso a seguir ayudando a la evacuación? ¿Por qué no la cambia de sitio? ¿O tal vez ya lo ha hecho, o tal vez todos hemos pasado alguna vez por el intestino grueso, o tal vez en cada vida tenemos una misión distinta?
Nos ha dado la libertad. Formamos parte de un organismo pero somos libres. Podemos elegir la rebelión y el cáncer o podemos elegir nuestra misión, aquí y ahora.

El misterio no se ha desvelado, pero ahora lo comprendemos un poco mejor.

Milarepa sonríe. Toma velas de las estanterías y las enciende en la llama y las coloca sobre la mesa.
El maestro Jesús dijo que no se enciende una vela para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Dijo a sus discípulos que habían tenido hambre y no le habían dado de comer, sed y no le habían dado de beber…Y cuando ellos horrorizados, creyendo que deliraba, le preguntaron cuándo había ocurrido algo así, él respondió que cuando lo hicieron con un hermano con él lo hicieron.

Quien quiera ser vuestro maestro, que sea primero vuestro servidor, quien quiera ser vuestro jefe, que primero os sirva. Quien quiera llegar a lo más alto que primero se arrodille ante vosotros y os lave la mugre de vuestros pies, atrapada en el largo y doloroso camino.

Hasta ahora hemos meditado para encontrarnos con nuestro yo interno, para conocernos y curarnos. Ahora comenzamos a estar preparados para un trabajo común. Ahora que comprendemos que somos células, es preciso que comencemos a trabajar para el organismo.

Milarepa hace el saludo budista y nos despide.

Salimos a la noche, miramos las estrellas. Vamos en grupo, ya no somos células rebeldes. Visualizamos la pantalla, pasamos al otro lado, estamos en la llanura oscura. Atravesamos la puerta luminosa… y ya estamos en nuestros cuerpos. Es cierto, somos individuos, cada uno tiene su cuerpo. Pero no olvidemos la profunda lección sobre el sentido de la existencia. Hay un plano, el plano espiritual, donde todos estamos conectados, somos células de un solo organismo. En ese plano podemos comenzar a trabajar, a hacer algo por los demás. Podemos trabajar en sueños, podemos trabajar a través de la meditación. Nuestra misión es pequeñita, pero imprescindible. A veces nos sentiremos como células del intestino grueso, en contacto constante con el excremento. Pero ahora sabemos que eso no es malo, es nuestra misión aquí y ahora. No sabemos lo que os espera, pero sin duda será algo maravilloso.

Movemos los dedos de los pies, los dedos de las manos, sentimos el peso del cuerpo. Abrimos los ojos. Estamos aquí y ahora. Nos ponemos en pie. Estiramos piernas y brazos, recuperamos la energía en el cuerpo.

Saludo budista.
QUE LA PAZ PROFUNDA ESTÉ CON VOSOTROS.





Curso de yoga mental IX

5 06 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL

CLASE IX

Saludo budista.

Es importante que la recapitulación semanal se convierta en una rutina para nosotros. A veces el simple hecho de expresar en voz alta cómo nos sentimos, nos ayuda a ser conscientes de por dónde anda nuestra patología, si se ha ido a dar un paseo y nos deja en paz por un tiempo o sigue cargada a nuestra espalda, pesando cada día más. Cuando se termine el cursillo deberéis hacer las recapitulaciones semanales y comentar con algún ser querido de confianza cómo os habéis sentido a lo largo de la semana.

Es importante saber darse algún placer de vez en cuando. Los enfermos mentales sufrimos verdaderos “boquetes” en el cuerpo energético, hablando metafóricamente y tal vez no tan metafóricamente. El sufrimiento continuo nos agota, es conveniente encontrar algún momento para viajar a un lugar que nos guste especialmente, en mi caso es la montaña, otros pueden preferir la playa o viajar fuera de España… Podemos comprarnos un libro de un autor con el que hemos disfrutado mucho, o escuchar una bella música o comprarnos unas plantas para nuestra casa… No debemos sentir ningún remordimiento por compensar con algún placer el sufrimiento constante que genera nuestra enfermedad. Podemos salir a cenar un plato especial a un restaurante o cocinar en casa…

En cuanto a los sueños pueden ser también una diversión al tiempo que ejercicio mental muy interesante e instructivo. Podemos programarnos para tener sueños sobre temas concretos o buscando respuestas concretas a nuestras preguntas. Ese era el deber de la semana pasada. Como “deberes” para la siguiente semana os propongo, al tiempo que podéis seguir con los sueños, buscando vuestras manos en el sueño, por ejemplo, lo siguiente: Vamos a comenzar a trabajar para desarrollar la intuición, para ello podemos elegir diversos ejercicios según nuestros gustos, por ejemplo podemos intentar intuir quién nos llama al móvil, antes de mirar el número, podemos intuir los números de la lotería o las quinielas, si nos gustan estos juegos, o podemos buscar una plaza de aparcamiento dejándonos llevar por la intuición.

La intuición es una forma de conocimiento muy despreciada, considerada como algo supersticiosa, cuando alguien acierta algo por pura intuición se le suele decir que tuvo suerte. Es una forma de conocer directa, en lugar de razonar a través de los datos que poseemos, para llegar a una conclusión, el conocimiento nos llega directamente, como un sentimiento o una certeza.

En cuanto a los ejercicios de energetización os aconsejo que los hagáis en casa, aquí tenemos poco tiempo porque, cada vez más, nos vamos a dedicar a la meditación.

Hoy vamos a trabajar con el mantra AAAAUUUUMMM y tras una relajación rápida (ya estamos en condiciones de automatizarla) entraremos en la meditación propuesta para hoy.

MEDITACIÓN/ LA TEORÍA DE LA VINCULACIÓN

Hemos llegado como siempre a la puerta luminosa, en la glándula pineal, pasamos al otro lado, la llanura oscura, formamos una pantalla luminosa y visualizamos el valle donde hemos estado en otras meditaciones. Pasamos y estamos allí. Hoy vamos a trabajar en grupo, algo que haremos cada vez con más frecuencia. Cuando meditéis solos deberéis escoger vuestro propio lugar, una playa, un acantilado sobre el mar, el paisaje que más os guste y os conmueva.

Seguimos el valle, disfrutamos del verde de la hierba, disfrutamos del trino de los pájaros, del rumor del riachuelo, de la brisa en los árboles. Vemos acercarse a Milarepa, un monje budista, joven, lleva túnica azafranada, va descalzo y tiene el cráneo rapado. Nos sonríe, nos saluda y nos invita a su escuela espiritual en una gran cabaña, junto al bosque.
Entramos todos y escogemos nuestro lugar favorito. Cada uno tiene el suyo, su lugar de poder como diría Castaneda, un lugar donde nuestra energía se siente más a gusto y más armonizada. Por ejemplo en las reuniones familiares cada miembro de la familia tiene ya su lugar que los demás respetan, es su lugar de poder.

Milarepa nos quiere hoy hablar sobre la vinculación. Para ello nos da unas gafas especiales que permiten ver la energía. Nos pide que miremos nuestro ombligo. Lo hacemos y vemos un hilo luminoso que sale de nuestro ombligo. Lo seguimos y vemos que llega hasta nuestro cuerpo físico. Está conectado con nuestro ombligo físico. Es el cordón de luz. Estamos meditando, fuera de nuestro cuerpo físico, lo que está aquí es nuestro yo interno, nuestro cuerpo de luz.

Vemos cómo salen numerosos hilos de nuestro cuerpo de luz. Seguimos el más luminoso, el más grueso, de pronto aparece un rostro… es el rostro de nuestra madre. El hilo más luminoso que nos vincula a otra persona es el que nos une a nuestras madres. Hemos estado nueve meses en su vientre, siendo alimentados por el cordón umbilical. Este hilo es un remedo espiritual, energético de ese cordón de carne.
Milarepa nos pide que sigamos otros hilos que nos llevan hasta nuestros seres queridos. Observamos asombrados cómo estamos conectados con todos los seres humanos a través de este laberinto, de esta tela de araña de hilos luminosos. Esa vinculación es la que nos hace empáticos y solidarios con otros seres humanos, la que nos permite ponernos en su piel, respetarlos, amarlos. Sin este vínculo los demás serían para nosotros como piedras del camino a las que pateamos sin la menor consideración. Cuando este hilo o vínculo se ha obstruido totalmente o desconectado nos encontramos ante un asesino en serie, capaz de segar la vida de sus hermanos como si fuera hierba del campo, con absoluta frialdad, sin el menor remordimiento. Esta desvinculación es la que genera las guerras, los genocidios, la tortura, la violación, la que permite que sigan existiendo hermanos que se mueren de hambre en una sociedad donde se tira la comida.

Estos hilos luminosos vinculantes deben ser trabajados para que pueda fluir por ellos la comunicación energética, el pensamiento, las emociones, los sentimientos, la espiritualidad más elevada. Cuando dejamos que se obstruyan y no los cuidamos se producen esos terribles desencuentros con otras personas que una vez fueron nuestros seres queridos o nuestras parejas.

La obstrucción o ruptura de estos hilos luminosos produce a veces terribles consecuencias. Si nos separamos de nuestra pareja pero mantenemos ese hilo, en forma de amistad, de respeto, la sensación de vacío, de pérdida no es tan profunda y desesperante. Los asesinatos en la violencia de género provienen de ahí, de una ruptura brusca y drástica del vínculo luminoso que crea un tal vacío en quien se mentalizó de que la otra persona era “suya” que llega al asesinato y al suicidio.

El trabajo con estos hilos consiste en recorrerlos con nuestra energía, en estado de meditación o en los sueños. Incluso reforzando los sentimientos hacia la otra persona que está al otro lado del vínculo, con pensamientos, sentimientos, acciones de amistad, fraternidad y amor, conseguimos que el vínculo se desatasque, que aumente su luz y su densidad.

Vamos a reflexionar un poco sobre lo que supone la vinculación que tenemos con todas las personas, y no solo con ellas, también estamos vinculados a los animales, a las plantes, a los paisajes, al universo entero. Los animales domésticos son una excelente terapia especialmente para nosotros, los enfermos mentales, son muy receptivos a nuestra energía y la transmiten sin problemas.

Hay muchos motivos para la esperanza. Veamos algunos:

-Nuestros seres queridos no desaparecen para siempre al morir. Seguimos vinculados con ellos a través de ese hilo de luz. Pueden acudir a nosotros, especialmente en sueños, o a través de nuestra mente en estado de meditación. Para ello reciben el permiso de los maestros espirituales ya que ellos están en otra dimensión y el contacto con nosotros solo es posible cuando los guardianes dimensionales, podemos llamarles así, lo permite.

-Aunque nuestros seres queridos estén separados de nosotros por una gran distancia física siempre existirá contacto a través de ese hilo de luz. Por eso muchas madres saben cuándo les ocurre algo a sus hijos, que están a mucha distancia, por ejemplo.

-Estamos conectados con todos los seres humanos, no estamos solos, no somos islas. Solo hay que trabajar esos vínculos.

-Estamos conectados con los maestros espirituales de quienes podemos recibir ayuda.

-Estamos conectados con el mismo Dios, con la Divinidad. Esos hilos que nos unen a él, tan finísimos que apenas podemos percibirlos, son los que nos mantienen en la existencia. Si Dios cortara esos hilos, regresaríamos a la nada. Dios está a nuestro alcance, solo hay que trabajar ese vínculo y notaremos su presencia como la de un bondadoso padre.

Es cierto que como ocurre con todo en la vida, existe el ying y el yang, la noche y el día…Estar conectados también tiene un problema, digámoslo así. Podemos recibir cosas malas y de muchas personas. Es por ello que necesitamos saber filtrar, saber bloquear nuestra mente para que solo pase a través del vínculo lo positivo. Al ampliar la consciencia también ampliamos la posibilidad de entrar en contacto con la parte oscura, del universo, o si prefieren la terminología de la Guerra de las galaxias, el reverso de la fuerza, la parte oscura.

Hoy hemos aprendido algo muy importante, extremadamente importante, saber que estamos vinculados con todo, que no somos islas que se mueven a la deriva buscando un camino personal, individual, cambiará nuestras vidas. Por hoy ya es suficiente. Milarepa recoge nuestras gafas. Volvemos a ver como antes. Nos hace el saludo budista, nos sonríe y nos despide.

Salimos en grupo, desde ahora caminaremos juntos, nos espera una misión en común. En la próxima meditación nos plantearemos el profundo sentido de la vida y de esta forma descubriremos nuestra misión, una misión conjunta. Nos queda un largo camino.

Regresamos por el hermoso valle. Visualizamos la pantalla de luz y la atravesamos. Estamos en la llanura oscura. Vemos la puerta de luz por la que entramos. La atravesamos. Estamos en nuestros cuerpos, cada uno en el suyo. Volvemos a ponernos la venda en los ojos, el velo de Maya, que nos hace vernos como individuos aislados. Sentimos el peso del cuerpo, movemos los dedos de los pies, de las manos. Movemos la cabeza a los lados. Abrimos poco a poco los ojos. Estamos aquí y ahora. Cuando nos sentimos con ganas nos ponemos en pie.

Hacemos los ejercicios de equilibrio energético en movimiento. Nuestros cuerpos recuperan la energía que hemos concentrado en el viaje, en la meditación. Seguimos el viaje en el tiempo, hacia el futuro, pero ahora sabemos más que antes, hemos desentrañado algunos misterios, nos esperan otros. El viaje en el tiempo es muy largo, solo entrando en la Eternidad dejaremos de dar vueltas y vueltas en la rueda del Karma.

Saludo budista.
Que la paz profunda esté con todos vosotros.





Cursillo de yoga mental VIII

2 06 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL

CLASE NÚMERO VIII

Saludo budista.

Como al comienzo de todas las clases vamos a hacer una recapitulación de lo que ha sido la semana y cómo nos ha ido con los ejercicios. La meta de este cursillo es conseguir que todos los participantes lleguen a practicar por su cuenta todas las técnicas de yoga mental, sin necesidad de guía. Esa posibilidad es ideal y más aún tener a nuestra disposición a un auténtico maestro de yoga, pero como eso no va a ser posible intentaremos automatizar todo lo que hacemos en las clases para que con el tiempo podamos practicarlo nosotros mismos sin necesidad de guía.

El chamán don Juan Mathus, en los libros de Carlos Castaneda, le explica que el ser humano nace a este mundo con una cantidad limitada de energía, algo así como con una batería rellena de electricidad. Ya nunca tendremos más energía que al comienzo de nuestra vida, todo serán pérdidas y las recuperaciones solo son posibles con mucho trabajo y nunca llegan a rellenar esa batería al completo. Es por ello que necesitamos ser muy ahorrativos con nuestra energía. No deberemos derrocharla nunca, por ningún motivo, la emplearemos cuando sea necesario y en las cantidades imprescindibles. Lo mismo que hacemos con las baterías del móvil o del ordenador, es preciso cargarlas cada cierto tiempo, pero al contrario que hacemos con esas baterías, es decir, esperar a que estén completamente vacías para rellenarlas de nuevo, la batería de nuestra energía vital nunca deberá estar completamente vacía o estaremos muertos. Lo ideal es recargarla cada vez que empleamos energía, aunque sea en cantidades mínimas.

La forma de recarga la tenéis en las fotocopias que os pasé. El cuerpo físico se recarga con la comida y la bebida, fundamentalmente; nuestro cuerpo psíquico puede recargarse de muy diversas maneras, el contacto con la naturaleza, la audición de una maravillosa obra musical, la creatividad de nuestra mente… y sobre todo con la práctica del yoga mental y especialmente de la meditación.

Los ejercicios de energetización son fundamentales, deberéis practicarlos en casa siempre que podáis. Os llevará un tiempo memorizarlos y automatizarlos. Lo ideal es que al cabo de unos meses os los conozcáis de memoria y los practiquéis durante unos quince minutos diarios. Si no es posible, por lo menos un par de veces a la semana, al menos durante el fin de semana.

La relajación debería ser ya automática a estas alturas. El mecanismo es sencillo y fácil de aprender. Solo necesitáis práctica, hay que insistir, lo mismo que un bebé no aprende a andar a la primera, nosotros necesitaremos mucha práctica hasta llegar a dominar la relajación en cualquier lugar y circunstancia.
Los mantras los acabaréis conociendo y su práctica, especialmente en la bañera, ayudará mucho al desarrollo de vuestras mentes. En cuanto a la respiración es un tema delicado, sin un maestro lo único que podemos hacer es practicar los ejercicios más simples hasta que lleguemos a respirar bien, es decir con el diafragma.

Hoy nos saltaremos estas etapas habituales en nuestras clases y nos concentraremos en la meditación, que versará sobre el mundo de los sueños. Para ello nos prepararemos como siempre con el mantra EEEEIIIIMMM que ayuda a la relajación y al sueño.

Ahora nos prepararemos con dos ejercicios muy buenos para dormir y que podéis utilizar cuando sufráis de insomnio. El primero ya lo conocéis, se trata de los ejercicios de equilibrio energético estático. Es decir cuando estéis en la cama movéis la mitad de vuestro cuerpo, la izquierda, de una manera y la derecha de otra, y luego cambiáis. Por ejemplo, doblar la rodilla izquierda y mantener estirada la derecha, la palma de la mano derecha, pegada al suelo con la palma hacia arriba. Luego al revés.
Ahora vamos a realizar un ejercicio nuevo, se trata de la técnica del bostezo artificial. En la sociedad occidental se considera de mala educación bostezar en público, no obstante el bostezo es una maravillosa técnica que nos proporciona el cuerpo para forzarnos a dormir cuando lo necesitamos y no podemos por estar ocupados o por padecer insomnio.

Vamos a abrir la boca y emitir el sonido típico del bostezo. Podemos estirar también los brazos como hacemos cuando bostezamos. Primero lo forzamos artificialmente y poco a poco se convertirá en algo natural. Bostezar en público ayuda mucho, por contagio. Podéis seguir bostezando mientras yo os guío en la relajación.

Es rápida, puesto que ya la dominamos , y al llegar a la glándula pineal, en el centro de la cabeza, visualizamos como siempre la puerta de luz o el rectángulo luminoso. Pero en lugar de pasar a través de ella como hacemos siempre, es decir, erguidos, hoy nos vamos a visualizar en nuestros lechos, estamos en horizontal, con las piernas ligeramente abiertas y las manos a los costados sin tocar el cuerpo. Nos visualizamos levitando ligeramente y atravesamos la puerta en horizontal, primero con los pies y luego con el resto del cuerpo.

Una vez al otro lado ya estamos en la llanura oscura que conocemos muy bien de otras meditaciones. Pero hoy, en lugar de crear una pantalla luminosa y dibujar el lugar donde nos vamos a trasladar, lo que hacemos es quedarnos ahí, como si estuviéramos dormidos, en horizontal. Al dormir el cuerpo astral se despega ligeramente del cuerpo físico y permanece un poco por encima de él. El viaje nos da miedo por lo que procuramos dormir muy pegados a nuestro cuerpo físico. No obstante como ya hemos visto que la mente odia el vacío, “horror vacui”, incluso en el sueño intenta llenarlo con imágenes. Son escenas de nuestra vida en estado de vigilia, durante el día. Las proyectamos como en una pantalla de televisión y las vamos viendo. Esa sería la primera fase del sueño, la proyección mental de nuestra mente sobre las escenas vividas a lo largo del día. Esta mezcla de escenas, como una especie de cóctel, hace que el sueño nos resulte bastante confuso.

Ahora entramos en la segunda fase, cansados de repasar las escenas diarias, elevamos ligeramente la cabeza y vemos en la llanura oscura algo que no habíamos visto en las meditaciones hasta ahora: una lucecita a lo lejos. La curiosidad nos impulsa a movernos, a acercarnos, pero como sabemos, en esta dimensión no hay espacio ni tiempo, basta con pensar algo y allí estamos. Al desear aproximarnos a la luz lo hemos hecho casi sin darnos cuenta. Estamos cerca de la luz y la curiosidad aumenta. Nos acercamos aún más y entonces notamos cómo hemos sido atrapados por un círculo de energía. Al mirar esa luz nos damos cuenta de que es otro durmiente, es el cuerpo de luz de otro durmiente que está flotando por encima de su cuerpo físico. Al mirar vemos que es transparente, y al fondo está su cuerpo físico, incluso podemos percibir la habitación donde duerme.

Nos sentimos curiosos y nos dejamos llevar. El otro durmiente está repasando sus escenas diarias y nosotros nos identificamos con ellas y con el durmiente. Es como si tuviéramos una doble personalidad, por un lado somos nosotros y nuestros recuerdos, y por el otro somos otra persona con otros recuerdos. Esta dicotomía es muy normal en el sueño y hasta ahora no hemos sabido explicarla.

Aunque siempre creímos que los sueños eran individuales, que no se podían compartir, hoy estamos viendo que eso es, no solo posible, sino incluso frecuente. Los sueños compartidos suelen serle a menudo con personas cercanas, con las que estamos vinculados afectivamente, pero también se pueden producir con cualquier otra persona, aunque es menos frecuente.

Al repasar sus escenas diarias el otro revive un momento duro, dramático, agresivo o muy molesto. Como nosotros lo estamos viviendo como si fuéramos él, nos sentimos tan afectados. Sin saberlo estamos entrando en una pesadilla. La mayoría de las pesadillas tienen esta base: el sueño desagradable o dramático compartido con otro durmiente. Llega un momento en que nos sentimos mal y deseamos salir de allí.

Entonces pueden suceder dos cosas: la orden al subconsciente de que nos saque de allí hace que nos despertemos bruscamente. Ya sabemos lo que ocurre. ¡Qué pesadilla tan horrible! Nos levantamos, bebemos agua e intentamos seguir durmiendo. Es posible que no lo consigamos y suframos una noche de insomnio.
La otra posibilidad es que sigamos con el sueño pero atrapemos un intenso recuerdo propio. De esta manera nos libramos del sueño compartido al introducir en él una escena personal y con la que estamos muy conectados.

Nos hemos librado de la pesadilla. Pero como hoy necesitamos explorar todas las posibilidades del sueño, vamos a hacerlo. Pensamos en escenas más alejadas de nuestro presente. Nos damos cuenta de que en sueños podemos retroceder en el tiempo cuanto queramos, incluso podemos llegar a la infancia. Aunque los sueños regresivos a la infancia no son muy frecuentes, ocurren a veces y se puede viajar hacia atrás en el tiempo sin dificultad.

En cambio hacia delante es más complicado, porque nos produce miedo, incluso terror. Por eso los sueños hacia el futuro se suelen limitar al día siguiente. Nos aventuramos a explorar qué nos puede suceder al despertar. De ahí que la mayoría de sueños premonitorios sean sobre un periodo corto de tiempo. El miedo hace que regresemos al presente.

En el sueño no hay barreras espacio-temporales, o son tan sutiles e invisibles que las atravesamos casi sin darnos cuenta. Hemos aprendido que en sueños se puede viajar hacia el pasado o hacia el futuro. Pero solo cuando el sueño se haga lúcido, consciente, y consigamos recordarlo al despertar, tendrá alguna influencia en nuestra vida. El viaje hacia el futuro puede ser muy traumático, de ahí que solo los más avezados en sueños, a los que podríamos llamar “Los caminantes de sueños” como en la novela La rueda del tiempo de Robert Jordan, se atrevan a realizar estos viajes. Aunque hay muchas perspectivas sobre los sueños, por ejemplo ciertas ramas del budismo desprecian el mundo onírico, otras le dan importancia y aun cuando los maestros espirituales no estén muy interesados en lo que nos sucede en sueños, la verdad es que nada de lo que nos ayude a evolucionar espiritualmente debería ser desaprovechado, y los sueños pueden ayudarnos.

En sueños nos recargamos de energía, de “vitatrones” como los llama Yogananda. Es una buena forma de recarga energética, no tan buena como la meditación, pero sí interesante. Pero además podemos entrar en el sueño profundo, una especie de nirvana inconsciente y esto ya son palabras mayores.

Para entrar en el sueño profundo desatendemos la curiosidad que nos genera la posibilidad de seguir explorando la llanura oscura y nos elevamos hacia lo alto. Levitamos y nos sentimos muy ligeros. Conforme vamos ascendiendo nuestro cuerpo astral va vibrando de forma más elevada. Al hacerlo vamos perdiendo el contacto con nuestra mente más baja, con nuestro psiquismo más bajo, y de esta manera entramos en una dimensión superior. En las dimensiones espirituales encontraremos a maestros espirituales con los que hablar y a criaturas espirituales que no poseen cuerpo físico. Esto sí nos ayudará mucho a evolucionar espiritualmente. Lo que ocurre es que al despertar no recordaremos nada. Las vibraciones son tan diferentes que resulta muy complicado establecer un puente. Pero no obstante ello sabremos que hemos estado en un sueño profundo porque al despertar, aunque no recordemos nada estaremos muy alegres, profundamente felices, vitales, ligeros, sin saber cómo tenemos respuestas para problemas que considerábamos insolubles. Cuando hemos estado en un sueño profundo sus efectos no pueden pasarnos desapercibidos.

Regresamos volvéis a escuchar mi voz, estáis en la llanura oscura de nuevo. Por hoy ya hemos explorado lo suficiente. Hemos aprendido que el mundo de los sueños es más misterioso y apasionante de lo que pensábamos. Ahora vamos a despertarnos. Para ello nos dejamos caer con mucha suavidad sobre nuestro cuerpo físico. Nos situamos encima, en horizontal y poco a poco vamos descendiendo. Es el momento más importante. Es ese instante de duermevela en el que no estamos dormidos ni despiertos. Si entramos con demasiada brusquedad en el cuerpo físico no recordaremos nada del sueño. Por eso lo vamos a hacer muy pausadamente, y mientras lo hacemos vamos a utilizar una técnica para memorizar el sueño. Hoy elegiremos solo uno y nos daremos las siguientes claves: lugar del sueño, una palabra, por ejemplo, montaña; persona con la que hemos estado en el sueño, nombre; tema del sueño, por ejemplo puesta de sol.

Al despertar, una vez que el cuerpo astral se ha introducido en el cuerpo físico, y una vez que en esa duermevela hemos memorizado lo esencial del sueño: lugar, persona, tema, nos despertamos del todo y anotamos en el cuaderno o libreta que por la noche dejamos en la mesita de noche. Primero anotamos esos tres extremos y luego los vamos rellenando con los detalles que recordemos. Incluso a lo largo del día podemos recordar más detalles y anotarlos.

Y ahora como siempre sentís el peso del cuerpo, movéis los dedos de los pies, de las manos, movéis los pies, abrís los ojos y cuando os sintáis preparados os ponéis de pie.

Para la semana que viene el ejercicio será recordar y anotar al menos un sueño.
Y por hoy daremos por finalizada la clase.

Saludo budista
QUE LA PAZ PROFUNDA SEA CON VOSOTROS





CURSILLO DE YOGA MENTAL VII

22 05 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL


CLASE VII

Saludo budista.

Como al comienzo de todas las clases vamos a hacer una recapitulación de lo que ha sido la semana. Sin obsesionarnos pero es preciso automatizar la autoobservación. Es preciso que conozcamos los síntomas que preceden a nuestras crisis. Cada enfermo es distinto, el síntoma que vale para uno no afecta al otro.

Como hoy tenemos mucha materia, vamos a dejar el resumen de los ejercicios de energetización. Aunque aquí hagamos un pequeño calentamiento son para practicar en casa y a ser posible todos los días.

DEBERES PARA LA SEMANA PRÓXIMA

Ya os había comentado que íbamos a iniciar un trabajo especial con escenificaciones teatrales. Os voy a proponer una técnica chamánica que le enseña don Juan Mathus a Carlos Castaneda, se llama borrar el pasado, aunque yo la denomino “La cárcel de papel”. La voy a hacer yo y vosotros tenéis que hacerla en casa. Elegid un lugar amplio y retirar los muebles, podéis poner un poco de música para crear ambiente.

Cerrad los ojos. Os vais a visualizar en una celda de una cárcel. Estáis en el centro de la diminuta celda. Solo podéis dar dos pasos al frente y dos hacia atrás y hacia los costados.

Camino dos pasos al frente y extiendo las manos en un gesto de mimo. Ya sabéis que el mimo es un actor que se viste de negro y se empolva la cara de blanco. Es típico su gesto de tocar una pared o abrir una puerta. Palmas de las manos extendidas y las movéis en el aire. Estáis tocando una pared de piedra, infranqueable. No podéis ir más allá, retrocedéis dos pasos y regresáis al centro.

Lo mismo hacia la izquierda, miráis hacia ese punto cardinal, extendéis los brazos en el mismo gesto. De nuevo otra pared infranqueable os impide pasar.

Lo mismo hacia la derecha. Luego hacia atrás. Regresáis al centro y os quedáis quietos.

Estáis en una cárcel, sois reclusos, vuestra celda es diminuta. Las paredes están hechas con recuerdos de vuestro pasado que han calado en vuestro subconsciente y han formado una sólida pared. En mi caso el recuerdo que ha creado la pared más sólida fueron los años en los que sufrí graves depresiones. En mi entorno me calificaban de “loco”. Eso caló en mi subconsciente y creó una pared muy sólida, infranqueable. Más allá de ella no podía dar un paso, siempre regresaba al centro de mi celda. Cada uno tiene sus propios recuerdos, tal vez en la escuela el maestro os llamó tontos y los niños se rieron, sin ser consciente de ellos creasteis esa pared.
Vamos a borrar el pasado, vamos a salir de nuestra cárcel de papel para ser libres.

En la obra de Antonio Buero Vallejo, el gran dramaturgo español, La Fundación, un recluso que ha sufrido un gran trauma porque como consecuencia de su debilidad ante la tortura se ha chivado de sus compañeros y se ha producido un severo castigo de algunos reclusos, cree residir en una fantástica residencia para gente especial. Su mente le hace ver lo que no existe. Habitaciones muy bien decoradas, grandes ventanales, un lugar magnífico para vivir. Conforme avanza la obra van desapareciendo sillones, un ventanal, la pared pintada de azul se convierte en una pared vieja y desconchada. Finalmente recobra la razón y comprende que vive en una cárcel y recuerda todo lo ocurrido.

Nosotros vamos a hacer lo mismo, solo que al revés. Nos imaginamos en una cárcel de verdad y luego descubrimos que las paredes son de papel, que solo estamos recluidos porque queremos.

Con los ojos cerrados visualizamos las paredes, el techo, los barrotes como si fueran de papel, juntando periódicos donde se habla de aquellos recuerdos que marcaron nuestra vida y nos hicieron reclusos, vamos a borrar ese pasado y a destruir esa cárcel.
Avanzamos al frente, dos pasos, adoptamos la postura clásica en las artes marciales y con determinación lanzamos el puño derecho hacia delante, al tiempo que utilizamos el típico grito. Hemos hecho un gran agujero en la pared de papel. Palpamos con las palmas de las manos, como un mimo, y vemos que efectivamente la pared era de papel. Nos damos la satisfacción de hacer lo que siempre quisimos hacer: damos un paso atrás y embestimos con la cabeza, hemos derribado la pared de papel.

Salimos de la celda, recorremos la cárcel derribando todas las paredes de papel. Salimos al exterior. Estamos en una llanura desierta. Miramos hacia arriba, vemos el cielo azul, extendemos la vista hacia el horizonte. SOMOS LIBRES.

Nos embarga una gran alegría, una gran plenitud. Damos un saltito y exclamamos: ¡HURRA! Incluso nos permitimos dar una zapatiesta en el aire y exultantes corremos y gritamos: SOY LIBRE, SOY LIBRE.
Estábamos recluidos en una cárcel de papel creada por nuestra mente. Ahora somos libres y hemos borrado el pasado, podemos empezar de cero, con una nueva personalidad. Es importante que todos hagáis este ejercicio, que saquéis un poco de tiempo. Nuestro subconsciente asimila muy bien las imágenes y las escenificaciones, mejor que las palabras y los conceptos. Con el tiempo irá calando y se convertirá en una realidad para nosotros.

De nuevo hacemos los mantras. Hoy vamos a utilizar MEEEIIII que eleva nuestras vibraciones hasta un nivel espiritual.

Nos tumbamos, antes de hacer la relajación vamos a practicar pranayama, una respiración profunda que no habíamos hecho hasta ahora. Inspiráis, retenéis el aliento contando mentalmente hasta 10. Expiráis con suavidad y luego acompasáis la respiración inspirando y expirando hasta retomar el ritmo. Lo hacemos otras dos veces.
Hoy vamos a hacer una relajación rápida. Ya hemos automatizado la técnica y nos resulta más sencillo relajarnos. No voy a repetir lo que ya aparece en otros resúmenes de estas clases.

MEDITACIÓN-EL ARTE DE LA CREACIÓN MENTAL
Os remito a las tres partes que ya tengo subidas al blog sobre el arte de la creación mental. Os pongo aquí los enlaces.

https://guerreroimpecable.wordpress.com/2013/04/05/el-arte-de-la-creacion-mental-y-iii/

Quiero que comencéis a pensar en hacer meditaciones sin mi guía. Tenéis que automatizar los pasos y las etapas de la meditación. Recordar bien las etapas.
-Una vez hecha la relajación estáis en el centro de la cabeza, en la glándula pineal. Abrís una puerta de luz, un rectángulo luminoso, pasáis al otro lado.
-Estáis en la llanura oscura. Aquí no podéis permanecer mucho tiempo. Enseguida surgen los monstruos: el miedo, el terror, la angustia, la duda… Recordad que en esta dimensión no existe tiempo ni espacio, por lo tanto cualquier pensamiento os llevará al lugar y con las personas en las que estáis pensando.
-Visualizáis la pantalla de cine, un gran rectángulo luminoso. Poco a poco tenéis que ir buscando y escogiendo vuestro propio lugar de poder, un lugar donde os sintáis a gusto, repleto de energía. Hasta que lo consigáis yo os voy a llevar al mío. Es un valle muy hermoso, entre altas montañas. Hay hierba verde y fresca, hay un bosque cercano, sopla una suave brisa que mueve las hojas, un arroyuelo cercano de aguas frescas nos hace llegar ese maravilloso rumor del agua.
-Hoy meditamos todos juntos. Vamos caminando y de pronto vemos a lo lejos a un joven monje budista, la túnica azafranada, la cabeza rapada, los pies descalzos. Nos saluda y nos invita a su escuela espiritualista, una gran cabaña de madera.
-Escogemos allí nuestro lugar y escuchamos su voz que nos enseña técnicas mentales.
-Nos pide que pintemos un cuadro con el pincel de nuestra mente, en él colocamos la escena que deseamos, los colores que nos gustan. Vamos a expresar un deseo para nuestro futuro, para nuestras vidas. Cuando terminamos el cuadro ponemos una frase expresa. Estamos deseando no solo nuestro bien sino el de toda la humanidad, también el de nuestros hermanos. Si el deseo es absolutamente egoísta y solo nosotros vamos a salir beneficiados o si otras personas van a salir perjudicadas gravemente el deseo será rechazado por la Mente universal. Esta mente es al universo lo que nuestra mente es a nuestro cuerpo. No es exactamente Dios, éste está detrás, la mente universal también es una creación suya. El odio, la venganza, el egoísmo a ultranza, son rechazados por la mente universal que está programada para alcanzar el bien de todos, no de unos pocos y menos solo de nosotros. Un padre no entrega toda su herencia a uno de sus hijos y al resto los sacrifica en el altar de los sacrificios, quiere el bien para todos.
-Vemos cómo Milarepa nos entrega unos globos, atamos el cuadro a los globos y los soltamos. Hay un gran agujero en el techo de la cabaña por donde los globos van saliendo. Ascienden lenta y solemnemente. Ya hemos expresado nuestro deseo. Ahora solo nos queda esperar que sea aceptado.
-Milarepa nos despide y nos invita a regresar allí cuando necesitemos de su ayuda. Caminamos por el valle y atravesamos la pantalla que utilizamos para llegar allí. Estamos en la llanura oscura. Atravesamos la puerta y ya estamos en nuestro cuerpo. Despertamos como hacemos siempre.
Bien, hemos terminado por hoy. Recordar la práctica del ejercicio de borrar el pasado.
Saludo budista.
QUE LA PAZ PROFUNDA ESTÉ CON VOSOTROS





CURSILLO DE YOGA VI

15 05 2013

CURSILLO DE YOGA MENTAL

CLASE VI


Un saludo budista.
Hoy hago un especial saludo al compañero que regresa como un guerrero impecable tras su batalla en solitario. Todos los guerreros impecables libramos nuestras batallas en solitario, antes o después podemos encontrar apoyo y comprensión en nuestros hermanos, pero durante la batalla siempre estaremos solos.
Si todo el mundo merece un gran respeto por tener en su interior la chispa divina o alma, un guerrero impecable que regresa de la batalla, malherido y triste, merece nuestro máximo respeto y cariño.
Saludo budista especial.

Como hacemos siempre al comienzo de cada clase vamos a repasar, a recapitular lo que ha sido nuestra semana. Hoy quiero centrarme en los problemas reales. Los enfermos mentales estamos acostumbrados a enfrentarnos con la patología de nuestra enfermedad, con problemas que creemos son siempre “mentales”, producto de nuestra mente y de nuestra imaginación. En realidad tenemos tantos problemas “reales” como mentales, solo que en nuestro caso los problemas reales exigen una respuesta que consideramos no estamos preparados para dar. Además de tener que enfrentarnos con el problema, además de vernos obligados a tomar decisiones, deberemos hacer frente a las consecuencias mentales de esas decisiones. Si las ideas recurrentes y obsesivas nos asaltan cuando no hay problemas reales que nos acucien, cuando éstos se nos suben a la chepa, la intensidad de esas ideas recurrentes puede ser demoledora. No hay mejor forma de enfrentarnos a ellas que tomar decisiones como guerreros impecables, aquí y ahora hacemos lo que tenemos que hacer, y dejamos que lo que no está en nuestra mano quede en otras manos y esas decidan lo mejor para nosotros.
El enfermo mental tiene también otros problemas añadidos. Las personas de nuestro entorno que no nos comprenden muchas veces nos consideran incapacitados para tomar nuestras propias decisiones y creen que si las toman ellos por nosotros nos están ayudando. Salvo que un enfermo mental haya sido declarado incapaz legalmente tiene todo el derecho del mundo a tomar sus propias decisiones y debe hacerlo, salvo que la crisis aguda de su enfermedad le impida ver el problema con objetividad, en ese caso es conveniente que pida ayuda, a un terapeuta, a un amigo, a una persona de confianza. Un enfermo mental está tan capacitado como cualquiera para tomar decisiones, lo único que ocurre es que padece una enfermedad que debe controlar con la terapia y medicación correspondiente o con las técnicas de control mental. Una persona normal tampoco puede salir a dar un paseo cuando los dolores de su enfermedad física son irresistibles, y sin embargo no la consideramos incapaz para tomar decisiones, simplemente hoy, aquí y ahora, no puede hacer ciertas cosas porque su enfermedad se lo impide.

EJERCICIOS DE ENERGETIZACIÓN

Cada día hablaré menos de ellos en estos resúmenes de las clases. Todos vais conociendo cada uno de los ejercicios. Aquí no los podemos hacer todos seguidos porque debemos centrarnos en otras cosas. Por eso es conveniente que los hagáis en casa cuando dispongáis de tiempo. Recordad que la falta de energía es la causa de la mayoría de nuestros problemas mentales.
Cada vez que acude un nuevo participante al grupo hacemos su presentación. Nos dice su nombra, adopta la postura de circuito energético abierto, piernas separadas, palmas de las manos dirigidas al frente y nos cuenta cuál es su enfermedad y qué espera conseguir con este cursillo de yoga.

MANTRAS Y RESPIRACIÓN
Oiremos unos mantras grabados por auténticos monjes tibetanos. Observad la fuerza de la vibración que nos llega. Ahora haremos nosotros unos mantras. Repetiremos el sonido EEEIIIIMMMM que es relajante y nos ayuda a dormir. La meditación de hoy va a ser muy cansada ( no solo nos cansamos al utilizar el cuerpo, también cuando ponemos a trabajar a nuestra menta) por eso es conveniente que la relajación sea más completa y profunda.
Hacemos el manta OOOOOMMMMM para elevar nuestras vibraciones a la dimensión espiritual.
Realizamos unas sencillas respiraciones. El pranayama o control de la respiración tiene sus riesgos, por eso solo haremos los ejercicios más sencillos. Sin un maestro que domine esta técnica mejor es no tentar a la suerte haciendo ejercicios complejos y arriesgados.
Inspiramos y contamos mentalmente hasta cuatro. Retenemos la respiración y contamos hasta cuatro. Expiramos y contamos hasta cuatro. Quien pueda hacerlo lo ideal es que cuenta hasta 10. Diez segundos es ideal para esta respiración. Otro día practicaremos un poco la respiración profunda, cuando estemos preparados. Como siempre os recomiendo hacerlo en casa, tumbados en el suelo y con un libro pesado sobre vuestros ombligos. Si el libro sube y baja con la respiración es que ésta es diafragmática y lo estáis haciendo bien, si el libro se queda quieto es que no lo hacéis bien.

MEDITACIÓN- LA MOCHILA DEL KARMA

Nos hemos relajado como siempre. Hemos llegado a la glándula pineal, en el centro de la cabeza. Nos imaginamos que es una puerta a la dimensión espiritual. Es un rectángulo brillante. Damos un paso y la atravesamos. Ya estamos al otro lado. Es una llanura oscura. Recordamos, como siempre, que aquí no hay espacio ni tiempo. Nos basta con pensar en algo, en imaginar un lugar y allí estamos, en pensar en una persona y estamos a su lado.
Imaginamos esa pantalla de cine, pero esta vez no vamos a visualizar nada en ella. La atravesamos sin miedo, dejándonos llevar por nuestro “yo interno” al que conocimos la semana pasada.
Estamos en un precioso valle rodeado de altas montañas. No sabemos cómo hemos accedido a él porque estamos completamente rodeados de altas montañas. La hierba es verde y fresca, nos invita a echarnos. Lo hacemos. Escuchamos el canto de los pájaros, la suave brisa que mueve las hojas, el susurro del agua fresca del arroyo. El sol está en lo alto, el cielo es azul y luminoso, sentimos un calorcito agradable por todo el cuerpo. La brisa hace que no sea molesto.
Estamos bien, tranquilos, relajados, felices. Nos gustaría permanecer aquí para siempre. Este es nuestro ideal de felicidad. Digamos que el valle es una metáfora de la vida. Nos gustaría que la vida fuera siempre feliz, estar en un valle maravilloso, disfrutando, sin hacer nada. Sin embargo no es así. No sabemos porqué razón, es un misterio. Milarepa nos diría que la vida no es un viaje de placer, es una escuela espiritual a la que venimos a aprender determinadas lecciones. El dolor es el aguijón que nos obliga a movernos, a aprender, en lugar de estar tumbados al sol, sin hacer nada.
Pronto notamos que el aire se hace irrespirable, es tóxico. Necesitamos salir de allí. Como no hay otro camino, comenzamos a trepar por la ladera más cercana. Hasta ahora no nos habíamos apercibido de que llevamos un gran peso a la espalda. Es una mochila que pesa mucho. Subiríamos mejor sin ella, pero no nos podemos librar de su peso.
Pronto sentimos el cansancio, nos pesan las piernas, se nos doblan las rodillas, sudamos, sentimos agujetas. Cada vez es más empinada la ladera, cada vez se nos hace más imprescindible descansar. Encontramos un pequeño saliente y allí nos sentamos.

Echamos mano a la mochila y la quitamos de nuestra espalda. Abrimos la cremallera y miramos en el interior. ¿Qué pesa tanto? Nos llevamos una gran sorpresa cuando vemos que allí solo hay grandes y pesados pedruscos. ¿Cuándo los hemos puesto en la mochila y por qué razón? No lo recordamos. ¿Cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta hasta ahora? Subiríamos mejor la montaña sin ese peso.

Desearíamos librarnos de ese peso. Intentamos arrojar esas piedras lejos, pero no lo conseguimos, parecen estar pegadas por una cola invisible a nuestra mano, a nuestro cuerpo. Somos conscientes de un sentimiento extraño. Es como si las piedras formaran parte de nosotros, de nuestra personalidad, de nuestro carácter, de nuestro yo. ¿Cómo es posible? Las piedras no sirven para nada, son una rémora, y sin embargo nos cuesta desprendernos de ellas.

Recapitulemos. El valle es la felicidad, trepar por la ladera de la montaña es la vida, la mochila con piedras es la mochila del karma. El karma es la ley de causa y efecto, todo lo que hacemos regresa a nosotros como un boomerang. Si damos odio recibiremos odio, si damos amor nos darán amor. ¿Dónde está el amor en nuestra mochila? Es el aire. No pesa nada, apenas podemos percibirlo, es invisible. No pesa en nuestras espaldas, no nos hace sufrir, es como si no estuviera, sin embargo si todo en nosotros fuera aire, trepar por la montaña sería como ir en globo.

Los pedruscos son el karma negativo, nos pesa, tira hacia abajo. El karma positivo es invisible y no pesa. Vamos a tomar en nuestras manos el pedrusco más pesado. Lo miramos. Intentamos recordar cuándo lo pusimos en la mochila. Los recuerdos regresan a nosotros. La piedra puede ser odio hacia quienes nos hicieron mucho daño, puede ser la muerte de un ser querido y nuestra rebelión contra quien, según nosotros, nos lo “arrebató”. La piedra puede ser el apego al dinero, al poder, a los placeres más básicos de la vida.

Desearíamos poder librarnos de ese pedrusco, pero no podemos. No podemos dejar de odiar a quienes nos hicieron tanto daño, ni renunciar al dinero o al poder. No podemos renunciar al placer de comer, al deseo sexual, al apego a los placeres de la vida. Si pudiéramos ver el hilo energético que une a esa piedra con nuestro pasado, podríamos incluso llegar a rastrear su camino hasta vidas pasadas. Pero eso lo dejaremos para otra meditación.

Vamos a centrarnos en esa piedra, vamos a recapitular todo lo que sucedió para que ahora esté en nuestra mochila. Vamos a ver con claridad que ya no nos sirve de nada, mientras trepamos la montaña. Decidimos arrojarla lejos de nosotros y con nuestra voluntad lo hacemos. Nos hemos librado de esa gran piedra. Quedan las demás, pero nos resulta imposible poder librarnos ahora de todas ellas. Podemos tardar vidas en hacerlo. Es la rueda del karma. Mientras no lo hagamos, el peso nos hará caer una y otra vez al valle y allí, cuando más felices nos sentimos, el aire se hará tóxico de nuevo, el sufrimiento reaparecerá en nuestras vidas y tendremos que trepar de nuevo por la montaña, buscando aire puro, buscando una salida.

Volvemos a colocarnos la mochila a la espalda y seguimos trepando. El peso cada vez es más evidente, pero no somos capaces de arrojar lejos esa mochila, creemos que la volveremos a necesitar cuando estemos menos cansados, cuando encontremos otro valle. Sudamos, sufrimos, nos erosionamos más y más. Cuando al fin llegamos a la cumbre, apenas tenemos tiempo de ver un poco el horizonte y nos dejamos caer a plomo a tierra. Ahora estamos muertos.

Se puede decir que la vida es un valle donde nos seríamos felices si nos dejaran, pero el aire se vuelve tóxico y hay que trepar por la ladera. Y ese “trepar” es el sufrimiento, es la vida que se empina. Hemos venido a aprender lecciones espirituales, a librarnos de nuestros pedruscos kármicos, no nos dejarán en paz hasta que lo hayamos hecho. Todo lo demás es un respiro, un engaño, es el velo de Maya cubriendo nuestros ojos. Cuando llegamos a lo alto y podríamos descansar y mirar el maravilloso paisaje, no tenemos fuerzas, estamos tan agotados, tan erosionados, que la vida nos abandona. Estamos muertos.

La muerte es solo un tránsito entre valles. Nos despertamos en un nuevo valle, sedientos, bebemos agua fresca en el cuenco de nuestras manos, es maravillosa, nos arrojamos al suelo y bebemos a morro. Estamos bebiendo del río Leteo, del río del olvido. Hemos olvidado nuestra vida anterior. Y de nuevo repetimos el mismo error. Nos tumbamos en la hierba, a disfrutar, a no hacer nada. Y el aire se enrarece, se hace tóxico, y otra vez a trepar, y otra vez sentimos el peso de la mochila y otra vez nos libramos de una o dos piedras. Y la rueda del karma sigue y sigue.

Vamos a imaginarnos qué pasaría si nos libráramos de la mochila. Ascenderíamos como globos, no pesaríamos nada, subiríamos hacia lo alto, hacia dimensiones espirituales donde no se puede entrar con peso. Sería maravilloso, pero no somos capaces de prescindir de nuestros pedruscos, el dinero nos puede facilitar todos los placeres, nos puede librar del miedo al futuro, el poder nos permite utilizar a los demás en nuestro propio beneficio, qué maravillosos son los placeres de la vida…

Pero más maravilloso es no pesar, ascender como un globo. Lo estáis haciendo. Mi voz es algo cada vez más lejano. Dejáis de escucharla. Estáis meditando, ahora sí estáis meditando, todo lo anterior fue solo una preparación………………………

Notáis el peso de vuestro cuerpo, volvéis a escuchar mi voz. Como siempre retomamos a la conciencia normal. El cuerpo pesa más, movéis dedos de manos y piernas. Abrís los ojos. Os ponéis en pie sin prisas.

Ahora haremos unos ejercicios de taichí para equilibrar la energía.

Antes de finalizar la clase os propongo un experimento. La semana anterior nos encontramos con nuestro “yo interno”. Durante esta semana vamos a preparar en casa un espejo, el más grande que tengamos, ponemos una tarima, que no sea de madera, y allí ponemos una vela en su candelabro y la encendemos. Podemos colocar cerca una barrita de incienso, podemos poner una música relajante. Apagamos las luces, tenemos las ventanas cerradas si es de día.

Vamos a encontrarnos con nuestro “yo interno”. Tiene que ser una experiencia feliz, agradable, natural. Si sentimos miedo, angustia, si el encuentro con nosotros mismos nos va a hacer sentir peor de lo que estamos… entonces es mejor dejarlo, para otra ocasión, cuando estemos preparados. Si contactamos con nuestro yo interno pueden producirse fenómenos extraños. Él vibra con vibraciones mucho más altas que nuestro cuerpo, pueden producirse choques de energía. Se pueden producir pequeños golpes, podemos escuchar extraños sonidos o voces. Todo eso es normal, natural y no tiene que darnos miedo. Nuestro yo interno nunca haría daño a nuestro yo externo.

Hacemos el ejercicio de mirarnos la punta de la nariz y ahora miramos nuestro rostro en el espejo. Si lo hacemos bien, al cabo de unos minutos percibiremos cómo nuestro rostro se va diluyendo en el espejo, como si una pequeña mancha de niebla nos impidiera vernos con claridad. Luego pueden aparecer otros rostros, extraños, casi fantasmagóricos. Son nuestros “yoes”. Todos tenemos un lado oscuro y otro luminoso, todos tenemos muchos “yoes”, desde que éramos niños hasta el momento presente.

La primera vez que hice este experimento, siendo joven, se produjeron algunos fenómenos extraños que me aterraron, pero lo que más miedo me dio fue ver en el espejo un rostro que pensé no era el mío. Parecía el de un buda gordito, con el cráneo mondo y lirondo y un aspecto avejentado. Solo muchos años más tarde comprendí que me había visto a mí mismo, solo que veinte o treinta años más tarde. Con los años había envejecido, había perdido el pelo y decidido que mi cráneo estaba mejor rapado. Era estúpido sentir miedo de mí mismo, pero entonces no sabía que era mi yo futuro el que estaba viendo.

Estos fenómenos no son importantes, no importa el aspecto que tiene el conductor, nuestro “yo interno”. Adoptará cada vez un aspecto distinto. No es lo mismo tener cuerpo de niño que de anciano, sin embargo somos el mismo, somos seres de luz y los cuerpos solo son vehículos para trasladarnos en el tiempo y el espacio.

Si alguno no está preparado para encontrarse con su “yo interno” que lo deje para más adelante, no hay prisa. No debemos desear ver nuestro futuro, ni nuestro pasado, ni a nuestros seres queridos, no debemos desear nada, simplemente estamos allí para encontrarnos con nuestro ser interno, todo lo demás es accesorio. Ver el futuro no es importante, que las energías choquen y produzcan golpes es una tontería. Pero el encuentro con nuestro “yo interno” puede cambiar para siempre nuestra vida, hacerla más feliz, lograr que nuestros “yoes” se ayuden entre sí, en lugar de estar en compartimentos estancos.

Y nada más por hoy.

Saludo budista.

QUE LA PAZ PROFUNDA ESTÉ CON VOSOTROS.